ruta-de-tapas-y-picoteo-por-chamberi

Ruta de tapas y picoteo por Chamberí



Martín López

Salir de cervezas y picoteo por Chamberí es un clásico. Y la oferta de tabernas legendarias, bodegas con solera y bares de todo tipo es inmensa, más aún desde que Ponzano se convirtiera en una de las zonas de moda para arrancar las noches del fin de semana. Pero, aún así, parecen pocos: es acercarse el viernes y resulta imposible hacer reserva en ningún sitio, ¿verdad?

Para que puedas ampliar el número de opciones de cara a poder hacerte hueco cualquier noche o descubrir otras direcciones que -por el momento- se escapan del circuito de siempre, aquí te dejamos una lista con las nuevas y más interesantes aperturas en el barrio te va a rentar. Toma nota:

DICHARACHERO

Platos y tapas castizas con un toque creativo que los hace aún más sabrosos. En su carta hay una sección titulada «Compartir es vivir» en la que figuran buena parte de sus platos más recomendados: croquetas (rabo de toro, boletus o sobrasada), Bravas dicharacheras, rabas de calamar… No podéis salir de aquí sin probar sus tortillas; la tradicional es de pódium, pero hay otras versiones con espuma de atún, sobrasada o butifarra o setas que también se salen. El local el súper pintón y los precios invitan a pedir sin miedo.

📍 Luchana, 13

💳 20-25€

📱 Web

CANTERO 1956

Su nombre tal vez os suene. Cantero es una mítica alpargatería de la Plaza de Olavide fundada en 1956 que acaba de abrir sus puertas transformada en un bar de estilo casual, aunque sin perder ese aspecto de comercio tradicional. Aquí puedes tomar aperitivos tradicionales, como pintxos o  ensaladilla rusa, como optar por platos más cosmopolitas como nachos con guacamole o burrata. Incluso ofrecen un brunch castizo los findes con molletes y tostas.

📍 Pza. Olavide, 12

💳 25-30€

📱 Web

BAR DE TAPAS DON BENITO

Tapas andaluzas y platos con sabor a Cádiz, los mismos con el que esta casa lleva triunfando décadas en la localidad gaditana de San Roque (Campo de Gibraltar). Además este nuevo Don Benito tiene un local amplio y luminoso en el que poder sentarnos cómodamente a disfrutar de esos platos que llevan locos a los gaditanos: tomate aliñado con melva canutera, ensaladilla rusa, croquetas de rabo de toro, cuernos de gambas con salsa gaucha y un buen puñado de platos de atún.

📍 Eloy Gonzalo, 8

💳 20-25€

📱 Web

PANTALA

Otro comercio de barrio, en esta caso una tienda de ultramarinos, transformado en restaurante de precios asequibles y potente menú del día. Su carta mezcla platos tradicionales con pequeños y simpáticos cambios, y otros que mezclan sabores del mundo, todos ellos para compartir: Ensaladilla cremosa de gambas, Tiradito de lubina con ají amarillo, Canelón relleno de guisote o Cordero al estilo Tikka Masala. El sito es bonito a rabiar, pero si desciendes a la planta baja y ves el espectacular salón que ocupa lo que era una antigua carbonería, flipas.

📍 Santa Engracia, 35

💳 20-30€

📱 Web

HERMANOS VINAGRE

Quienes conocen sus locales de Retiro y Chueca saben que aquí van a encontrar tapeo del bueno, con productos de primerísima calidad. Calidad que también se traduce en sus precios, como es lógico. Aquí, además de los ya clásicos platillos de la casa, todos ellos fríos (Atún como si fuese mojama, mejillones en escabeche ahumado, boquerones en vinagre, ensaladilla rusa), se ofrece también una selección de tapas calientes como Croquetones (de huevo duro o jamón ibérico), Huevos fritos con papada Joselito, callos a la madrileña o unos estupendos bocatas, de Calamares o el legendario Pepito de ternera. ¡Vais a gozarla!

📍 Cardenal Cisneros, 26

💳 25-30€

📱 Web

EL TRASGU

El restaurante más famoso de Torrelodones llega ahora a Ponzano con una enorme y confortable sala donde tenemos espacio tanto para hacer un picoteo informal como para se pretendemos hacer una cena por todo lo alto. Nos quedamos con la primera opción, que es lo que nos ha traído hasta aquí: croquetas de jamón, buñuelos de bacalao, crujiente de morcilla, ensalada de perdiz.. todo ello de notable categoría.

📍 Ponzano, 6

💳 25-30€

📱 Web

¿Te ha gustado?

¡Valóralo!

Leer más
‘trafalgar’,-el-bar-de-aire-neoyorquino-que-conquista-los-dias-y-las-noches

‘Trafalgar’, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches



Abraham Rivera

Amor por las cosas bien hechas y una barra donde acodarse: así comienza esta bonita historia. Trafalgar es el proyecto de Nacho Aparicio, David Yllera y Juan Tena; tres amigos que tienen especial querencia por los bares de toda la vida. Con esto en mente han transformado una antigua tasca de Chamberí, situada estratégicamente en el esquinazo de las calles Alburquerque y Trafalgar, en uno de esos bares en el que todos querríamos estar. Y que visto desde fuera, a escasos metros, quiere recordar al mítico cuadro de Edward Hopper, Nighthawks. Aunque aquí bien repleto de gente.

Trafalgar, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches de Chamberí

TAPAS CASTIZAS Y UNA BODEGA ENVIDIABLE

La idea inicial estaba clara. Los tres socios querían construir un bar en el que poder salir a beber a cualquier hora, acompañando todo ello con una gastronomía fácil de tomar. Comfort food de altura, que homenajea sin miedo a las tapas castizas que siempre debe tener una buena taberna. Sin embargo, con todo ello actualizado. Las bravas amilhojadas se las han traído de Mama Campo (que es otro de los conceptos culinarios que tienen en el barrio), las mollejas vienen con una salsa casera que les da un punch de alegría, la ensaladilla rusa es una revisión de la que se puede tomar en el Pipi de Zahara de los Atunes, la cheeseburguer mejora la del Burger —aquí con un esponjoso pan de brioche, su propia salsa de pepinillos y una carne bien hecha y crujiente—, al mixto de siempre le meten rúcula y lo alargan en un pan de sandwich infinito.

Trafalgar, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches de Chamberí

Y así con todo lo que hacen, incluidas las tapas que acompañan las bebidas. Es el caso de la sobrasada, embutida en un estómago de cerdo y que guarda todo el sabor de Mallorca. De todos modos, el beber, bien, rico y diverso, es su principal seña distintiva. ¿Un vermut? Tienen Cayetano del Pino, de Jerez, o Guerra, de León, entre otros. ¿Un espumoso? Cuentan con variedad de champagnes y cavas. ¿Cócteles? Le han dado un empujón a los clásicos de siempre y guardan hasta un Adonis en barrica. ¿Mezcales? También hay excelentes, como Alipús. ¿Vinos? Hasta setenta botellas de diversas denominaciones donde elegir. Suministrándoles se encuentra la selecta tienda del barrio Vino & Co, por lo que todo queda en casa. La cristalería es otro de esos aspectos que han querido cuidar, hay Riedel, por supuesto, y buenos vasos para cervezas (tienen toda la gama de artesanas de Mahou) y copas.

Trafalgar, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches de Chamberí

APERITIVO, TARDEO Y NOCHES DE COPAS

En definitiva, un concepto de bar que actualiza lo que ya conocíamos, con las ideas claras, y cuyo resultado es prácticamente perfecto. Lo mismo ocurre con su diseño de interiores y la enorme barra central, realizada por un grupo de metalistas de Tomelloso. Una obra de ingeniería ejecutada a lo largo de seis semanas, lo que sirve para ejemplificar la increíble dedicación y cariño que le ponen a todo. El tiempo que han tardado en hacer la reforma ha jugado a su favor, ayudando a que las diferentes piezas del bar se hayan ensamblado con increíble fluidez. A ese gran mostrador curvilíneo, que preside la parte central del local, le sigue una perfecta disposición de sofás corridos a lo largo de todas las paredes. Cómodos y alargados sillones que dan continuidad y movimiento a esta taberna del siglo XXI. 

Trafalgar, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches de Chamberí

Las luces y los amplios ventanales que se suceden en los muros hacen el resto. Lo mismo da un ambiente diurno que nocturno, Trafalgar es una ubicación ideal para el aperitivo, el tardeo o la nocturnidad más desmedida. Siempre con una puesta en escena que ayuda a que aquello en cualquier momento se transforme en la fiesta que nos gustaría realizar en el salón de nuestra casa. Un billar donde poder jugar, una pared repleta de innumerables botellas, un equipo de alta fidelidad iluminado, obras de arte prestadas por amigos (desde una de las pizarras del artista Alberto Guijarro hasta una instantánea del fotógrafo John Manson, con Naomi Campbell encendiéndose un cigarro rodeada de incondicionales). Los colores ocres, el barro, el metal y el negro terminan por definir el increíble atractivo que irradia la arquitectura del espacio. No hay plantas, curiosamente, y no se las echa de menos. Ya deberíamos ir bien acompañados.

Trafalgar, el bar de aire neoyorquino que conquista los días y las noches de Chamberí

¿Te ha gustado?

¡Valóralo!

Leer más
‘la-franchuteria’,-lo-mas-gourmet-de-ambos-lados-de-los-pirineos

‘La Franchutería’, lo más gourmet de ambos lados de los Pirineos

Laura James y Alexander Monteiro se presentan como «dos franceses de nacimiento pero españoles de corazón», por eso no dudaron en trasladarse a Madrid cuando sus respectivas empresas les ofrecieron un puesto en nuestra ciudad. Aquí se conocieron y, coincidiendo una y otra vez en bares y restaurantes gracias a amigos en común, entablaron amistad. Así, de barra en barra y de mesa en mesa, empezaron a fantasear con la idea de poner en marcha un negocio donde dar rienda suelta a su gran pasión en común, la gastronomía. Ambos coincidían en la necesidad de crear un espacio donde dar bien de comer y beber y que reuniera lo mejor de su país de origen, Francia, y del país que estaban descubriendo y conquistando su estómago, España. Fue de esta forma como finalmente nació La Franchutería, un bar-tienda de productos artesanos españoles y franceses que se nutriría exclusivamente de pequeños productores de ambas regiones.

LA FRANCHUTERIA bar y tienda de productos artesanos españoles y franceses

Cuentan que eligieron el nombre ‘franchutería’ porque quieren que el público que pase por delante de su local u oiga hablar de ellos no solo reconozca sus orígenes, sino que también sepa de primeras que aquí va a encontrar productos típicos de su país. Y no, no sienten que el término «franchute» resulte peyorativo como muchos creen, es más, encontraron en él ciertas connotaciones afectivas que pensaron les ayudaría ganarse el favor de los madrileños, como así efectivamente está sucediendo. Su ubicación, a pocos metros del Mercado de Vallehermoso, en Chamberí, ha contribuido decisivamente a darse a conocer entre los numerosos foodies que pasan por su puerta y no pueden evitar entrar a descubrir qué se cuece en el interior de este coqueto establecimiento en el que, todo apunta, encontrarán delicatessen procedentes del país vecino.

PRODUCTOS SELECTOS Y CON HISTORIA

No se equivocan, por supuesto. En La Franchutería encontrarán una selección cuidada al detalle de vinos de pequeñas bodegas, quesos de las DO más conocidas, patés, e, incluso, repostería típica francesa que los mismos propietarios hacen a diario en su casa (Laura se ocupa de las cookies y Alexander de los moelleux, una especia de brownie con textura similar a la del bizcocho). Pero no queda ahí la cosa, estos comparten espacio en sus expositores con una impecable selección de quesos y embutidos españoles, vinos de denominaciones poco exploradas, conservas y hasta cervezas artesanas, todos ellos pertenecientes a pequeños productores y empresas familiares que han ido conociendo en sus diferentes tours gastro por la península. Lo mejor, por tanto, de ambos lados de los Pirineos pero ninguno de ellos pertenecientes a marcas comerciales, de hecho, hasta la Coca-cola ha sido sustituida por una cola artesanal de una empresa valenciana (Malferida).

LA FRANCHUTERIA bar y tienda de productos artesanos españoles y franceses

Todo los productos de este espacio gourmet tienen una bonita historia detrás, que nuestros anfitriones siempre están encantados de contar, además de aconsejarnos sobre cómo tomarlos o recomendarnos otros productos con los que conviene acompañarlos. Es norma de la casa, tanto si los llevamos para tomar en casa como si preferimos sentarnos en una de sus mesas (también cuenta con una pequeña terraza a pie de calle) y degustarlos allí mismo. En este caso, mejor ponernos en sus manos y escuchar de primera mano las sugerencias de su carta y las propuestas especiales con las que cuentan para ese día, especialmente en el apartado de los vinos, en el que siempre contarán con una nueva adquisición que nos animarán a probar.

LA FRANCHUTERIA bar y tienda de productos artesanos españoles y franceses

En cuanto a su oferta, son todo platos muy sencillos elaborados con los productos que disponen en la tienda, muchos de ellos para tomar tal cual, solo acompañados de un buen pan (como el que adquieren al obrador Vanille Bakary Lab). Es el caso de sus tablas de quesos (franceses y españoles, ordenados por potencia del sabor), la tabla de ibéricos de Guijuelo y las conservas, como la de sardinillas procedentes de pesca de bajura sostenible Pan do Mar, que se sirven en la misma lata, sin más. Una buena opción son las tablas mixtas, con las que podemos catar algunos de los mejores embutidos, quesos y patés de su catálogo. O sus tostas, preparadas con algunos de sus productos estrella, como la tosta Cantábrica, con filetes de anchoa de Santoña y tumaca casera, o la Leonesa, con cecina y queso.

LA FRANCHUTERIA bar y tienda de productos artesanos españoles y franceses

Otros bocados exquisitos son el Camembert au four, un pequeño queso Camembert con un toque de hierbas de Provenza y calentado al horno, o el Croque-Monsieur, un sandwich típico francés con Emmental y jamón cocido y cubierto de bechamel que es, junto al Camembert, el único plato caliente de la carta. Y, qué decir de su rillete, otro plato de charcutería genuino de Francia pero que ellos compran a un productor de Palencia, ¡de chuparse los dedos!

No nos olvidamos del vermut, imprescindible en una calle tan vermutera como Vallehermoso, ni de sus destilados craft, whiskey, ron y ginebra de destilerías artesanales españolas para aquellos que se animen a extender la sobremesa con un copazo. Al fin y al cabo, La Franchutería no aspira a ser más que un bar (o tienda) de barrio de los de toda la vida -por eso todas las bebidas se sirven con su correspondiente aperitivo- pero con espíritu más gourmet, donde podamos bajar a darnos un capricho cada vez que nos apetezca, que siempre viene bien, ¿verdad?

Leer más
‘proper-sound’,-el-listening-bar-de-toma-cafe

‘Proper Sound’, el listening bar de Toma Café

En 2011, cuando la inmensa mayoría de los madrileños desconocíamos términos como «café de especialidad», «barista» o «coffee shop», el argentino Santiago Rigoni y su socia Patricia Alda, se propusieron hacernos ver que había mucha vida más allá del torrefacto que tradicionalmente encontrábamos en nuestros bares y restaurantes. Para ello crearon Toma Café, un minúsculo café en el barrio de Malasaña que, a la vez que ha crecido en tamaño, ha ido evolucionando en su forma de entender y servir el café, siempre atentos a las últimas tendencias del sector. Hoy la marca Toma Café, que cuenta con un segundo local en Chamberí y ejerce de proveedor de café tostado para otros muchos establecimientos, está considerada todo un referente en la capital. Nadie puede cuestionarlo: ellos pusieron la semilla de esa -cada vez más extendida- cultura cafetera que ha llenado Madrid de establecimientos entregados al speciality coffee cuya misión no es otra que satisfacer la demanda de un público que exige que su café diario cumpla unos determinados estándares de calidad.

PROPERSOUND CAFE vinos y una cuidada selección de música

Ahora, casi un década después, sus responsables vuelven a sorprender en Madrid importando un concepto totalmente inédito en nuestra ciudad: el listening bar. Se trata de un tipo de bar surgido en Japón en la década de los 50 en el que, además de las bebidas correspondientes, sus propietarios se ocupan de ofrecer una cuidada selección de música pinchando los discos que también guardan tras la barra. Son locales a los que los clientes más que a hablar van a escuchar, y que abogan por el sonido hi-fi (high fidelity, para los que lo hayan olvidado), una norma de calidad de los equipos de audio que ofrece una distorsión mínima del sonido para que lo que llegue a nuestros oídos se ajuste lo más posible a lo grabado en estudio. Así, en las sesiones de música que ofrecen a sus clientes solo se utilizan vinilos y equipos de audio high-fidelity, para recuperar  de esta forma el gusto por la calidad sonora -«sonido cálido» lo llaman-.

UN TOSTADOR TRANSFORMADO EN LISTENING BAR

En los últimos años esta particular forma de entender las sesiones de música ha dejado de ser un fenómeno local y ha ganado adeptos en ciudades como Nueva York, Londres o Barcelona donde, en los últimos años, han visto proliferar este tipo de locales dirigidos a un público más melómano. Aunque, según nos cuenta Santiago Rigoni, su apuesta por este formato responde a una cuestión meramente egoísta, pues no ha pensado en qué les gustaría encontrar al público que habitualmente respalda sus proyectos, sino más bien en lo que a él como cliente le gustaría encontrar: un lugar donde rendir culto a la música y donde, además, pueda tomarse un café, unos vinos o visitar algunas de las exposiciones dedicadas a sellos discográficos legendarios que, en un futuro, pretenden acoger aquí también. Contaba para ello con un espacio propio que le permitía ponerlo en marcha: el tostador de café que desde sus comienzos mantienen en el barrio de Chamberí, que se ha reformado para que, a partir de ahora, pase a ser un listening bar con entidad propia. ¿El nombre elegido para este nuevo proyecto? Proper Sound (el sonido adecuado).

PROPERSOUND CAFE vinos y una cuidada selección de música

Y decimos «entidad propia» porque, a diferencia de los «bares de escucha» que podamos encontrar en otras ciudades, el suyo deja de estar vinculado exclusivamente a la noche, y permanecerá abierto al público durante todo el día. El lugar, que luce cierto look industrial, se ha dividido en dos áreas: una primera, con una larga barra de metal y distintos bancos de madera de nogal para que los clientes puedan sentarse, está presidida por un viejo aparador (en su momento fue la barra del primer Toma Café) sobre el que descansan los dos platos para pinchar vinilos y la mesa de mezclas, y en el que también se guardan vinilos y algunas botellas de vino. En la segunda, al fondo, se mantiene el espacio de tueste, que permanece a la vista del cliente y que podrá visitarlo siempre que desee para comprobar de primera mano el proceso de tostado de sus diferentes cafés. Proper Sound se presenta así como un espacio sin barreras, donde la zona destinada al consumo está conectada con el área de trabajo, de manera que los clientes van a estar sentados junto al roaster donde se tuestan y envasan los granos, o al lado de la barra donde el staff prepara los cafés y desayunos.

CAFÉ & WINE BAR CON SESIONES DE ESCUCHA

Este Toma Café 3 -como también llaman a Proper Sound- cuenta además con una oferta mucho más extensa. A su propuesta habitual de cafés, desayunos y repostería artesanal, suma una cuidada oferta de vinos naturales de pequeñas bodegas españolas, francesas, portuguesas y giorgianas. Para acompañarlos, se han hecho con una pequeña selección de quesos artesanos procedentes de Formaje, el templo quesero de Clara Díez en la vecina plaza de Chamberí (se sirven en una tabla para 2, con cinco variedades de queso, frutos secos y fruta), más otros platillos salados como hummus o muhammara que no requieren cocinado. Aunque más allá de dejar de ser un sitio para desayunos y meriendas, lo que buscan es que Proper Sound sea un espacio sin normas, donde igual puedes tomarte un café a las 11 de la noche que un vino a las 11 de la mañana. Ambas opciones podrán disfrutarse de la misma manera durante las pinchadas que programarán las noche de los jueves, viernes y sábados (de 20 a 00h), y los domingos al mediodía.

PROPERSOUND CAFE vinos y una cuidada selección de música

Lo que sí quieren recalcar es que lo que aquí se celebrarán esos días no son sesiones de DJs al uso, sino más bien «sesiones de escucha», es decir, sesiones a cargo de selectors, productores, músicos y otros profesionales y amigos que llegarán con una lista muy específica, elaboradas en torno a un propósito muy definido, y donde lo realmente importante será el sonido (su equipo McIntosh garantiza el tan ambicionado sonido hi-fi) y la atmósfera que allí se creará, no quién los pincha. En cuanto a los géneros musicales, tampoco hay normas y lo mismo habrá sesiones en torno al jazz y el blues, como otras centradas en la música rock o hip-hop.

Su localización, en una calle no demasiado concurrida entre la plaza de Olavide y Santa Engracia, también contribuye a generar esa atmósfera relajada e inusual que requiere un local tan especial como este. Aquí se viene a desconectar del exterior y de las presiones del día a día para conectar con el «sonido cálido» y deleitarnos con un buen vino o una taza de café. Es el bar al que incluso podemos permitirnos ir solos porque la conversación es totalmente prescindible, pasan al primer plano la música y el deleite de los sentidos.

Sí, Toma Café lo ha vuelto hacer: comienza una nueva era para los café-bar en Madrid.

Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies