Tapapiés es la ruta de tapas más popular de Madrid. La gran fiesta del tapeo en esta ciudad. Tapapiés 2024 vuelve a celebrarse en las calles y los locales de Lavapiés. La ocasión para disfrutar con nuestros seres queridos del buen ambiente y las buenas tapas del barrio. La más multicultural y variada de las rutas de tapas que tenemos, y la más fiestera. 14 ediciones de uno de los planes estrella del ocio en Madrid. Más de 100 bares y restaurantes de la zona van a participar.
La Asociación de Comerciantes de Lavapiés, EnLavapiés, vuelve a reunir a los bares y restaurantes de la zona para que den rienda suelta a su libertad creativa y creen tapas para disfrutar. Con el apoyo de Cerveza El Águila. Tapapiés 2024 se va a celebrar del jueves 17 al domingo 27 de octubre. Ese año cae pronto. Como siempre 11 días en los que los sabores de todo el mundo se unen en una fiesta de la gastronomía y el mestizaje cultural. Sabores de todo el mundo, y gente de todo el mundo. Casi 100.000 personas consumiendo más de 300.000 tapas.
Tapapiés 2024 para disfrutar del otoño
Les miles de madrileñes y madrileñes de paso que disfruten de esta edición tendrán a su alcance un centenar de tapas de todos los formatos, estilos, procedencias y dietas. ¿Quieres algo vegano? Tendrás. Sin gluten opciones también. ¿Una tapa india? ¿En Lavapiés? Obviamente. Tapas tradicionales de toda la vida junto a recetas que no te podías imaginar. Tapapiés 2024 hace siempre bandera de la variedad. La tapa ganadora el año pasado fue el brunch de huevos benedictinos con chorizo de matanza de León del Carmencita.
En Tapapiés 2024 podremos hacer nuestra ruta por el Tapamundi de Lavapiés. El sistema se mantiene en Tapapiés: 3,50 euros por tapa con botellín o caña de cerveza. ¿Se podrán pedir tapas sin bebida como otros años? Veremos, a partir del 6 de octubre se sabrán todos los detalles.
Lo que sí se ha confirmado es que volverán las actuaciones callejeras que siempre acompañan a Tapapiés. Espectáculos para todas las edades: conciertos, teatro, circo, batucadas, cuentacuentos… Serán los fines de semana en las Plazas de Arturo Barea, Cascorro, La Corrala y Lavapiés, además de las calles Argumosa y Miguel Servet, entre otras.
Cerquita del madrileño estadio Santiago Bernabéu se ha inaugurado un restaurante de vinos, cerveza y ultramarinos selectos.
Dentro hay música calmada y relajada. Un entorno tranquilo y elegante. Con una decoración bien pensada, acogedora y bonita en tonos marrones con toques vegetales. Tienen dos espacios divididos por unas escaleras: la zona superior para comer o cenar y mesas bajas, y la zona inferior destinada al picoteo más informal.
Su carta es sencilla, pero efectiva. Hay mucho plato de «lateo» como ellos lo llaman de una calidad excelente —anchoas, boquerones, mejillones, ventresca…—, pero también hay platos más elaborados que pretenden ir actualizando durante el año. Éstos están divididos en chacinas (jamón, lomo y queso); entrantes jugones (langostinos, gambitas, tartar, huevos rellenos…); ensaladas; platos principales (pescados y carnes); y por supuesto postres. En septiembre prometen tener platos nuevos, así que habrá que volver a hacerles una visita.
Nosotras tuvimos la oportunidad de probar varios platos de su carta, y acabamos mojando pan para rebañar algunos de ellos… ¡Qué ricos! Los simpáticos y amables camareros nos recibieron con una tapa de ensaladilla rusa con dos picos de pan con el nombre del restaurante escrito, un detalle muy original para comenzar la noche. Fue complicado elegir, pero decidimos comenzar con una ensalada de tomate y ventresca —ojo a la ventresca, ¡qué sabor!—; y unos huevos rellenos, que aunque es un plato típico de los bares de Madrid, tenían un toque que les daba un sabor de lo más jugoso.
Seguimos con uno de las recomendaciones fuera de carta, quizá entra dentro en la próxima. Pulpo a la gallega, suave, blando y con unos cachelos de los que podrías comer otro plato más aunque estés llena. Seguimos con una gambas al ajillo, buenísimas, fue el plato que más nos gustó(se notaba que era muy buen género). La salsa que contenía a esas gambas estaba especial, pan en mano tuvimos que terminarla, un sabor de esos que recuerdas con el tiempo.
Acompañamos toda esta degustación con vinos tintos y blancos. Destacar el Mojicato, que a pesar de ser un Rioja se hacía pasar por un Ribera por su sabor más suave de lo habitual (nos confesaron que era debido a los toques de cereza, un dato muy curioso).
En definitiva, un lugar para repetir. Con ingredientes de calidad y con sabores para todos los gustos.
En busca del mejor bocata de calamares de la Plaza Mayor
Si preguntas a cualquier madrileño qué puedes hacer si visitas Madrid, probablemente te dirá que ver la Puerta del Sol, la renovada Plaza de España, darse una vuelta por los alrededores del Palacio Real, visitar el Museo del Prado… Y antes o después, comerse un bocata de calamares. En la Plaza Mayor podemos encontrar varios bares y locales donde probarlo, para el aperitivo, la merienda, el desayuno o la comida, y acompañado de una caña y un chorrito de limón o mayonesa, al gusto de cada uno.
Por ello, hemos decidido darnos una vuelta por la Plaza Mayor y hacer un ranking para encontrar el mejor bocata de calamares, teniendo en cuenta su precio, el pan y la calidad del producto, poniéndole una nota al final a cada uno tratando de ser lo más objetivos posible. ¿Cuál crees que será nuestro ganador? ¡Te lo contamos!
1. Cervecería La Campana
Nos sorprendió que nada más llegar al local, a las once menos cuarto de la mañana, ya había cola. Lleva abierto desde 1870, y destaca por su decoración de azulejos blancos. Y aunque disponen de una gran variedad de raciones, desde boquerones en vinagre, morcilla, patatas bravas, hasta bocadillos de lomo, salchichas y tortilla, su especialidad sin duda son los bocadillos de calamares. Los ponen bastante llenos de calamares y con un rebozado muy rico. Los podrás disfrutar con una cerveza o un refresco al lado de la Plaza Mayor a un módico precio.
Fue sin duda el gran ganador de todos los locales que probamos, con una nota de un 7 y un 9.
Este fue nuestro segundo favorito. En esta taberna cuentan con una extensa y sofisticada carta de vinos y tapas a precios muy asequibles. Especialmente, saben mucho de vinos, y el personal te recomienda el que mejor se adapta a ti. Son famosos por sus bocadillos de calamares, que sirven con el pan tostado y muy crujiente, y que puedes personalizar añadiendo limón o mayonesa.
Tras probarlo, pensamos que se merecía una nota de un 7,5 y un 6.
Con un tercer puesto en nuestra clasificación, encontramos Casa Rúa. Se trata de un local pequeño abierto en 1940 y con buena fama debido a su relación calidad precio. Los bocadillos de calamaresson el plato estrella, aunque también tienen bocadillos depanceta, chorizo, morcilla o queso, al igual que raciones de patatas bravas. A pesar de la estrechez del local, los fines de semana se llena a tope de turistas que vienen a degustar este típico bocadillo madrileño.
Para ponerle la nota nos basamos en los calamares, que estaban tostados y crujientes. Le pusimos un 6 y un 7.
Dónde: Calle de Ciudad Rodrigo, 3
Precio: 4€
4. Plaza Mayor 2
Esta cervecería tradicional ubicada en la Plaza Mayor fue fundada en 1976, y tiene como especialidades la cerveza y el vermut de barril acompañados con algunas tapas madrileñas, como calamares a la romana, patatas fritas al ajillo con torreznos ibéricos, callos a la madrileña, pulpo a la gallega, gambas al ajillo… O sus famosos bocatas de calamares, que ponen para tomar en el local o para llevar. Además, dispone de una magnífica terraza climatizada con capacidad para 100 personas.
Nos pareció un bocadillo neutro, rico, pero no espectacular, por lo que le pusimos una nota de un 5 y un 6,5.
Situado en pleno corazón de Madrid, este bar es una atracción turística para aquellos que quieran probar bocadillos, pinchos y raciones típicas de la gastronomía española, con ricos productos como el chorizo frito o la panceta, y las míticas patatas bravas o la tortilla de patata, acompañados de su cerveza de grifo, un vermut o una copa de vino local.
A pesar de presumir de tener el mejor bocadillo de calamares de Madrid, a nosotros no nos lo pareció. Le pusimos una nota de un 4 y un 5.
En la esquina noroeste de la Plaza Mayor, la que llega al Mercado de San Miguel, encontramos este restaurante. Dispone de una barra, un salón interior y una gran terraza cubierta con sombrillas blancas. Su carta ofrece desde desayunos, hasta paella, pescados, carnes y grandes ensaladas, además de raciones y bocadillos, entre ellos el de calamares.
Sin embargo, según nuestra opinión, el bocata de calamares no es su punto fuerte, teniendo un precio muy alto en comparación con la calidad del producto. El pan estaba un poco mojado y los calamares no parecían frescos. Le pusimos una nota de un 2 y un 4.
Así queda nuestra clasificación de los bocadillos de calamares de la Plaza Mayor, con La Campana como clara ganadora. ¿Y tú? ¿Cuáles has probado? ¿Cuál dirías que es el mejor? ¿Recomiendas alguno diferente?
Y si quieres saber cuáles son los bares y restaurantes para comer barato en Madrid, no dudes en leer nuestro artículo sobrelos 12 sitios para comer barato en Madrid.
Dos décadas cumplen las Fiestas de la Karmela de Vallekas. Veinte años de unas fiestas populares autogestionadas siempre llenas de actividades y de planes para disfrutar del verano en Madrid combatiendo y reivindicando un mundo mejor y más justo. Las Fiestas de la Karmela son súper conocidas por la Batalla Naval, pero hacen mucho más. Y mucho gratis.
Desde el Puente hasta el Mar, Palestina vencerá
Este 2024 las Fiestas de la Karmela mantienen su ubicación en Palomeras Bajas, al sur de Vallekas, detrás de la Asamblea. La fiesta, la música, el disfrute, la comida y la diversión volverán a llenar las las pistas deportivas del Parque Javier de Miguel. Este año las Fiestas de la Karmela serán del jueves 11 al domingo 14 de julio en el barrio de Vallecas.
Programa de las Fiestas de la Karmela de Vallekas
Jueves 11 de julio
18.30 horas. Pasacalles con Charanga Trovada. Salida CC Madrid Sur. 19 horas. Batucada. A cargo de Asociación La Kalle. 19.30 horas. Pregón de Fiestas. 19.45 horas. Chirigota El Desvàn. 20 horas. Actuaciones de Nuevo Mester de Juglaría, Sr. Kangalla y DJ Trapella.
Viernes 12 de julio
18.30 horas. Taller de Graffiti, infantil y adulto. 19.30 horas. Conciertos de Carmen Xia, Vela Infamous, Sara Socas, Falsalarma y Via Zamboni con DJ Set.
Sábado 13 de julio
10 horas. Torneo Hijos del Caballo Blanco. Polideportivo Palomeras. Inscripciones en [email protected].
10.30 horas. Actividad acuática infantil.
11.30 horas. Colla Castellera. Minyons de Terrassa.
12 horas. Vermut con la Belcho Band.
13.30 horas. Comida Cubana y bingo musical: Los bonos se adquieren en PunkRocket o La Coqreta de Vallekas. Los beneficios irán a los detenidos del Rondacañas del 2023 y al contenedor de ayuda a Cuba.
18.30 horas. Juegos Populares Castellanos.
19.30 horas. Conciertos de Neskatasuna, Los De Marras, Núcleo Terco y DJ Azken Erromantikoak.
Domingo 14 de julio
10.30 horas. Juego Acuático Infantil. A cargo de la Asociación Barró.
Chikinmoses un restaurante envuelto en la burbuja de la comida coreana en Madrid. A poco que os guste pasar el rato en redes como Instagram o TikTok habréis visto el fenómeno, está ahí. Las recetas coreanas recorren la capital. Antes costaba encontrar un restaurante coreano, ahora pegas una patada a una piedra y salen nombres para desayunar, comer, merendar y cenar.
Dentro de la comida coreana, el pollo frito es de las recetas más de moda en la ciudad. Es un plato «sencillo», rico y divertido. Y es pura Corea. Esta burbuja del pollo frito coreano se explotará tarde o temprano, tiene que pasar, pero creo que Chikinmos la sobrevivirá. Lo hace bien para mantenerse, tiene encanto. Les va tan bien que no pueden ya aceptar reservas e ir a su pequeño local de apenas 6 mesas de la Calle General Díaz Porlier 28 es una incertidumbre. Puedes llegar y sentarte al momento, puede que esperes un buen rato. O puedes pedir para recoger.
Chikinmos hace pollo frito coreano
A Chikinmos llegué un poco de casualidad: buscando restaurantes para comer en el Barrio de Salamanca. Sí, lo sé. Chikinmos es un local que apareció en Google Maps con un asombroso, aunque siempre inquietante, 5 de valoración. Ahora ya ha bajado, lo que paradójicamente me da más confianza.
Chikinmos hace chikin. Hace KFC, Korean Fried Chicken. No es un pollo frito cualquiera, se reboza y queda crujiente por fuera, tierno por dentro. Chikinmos utiliza pollo de origen gallego entregado cada día y marinado más de 12 horas para que sea jugoso. Lo sirven deshuesado en generosos trozos o como alitas.
Este pollo lo sirven en combos. Está el Combo Chikin, ideal para compartir y pedir algo más, o para darse un banquete. Eliges alitas (15,80 euros) o deshuesados (17,80 euros) y la salsa o dos salsas que quieras. Vienen unas 8 o 9 piezas riquísimas con mucha salsa y unas pastas de arroz y nabo para acompañar. También puedes pedir la Chikin Chikin Box, que viene tanto con alitas como deshuesados, entre 15 y 18 piezas con tres salsas a elegir.
Como decimos, el pollo frito coreano no viene solo. Lo acompañan de una variedad de salsas que elaboran con ingredientes traídos directamente de Corea del Sur, para mantener la esencia. La más popular es la Snowing de queso, y los más valientes se atreven con la Hotter than U con pimienta de Sichuán. La Sommerzeit de mostaza y miel engancha y la Esmeralda de cebolleta es sencilla pero rica. También están la Daruma de wasabi, la Amber de chili dulce, la Freyo de yogur y fresa y la Ajomola de, claro, ajo y soja.
Las piezas de pollo deshuesado son jugosas y grandes, y por sí solas están muy ricas. Pero con las salsas la experiencia sube. Haced casi a las marcas de picante: dos chiles ya es bastante picante. Si no sabes qué pedir, o piensas que te estás pasando pregúntales que te orientarán.
Pero hacen más comida coreana en Madrid
El pollo frito coreano es el plato que da la merecida fama al Chikinmos, pero no es lo único en su ajustada carta. También tienen unas cuantas «tapas coreanas». El Bibimbap (14,95 euros) no podía faltar. La ración es grande. Cuando lo pides te llega a la mesa una enorme lata con su arroz con verduras, alga nori, huevo frito, salchicha coreana y salsa bibimbap. Chikinmos te pregunta: ¿te lo mezclas tú o lo mezclamos nosotros? La tapa se cierra y de mezcla todo agitando con ganas. Y a disfrutar.
Otros platos que me van a hacer volver al Chikinmos son el combo 4 Banchan (9,80 euros), una variedad de verduras con la que se acompañan los platos principales en Corea. El Kimbap (13,80 euros) y el Bulgogi (13,80 euros) son otros dos platos tradicionales que puedes pedir en Chikinmos y que no te van a fallar.
Más opciones son el Sotteok Sotteok, unos pinchos de pasta de arroz con salsa; las bolas de arroz con alga nori para que acompañes tus platos; el Mandu de Kimchi, unos dumplings muy interesantes; el Tteokbokki, pasta de arroz que se acompaña con pastel de pescado, queso y sésamo; o los Calamares picantes, sobra la explicación. Postres no tienen, pero sí que puedes pedir cerveza Cass (4,20 euros) y refrescos coreanos (de uva, pera o melocotón, 3,70 euros).
La única pega que le he visto a Chikinmos: la ventilación no es la mejor y sales con el pollo frito coreano en la ropa.
En Madrid, todos sabemos, cada vez es más difícil improvisar. Eso de hacerte hueco en la barra de un bar, pedirte unas cervezas y unas tapas, y quedarte allí mientras disfrutas esta y las siguientes rondas parece ya cosa del pasado. Si no has hecho reserva en mesa, olvídate. Aún así, todavía surgen barras donde todo gira en torno a la barra y en la que puedes tomar unas tapas -o cientos- sin encorsetamientos.
Aquí os descubrimos algunos de ellos.
El Pasaje
Otro viejo bar de barrio que han recuperado los propietarios de La Violeta, uno de nuestros indispensables para vermutear en Chamberí. Presumen de tener más de 30 vermuts nacionales, tirar las cervezas con maestría y contar con una carta casticísima de tapas y picoteo. Recomendamos especialmente sus bocatas (6-7€): La Tere (morcilla patatera y queso fundido) y Don Carlos (Bonito, anchoa, pimiento del piquillo y piparra)
Un pequeño bar de vinos pero con mucho rollito, también en Chamberí, muy cerca de la Glorieta de Quevedo. Su carta tiene querencia por los vinos naturales y del Sur, así como por los clásicos tabernarios: gildas, marineras, quesos, mojama… Aunque el favorito de sus habituales es el Bikini de butifarra y queso Mahón (11€)
Nos encanta este sitio de Chamberí. Otro bar de barrio que cambia de manos y se renueva, dirigiéndose ahora a una clientela más joven pero que siente adoración por los clásicos. Está triunfando tanto con sus dispensables de taberna española (bravas, huevos rellenos, croquetas) como con sus pepitos de ternera (7,5-8€), plato estrella de la casa. Sus precios son para hacerles la ola.
Es el sitio indicado para los que añoran eso de quedarse en la barra tomando cervezas y tapeando, en este caso, bocados, pinchos y platillos tradicionales (4,5-12€) pero con un ligero toque innovador. A eso súmale un tonkatsu de lomo de bajo (15€) espectacular, que se ha convertido en uno de sus mayores reclamos. Si te apetece seguir de copas, Canito está conecto a un divertido bar de copas llamado La Movida Madrileña.
Es la versión más informal y económica de un Varra Fina, el restaurante con el que Jorge Velasco y Joaquín Serrano rinde tributo a nuestra cocina más tradicional. Gracias a ellos vas a poder disfrutar de la mejor versión de las croquetas de jamón, de las bravas, ensaladilla rusa, oreja o de la tortilla de patatas. ¿La tapa estrella? Tosta de gamba roja de Palamós con mantequilla francesa (5,50€). ¡Y con un ticket medio en torno a 20€! A su favor tiene también una pequeña terracita frente al Museo Lázaro Galdiano.
Es admirable cómo está casa ha recuperado la estética y las formas de las tascas madrileñas tradicionales. Y con una carta de picoteo de bastante nivel: mariscos de El Puerto de Santa María (Cádiz), chacinas, guisos de la abuela versionados y platos fuera de cartacondicionados por el mercado del día. Cuenta con dos locales en Madrid, en Malasaña y Manuel Becerra, en los que las raciones se sirven en las míticas bandejas de latón: albondiguitas de retinto (11€), bravas arrugás (6,50€), chicharrones loncheados (9€), molletes (7€), etc. Buena parte de sus platos se pueden pedir también en formato tapa.
La piscina de verano de la Universidad Complutense de Madrid es una de las mejores piscinas. Eso es así desde hace años. Aunque cada verano que pasa es menos desconocida, para lo bueno y para lo malo, todavía hay mucha gente que desconoce su calidad. Es una piscina olímpica acompañada de un vaso en el que podrás hacer inmersión. Por sus grandes dimensiones, es una piscina en la que será raro que te agobies nadando. Y todo rodeado de generosas extensiones de césped en los que disfrutar del día, con codiciadas sombras bajo los árboles.
La piscina de verano de la Complutense se ha vuelto muy popular por el buen ambiente que en ella se respira. Es visitada, sobre todo, por gente joven que quiere disfrutar de un día de sol y chapuzones en un ambiente tranquilo pero desenfadado. Gente joven disfrutando de la juventud. Y aunque cada vez hay más gente, el recinto es lo suficientemente grande para que no te agobies. Otra característica que la ha hecho popular entre los madrileños es su ambiente abiertamente LGTB friendly. Es una pasada esta piscina.
Si vas a pasar el día entero en la piscina de verano de la Complutense deberás pensar en recuperar fuerzas. Tienes la opción de llevarte tu comida e irte a la zona de merenderos a comer (porque está muy prohibido comer en el césped). Y tienes la opción de ir a la cafetería del recinto, donde podrás pedirte uno de esos clásicos menús del día universitarios a un precio idem de menos de 10 euros.
¿Cómo ir a la piscina de verano de la Complutense?
Para poder ir a darte chapuzones, tomar el sol y pasar un día de felicidad veraniega tendrás que cumplir alguno requisitos. El más sencillo es que seas alumno, antiguo alumno o trabajador de la Universidad Complutense (o familiar o cónyuge). Si estás en este primer grupo tu entrada diaria te cuesta 4 euros, y tienes bonos de 10 baños por 25 euros.
¿No eres de la Complu? No te preocupes. Si eres miembro de otra universidad, de determinados organismos o simplemente licenciado podrás disfrutarla también. Te costará 5 euros la entrada diaria y bonos de 10 baños por 40 euros. ¿Y si no soy nada de eso? Pues con ir de acompañante de alguien de la Complutense podrás entrar por 5 euros.
Y ahora que sé qué requisitos tengo que cumplir, ¿dónde dices que queda la piscina de verano de la Complutense? Como era de esperar, está en la Ciudad Universitaria. Se ubica en el Complejo Deportivo Sur de la Complutense, que está en la Calle del Obispo Trejo 8. La temporada de baños durará del 1 de Junio hasta el 8 de septiembre, y el horario es de 11 a 20.30 horas todos los días.
La piscina de verano de la Complutensees una de las mejores piscinas de Madrid. Eso es así desde hace años. Aunque cada verano que pasa es menos desconocida, para lo bueno y para lo malo, todavía hay mucha gente que desconoce su calidad. Es una piscina olímpica acompañada de un vaso en el que podrás hacer inmersión. Por sus grandes dimensiones, es una piscina en la que será raro que te agobies nadando. Y todo rodeado de generosas extensiones de césped en los que disfrutar del día, con codiciadas sombras bajo los árboles.
La piscina de verano de la Complutense se ha vuelto muy popular por el buen ambiente que en ella se respira. Es visitada, sobre todo, por gente joven que quiere disfrutar de un día de sol y chapuzones en un ambiente tranquilo pero desenfadado. Gente joven disfrutando de la juventud. Y aunque cada vez hay más gente, el recinto es lo suficientemente grande para que no te agobies. Otra característica que la ha hecho popular entre los madrileños es su ambiente abiertamente LGTB friendly. Es una pasada esta piscina.
Si vas a pasar el día entero en la piscina de verano de la Complutense deberás pensar en recuperar fuerzas. Tienes la opción de llevarte tu comida e irte a la zona de merenderos a comer (porque está muy prohibido comer en el césped). Y tienes la opción de ir a la cafetería del recinto, donde podrás pedirte uno de esos clásicos menús del día universitarios a un precio idem de menos de 10 euros.
¿Cómo ir a la piscina de verano de la Complutense?
Para poder ir a darte chapuzones, tomar el sol y pasar un día de felicidad veraniega tendrás que cumplir alguno requisitos. El más sencillo es que seas alumno, antiguo alumno o trabajador de la Universidad Complutense (o familiar o cónyuge). Si estás en este primer grupo tu entrada diaria te cuesta 4 euros, y tienes bonos de 10 baños por 25 euros.
¿No eres de la Complu? No te preocupes. Si eres miembro de otra universidad, de determinados organismos o simplemente licenciado podrás disfrutarla también. Te costará 5 euros la entrada diaria y bonos de 10 baños por 40 euros. ¿Y si no soy nada de eso? Pues con ir de acompañante de alguien de la Complutense podrás entrar por 5 euros.
Y ahora que sé qué requisitos tengo que cumplir, ¿dónde dices que queda la piscina de verano de la Complutense? Como era de esperar, está en la Ciudad Universitaria. Se ubica en el Complejo Deportivo Sur de la Complutense, que está en la Calle del Obispo Trejo 8. La temporada de baños durará del 1 de Junio hasta el 8 de septiembre, y el horario es de 11 a 20.30 horas todos los días.
Son muchas las razones por las que amamos Lavapiés. A pesar de encontrarse en el centro de Madrid, sigue pareciéndonos como un pequeño pueblecito, con callecitas estrechas, poquito tráfico y un montón de bares y restaurantes con mucho rollo que dan personalidad al barrio y lo hacen único. Estas tres nuevas aperturas son un buen ejemplo.
K*sdal: vinos, bocatas y terraza
En Argumosa, la calle con las terrazas más cotizadas de Lavapies, se ha instalado K*sdal. Su propuesta no puede ser más apetecible: vinos naturales y bocadillos de inspiración francesa. ¿Por qué francesa? Pues porque detrás del proyecto está el francés, pero de orígenes zaragozanos, Carlos Campillo. Él es el responsable de las recetas de los seis bocadillos de este singular bar, donde también vais a poder disfrutar otros platos estupendos como su Rillete (o paté de cochón), Sardinas marinadas o un sobresaliente Steak tartar.
En cuanto a los bocatas, son imprescindibles el Red Wine Beef, elaborado con pan de hamburguesa, guiso de carne de ternera, queso raclette, cebolla confitada y mostaza; y el Mhemet Spicy, este con pan de baguette, pollo oriental, salsa de yogurt, Merguez (salchicha de ternera picante), tomate, cebolla roja y rúcula. Todos los panes proceden del Obrador San Francisco, lo que supone otro plus a la calidad de los bocadillos.
Para la elección del vino, nada mejor que confiar en las sugerencias de la casa que siempre te consultarán sobre tus preferencias. Hay unas 20 referencias para tomar por copa, casi 70 si optamos por botellas enteras.
También hay cervezas artesanas, vermut y sidra francesa. Y, si te lo estabas preguntando, sí, K*sdal también tiene terraza en la calle más animada de Lavapiés.
Corchito se ha convertido en el bar de vinos de moda en el barrio. Su colección de vinos naturales y ecológicos es increíble; proceden en su mayoría de bodegas nacionales, francesas, italianas y argentinas. Hay dos cartas: una para los vinos que se pueden pedir por copas; y otra que incluye toda la oferta del espacio por botellas (espumosos, blancos, naranjas, rosados, claretes y tintos), opción más que recomendables si vamos en grupo o nos animamos a cenar.
En ese caso, nos ofrecerán una tercera carta con todos los platillos que preparan en su cocina. Es una carta sencilla, sin complejas elaboraciones, pero muy efectiva. Y todo para compartir: Espárragos con crema de alubias y almendras, Dip de boniato, ajo confitado y sésamo, Alcachofas en flor con fruta o Sandwich de setas, espinacas y gouda. Como cabría esperar, también hay tablas de quesos, embutidos ibéricos y jamón de bellota que tan bien acompañan a cualquier vino.
Clave importante del éxito de Corchito es el ambiente súper especial que se genera por la noche y esas animadas cenas a la luz de las velas. Aunque vayas con la intención de tomar solo unos vinos, los precios de los platos animan a quedarse a comer/cenar allí; el vino, en cambio, conviene controlarlo, para evitar que se dispare la cuenta.
Otro que causa sensación en Lavapiés es Bunny Chao, en este caso por sus riquísimos platos que adaptan recetas indias, vietnamitas y tailandesas. Y a unos precios de los que ya no se estilan. En pocos restaurantes podrás comer tan bien, y por tan poco.
El artífice de este genial restaurante es el londinense, aunque de origen indio, Imran Rafi. Ya habíamos probado alguno de sus platos en Caravan Café, del que también es propietario, pero aquí es donde realmente podemos comprobar sus cualidades como chef. La carta es realmente breve pero no le podemos poner ni un pero. Su versión del Bhel Puri, ensalada india de arroz inflado con salsa de tamarindo, tomate, cilantro, cebolla y menta, es perfecta para comenzar y estimular a nuestro paladar de cara a la explosión de sabores que vamos a experimentar.
Los curris, el Thai verde de pollo y el Colaba Coconut Curry, (sin picar demasiado) son magníficos. Os van a encantar también su Daal, sorprendente crema con tres tipos de lentejas, y el Mango Go Pudding!, postre que -ya os advertimos- nos os va a gustar compartir.
Por cierto, aquí no admiten reservas. Se atiende a los clientes por estricto orden de llegada y solo hasta las 23h; pasada esta hora olvídate de esperar ser atendido.
La Plaza de San Ildefonso es uno de los rincones con más encanto de Malasaña. Aquí, donde antes estaba el antiguo Mercado de San Ildefonso (desaparecido en 1970), ahora encontramos animados locales con terraza; y los días de buen tiempo, incluso gente haciendo cola esperando para conseguir mesa. Entre ellas, destaca una zona con sombrillas de rayas, es la de Ultramarines del Coso, un polivalente espacio que reúne tres espacios en uno (cuatro, si tenemos en cuenta la terraza): bodega, bar de tapeo y restaurante (taberna). Tras él encontramos al grupo Lamucca que, ya sabemos, es garantía de cocina de calidad y a buenos precios.
La Bodega: vinos, quesos y embutidos
Para entender el nombre de este enorme local, hay que pasar primero por su bar de vinos, cuya decoración está inspirada en las antiguas tiendas de ultramarinos. Este primer espacio está repleto de estantes en los que podemos ver un enorme catálogo de vinos, todos ellos a la venta. En el mostrador, una sublime selección de embutidos (buena parte de ellos procedentes de Italia) y quesos españoles, que podemos pedir al peso para acompañar alguno de los vinitos que también se ofrecen por copas para tomar in situ.
En laborables, este ultramarinos del s. XXI abre solo por la tarde (desde las 17h) pero los fines de semana amplía su horario también al mediodía para que podamos pasar a tomar el vermut.
La Barra: desayunos y tapeo
Una colosal barra ovalada ocupa el centro del bar del Ultramarines del Coso. Barra que, como las de los recordados bares castizos que poblaban hace tan solo unos años el barrio, permanece operativa todo el día.
La estética del espacio también se inspira en esos bares aunque su diseño es puro siglo XXI, más cosmopolita y acogedor. Corresponde también a la nueva forma que tenemos -por ejemplo- de entender el desayuno, sus nuevos horarios (de 10 a 13h) y más cuidados productos (café de especialidad, tostadas con aguacate, salmón o bacon, bollería artesanal). Pero también de tapear, como vemos en su carta, en la que encontraremos muchos de los clásicos de taberna a los que se les da un pequeño toque creativo que los hace aún más irresistibles: Ensaladilla rusa ahumada con salmón, Croquetas de sobrasada con dip de queso de cabra, Funky Callos o Smoked panceta.
Tanto dentro como fuera de ella, la actividad en esta barra es incesante durante todo el día. No en vano, desde aquí se gestiona el servicio de la terraza; sin duda, el escenario perfecto para tomar los cócteles que aquí también se preparan.
La Taberna, con cocina de Andy Boman
Si lo que nos apetece es vivir una experiencia gastronómica de sobresaliente, hay que ir directamente a la taberna, la estancia más grande. La sala, que llama inmediatamente la atención por su decoración moderna, elegante y cosmopolita, está a la altura de su propuesta gastronómica, que la casa ha confiado a Andy Boman, A.K.A. El Flaco.
El chef de origen sueco ha creado una carta en la que, sin renunciar a la cocina tradicional española, percibimos su pasión por la cocina tailandesa y vietnamita, la fusión y la técnica del ahumado, tan habitual en la cocina nórdica. Para ello ha dispuesto un potente ahumador dentro de la cocina del que se vale para elaborar un excelente Tiradito de lubina ahumada con ají amarillo o las Costillas de cerdo ahumadas con sticky asian glaze que tantas alabanzas despierta entre los que ya han tenido ocasión de cenar aquí.
Nosotros optamos por las Brochetas de cordero con tahini, sumac libanés y pan roti que también estaban bien buenas. Otro plato que entusiasma es el Timbal de alcachofas que es perfecto para compartir como entrante; la receta incluye almendras, tomates semisecos y cebolla morada que combinados con la alcachofa frita dan origen a un adictivo juego de texturas. Nos quedaron pendientes el Ssam de oreja thai crujiente y la Hamburguesa con jalapeños y kimchi que también nos dicen que son de nota.
En cuanto a los postres, solo se nos ofrecen dos opciones, pero ¡qué dos opciones! Mousse de Chocolate Crujiente de Merengue y Frambuesas y, la más exótica, Pavlova de Maracuyá y Frambuesas, una tarta que apasionará a los amantes de las combinaciones arriesgadas y refrescantes.
Llegados a este punto es de justicia recordar la impronta del grupo Lamucca en este pequeño complejo hostelero en el corazón de Malasaña. Y que no hace sino firmar otro capítulo de éxito de una historia basada siempre en la diversión frente a la mesa -y a la barra, también en este caso-.
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