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La Nodicia, la taberna de quesos de Vallecas

La Nodicia la conocí por instagram. Como tantas otras veces. De pura casualidad. Creo que fue a través de @CCCK, la Compañia de Cervezas Valle del Kahs. Hablaban de que si querías tomar algo disfrutando de en Santa Eugenia tenías que ir allí, a esta taberna de quesos. Creo recordar. Se non è vero, è ben trovato.

La Nodicia

El caso es que tras demorarlo más de lo merecido, un día nos pasamos por la Taberna La Nodicia. Y poco más tarde volvimos a pasarnos por allí. Una evidencia clara de que el sitio es genial, la comida está riquísima y el ambiente es agradabilísimo. Por eso repetimos, y por eso repetiremos. Están en la Avenida de Santa Eugenia 29. El local es sencillo y pequeñito, pero puede llegar a acomodar a grupos de hasta 8 o 10 personas. Si quieres asegurarte hueco reserva, especialmente si quieres ir un fin de semana.

En La Nodicia estás a gusto

La Nodicia es una taberna de quesos. Dejan clara su apuesta desde el principio. Quesos. Quesos variados. Quesos variados muy ricos. Quesos variados muy ricos en un buen ambiente. Este producto lácteo es el centro de su carta, y lo que les hace especiales. No muchos sitios en Madrid pueden decirse expertos en queso.

La Nodicia

El trato que recibes desde que entras también les hace especiales. Adri comanda La Nodicia y se hace querer porque sabe qué ofrecerte en todo momento y sabe cómo hacerte estar más a gusto que un arbusto. Te cae bien y le caes bien. Eres de la familia desde la visita número 1.

La Nodicia

La Nodicia tiene una variedad de quesos que impresiona. No es infinita, no les hace falta. Tienen una veintena larga de quesos que están muy ricos. Necesitarás repetir para probarlos todos. Repetir varias veces. Ese es uno de los placeres aquí: experimentar sabores. Tienes quesos de vaca, de oveja y de cabra. Tienes quesos azules o ahumados. Suaves o más fuertes. Los de toda la vida o alguno que no te imaginabas.

La Nodicia

En La Nodicia os recomendamos pedir sus tablas de quesos, que podrás configurar a tu gusto entre todas sus opciones. Pero reserva dos huecos tanto para el Navegante de vaca gallego como para el Campollano Ahumado de oveja de Ciudad Real. Estos dos son los dos mejores quesos que he comido en mucho tiempo. Y como mucho queso. Si no sabes que pedir, o quieres sorpresas deja que Adri elija. No te vas a arrepentir.

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Los postres y lo que no es queso en una taberna de quesos

Siendo una taberna de quesos os podéis imaginar el postre inevitable. Obviamente: tarta de queso. Casera y rica, sencilla en apariencia hasta que aparece una botella de licor de brownie que la baña. Fascinante, hacedle hueco en vuestro estómago de los postres. Pero no es lo único que tienen.

La Nodicia
La Nodicia
La Nodicia

Y si no te gusta el queso, o no puedes comerlo, o no quieres porque te apetece otra cosa, este recogido local de Santa Eugenia también es tu lugar. Porque no sólo de queso vive el humano. En su carta hay más cosas que probar. La ración de pimientos asados caramelizados con bacalao en aceite está increíble (12,50 euros).

La Nodicia

Tampoco haría ascos a comerme otra ración de morcilla con zanahoria caramelizada (8,50 euros). También tienes raciones de cecina de León, jamón de bellota, hummus casero (con muy buena pinta) o papas con mojo. Entre otras, porque también tienen fueras de carta.

La Nodicia

Pero en su carta y sus pizarras podrás ver que también tienen otras opciones como tostas variadas que las ves pasar y las deseas: de queso de cabra con helado de pimientos caramelizados, de salmón ahumado con queso cottage, de brie con sobrasada, mojo o anchos, de gulas con gambas, de brandada de bacalao, de bacalao ahumado, de morcilla con zanahoria caramelizada, de sobrasada mallorquina o de setas de temporada. Raro será que alguna no te cuadre. Son de buen tamaño y valen unos 8 euros cada una.

Ah, también puedes comprarles quesos para disfrutar en casa.

La Nodicia

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Top 10 mejores patatas bravas

Las mejores patatas bravas de Madrid

¿Eres fan de las patatas bravas? ¿Si? Pues te traemos el top 10 de los mejores sitios de Madrid dónde comer una buena ración de patatas bravas. Lo más seguro es que quieras repetir, ahí lo dejamos…

1. Las Bravas

Situado en el centro de Madrid, al lado de la Puerta del Sol, encontramos Las Bravas, el lugar perfecto para reponer fuerzas después de una visita al casco histórico de la ciudad. Aquí encontrarás las mejores bravas de la capital, gracias a su auténtica y original salsa brava, que sólo podréis comprar en sus locales. En 1933 abrieron su primer local, y tras la Guerra Civil, comenzaron a servir raciones a los clientes. En los años 50 empezaron a añadir en sus raciones de patatas, una salsa picante que dio lugar a la salsa brava, creando así un plato típico español. Esta salsa presenta un agradable sabor picante y asegura ser la mejor salsa brava de Madrid, además cuentan con una carta muy variada de muchas otras raciones.

Las Bravas mejores patatas bravas

Dónde: C/ Álvarez Gato 3 y C/ Pasaje Mathéu, 5 | Horario: Lunes a Jueves de 12:00 – 16:30 h / 19:15 – 00:15 h | De Viernes a Domingo de 12:00 – 17:00 h / 19:15 – 00:15 h | Más información: Web | Instagram 

2. Los Chicos: Fábrica de patatas bravas

Su receta única y secreta les ha convertido en parte de la historia de Madrid y de los madrileños. Ubicado en el barrio de Chamberí, encontramos Los Chicos, un local que generación tras generación, ha conseguido que su famosa salsa brava llegue a ser apreciada entre los críticos gastronómicos y reconocida, en innumerables medios de comunicación, como una de las mejores de Madrid. Además, para aquellos que seáis celiacos y seáis amantes de las bravas, en su local encontraréis la opción de bravas sin gluten, para que todos podáis disfrutar de este tapa típica española sin perder el sabor original. También disponéis de muchas otras opciones gracias a su variada carta.

Los chicos - Las mejores patatas bravas de Madrid

Dónde: C. de Guzmán el Bueno, 33 | Horario: Lunes a Sábado de 07:30 – 01:00 h / Domingos de 09:00 – 00:00h | Más información: Web | Instagram

3. Docamar

Docamar es un local que abrió sus puertas en 1963 y cuya especialidad es, y era, las auténticas patatas bravas. Como bien nos cuentan, sus orígenes se remontan al Bar Donato, una pequeña taberna muy castiza, del estilo de esos locales centenarios que aún se pueden ver por algunos barrios del Madrid. Aseguran tener la auténtica salsa brava, especialidad de casa, destacando que, una buena salsa brava puede mejorar muchos platos. Su sabor ahumado, que aporta el pimentón de La Vera, sumado al poderoso picante de la cayena y al resto de especias, hacen que esta salsa pegue fuerte con multitud de platos de todo tipo. Además, tenéis la opción de comprar la salsa en su local y así preparar en casa una auténtica ración de bravas. Disponen de menú del día, y ahora que se acerca el buen tiempo, podréis disfrutar de su terracita pidiendo… ¡una de bravas!

docamar patatas bravasDónde: c/ Alcalá, 337 | Horario: Lunes a Domingo de 12:00 – 00:00 h | Más información: Web | Instagram 

4. Casa Baranda

En Casa Baranda disfrutarás de un tapeo de categoría. Aquí encontrarás un homenaje a la taberna clásica, a sus artífices, y a todas esas barras madrileñas y españolas ya desaparecidas, donde el ciudadano acudía en busca de su momento de paz y de unas buenas bravas. En Casa Baranda las raciones de bravas que sirven, son generosas, como nos gustan y la salsa brava que las acompaña esta hecha para que cuando termines, quieras rebañar el plato con un trozo de pan, aunque, siendo sinceros, ponen bastantes patatas.

Casa Barandas patatas bravasDónde: C/ Colón, 11 | Horario: Lunes a Domingo de 11:00 – 02:00h  | Más información: Web | Instagram

5. Bar Alonso

Este atractivo establecimiento, es otro de los bares típicos de bravas de Madrid, es un bar de barrio, de toda la vida, característico por su barra metálica, perfecta para tomar un buen aperitivo. Entre sus platos más destacados encontramos las patatas bravas, aunque también son especialistas en preparar callos a la madrileña. Sus bravas destacan por su abundante salsa, así que te encantarán, sobre todo, si eres de esos que les encanta mojar el pan en la salsita. En este bar tienen todo lo necesario para que tu visita sea un momento agradable y es el lugar perfecto para disfrutar del aperitivo junto a tus amigos.

Bar alonso patatas bravas

Dónde: C/ Gabriel Lobo, 18| Horario: Lunes a Viernes de 08:00 – 23:00 h / Sábado de 09:00 – 15:30 h | Más información: Web | Instagram 

6. Café Comercial 

Original y castizo, como el propio restaurante. El Café Comercial ha creado las bravas más originales de Madrid, las patatas bravas con alí olí de madroño, una receta tradicional, pero con una salsa bastante más espesa y con algo de grumo. Es un restaurante de cocina fiel y castiza, que ha sabido rediseñar las recetas más clásicas de Madrid, y las ha adaptado a su público mas cosmopolita, creando nuevas elaboraciones inspiradas en aquellas recetas típicas del Madrid de antaño. Cuenta con una carta muy variada y sus patatas bravas se han convertido es uno de los platos esenciales del restaurante, por algo será. ¿Te animas a probarlas?

patatas bravas café comercial

Dónde: Glorieta de Bilbao, 7 | Horario: Lunes a Jueves de 08:30 – 01:00 h / De Viernes a Domingo de 08:30 – 02:00 h | Más información: Web | Instagram | Reseña completa

7. Cachivache taberna 

Cachivache es más que una taberna, es gastronomía, es calidad y es hospitalidad. Sus patatas bravas son crujientes y sabrosas, y presentan una forma un tanto anómala para ser unas bravas, ya que se presentan en gajos y con piel. Su salsa brava es bastante generosa y cuenta con un toque de picante, que la convierte es una de las mejores salsas bravas de Madrid. Además, aquí no sólo encontraréis bravas, ya que también os ofrecen una amplia variedad de ideas para compartir, cada cual más apetecible, como croquetas, huevos papa a lo pobre con trufa y parmesano, rollitos de cordero lechal con raita de yogurt o sus famosos torreznos CH.

Cachivache patatas bravas

Dónde: C/ Serrano, 221 y C/ Monasterio de Samos, 1 | Horario: De Lunes a Miércoles de 13:00 – 00:00 h / Jueves de 13:00 – 01:00 h / Viernes y Sábados de 13:00 – 02:00 h / Domingo de 13:00 – 23:30 h | Más información: Web | Instagram

8. Santerra Neotaberna

Santerra es un grupo de restaurantes de Madrid, dónde la cocina de producto es la protagonista y es ejecutada con creatividad gracias a la mano del chef Miguel Carretero y su equipo. Neotaberna, es su propuesta de taberna tradicional madrileña, y sus tapas con ingredientes tradicionales han evolucionado con las técnicas más internacionales. El objetivo de este local, es hacerte vivir una experiencia gastronómica única, viajando por diferentes partes del mundo pero teniendo los pies en la ciudad más castiza. Entre sus platos, las patatas bravas no pueden faltar, su típica tapa española es una de las mejores de la ciudad y también es una de las más picantes. En su receta tradicional incluyen chiles chipotles aportándoles un picante distinto con toques ahumados. ¿Te atreves a probar estas bravas muy bravas?

Santerra Neotaberna patatas bravas

Dónde: C/ Ponzano, 62 | Horario: Martes de 20:00 – 23:30 h / Miércoles a Domingo de 13:00 – 16:00 y 20:00-23:30 h | Más información: Web | Instagram

9. Casa Macareno

Casa Macareno, es el restaurante de comida tradicional española, que recupera el espíritu de las antiguas tabernas castizas y las casas de comidas tradicionales de la capital. En su local, disponen de dos espacios, la barra y el restaurante, y en ambos puedes disfrutar de sus fantásticas patatas bravas. Estas, son más grandes de lo habitual y se ofrecen de forma mixta, es decir, con salsa brava y con aliolí. La salsa brava esta elaborada con pimentón de la vera y especias, y la salsa aliolí, parte especial del plato, está elaborada con un toque muy especial de membrillo, que le hace tener un sabor único y característico.

Casa macareno patatas bravas

Dónde: C/ San Vicente Ferrer 44, | Horario: Lunes de 12:30 – 17:00 h / De martes a viernes de 12:30 – 01:30 h / Sábados y domingos de 12:30 – 01:30 h | Más información: Web | Instagram

10. Taberna y media

Situado en la milla de oro gastronómica de Madrid, la del Retiro, nos encontramos con Taberna y media, un proyecto personal de José Luís y Sergio Martínez. Su objetivo, es recuperar el tapeo de siempre con recetas actualizadas en un entorno más sofisticado dividido en dos ambientes, la barra y el comedor. En 2020, fueron ganadoras de la primera edición del Concurso Internacional de Elaboración de Patatas Bravas, así que, poco más hay que decir, para saber que son una de las mejores bravas de Madrid. Las famosas «Bravas cremosas de Alejandro», son diferentes e inolvidables, y no solo por su presentación, algo más cuidada y delicada de lo normal, si no por su cremosa salsa brava, que las ha llevado a convertirse en las mejores del panorama nacional. 

Taberna y media patatas bravas

Dónde: C/ Lope de Rueda, 30 | Horario: De martes a domingo de 12:00 – 17:00 h y de 20:00 – 01:00 h | Más información: Web | Instagram

Seguro que vosotros sabéis y conocéis muchos más sitios dónde preparan unas buenas patatas bravas, pero aquí os dejamos nuestra selección. Y por si visitáis Barcelona y queréis seguir probando bravas, os dejamos por aquí las mejores patatas bravas de Barcelona. ¡Una de bravas!

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‘Areia Chill Out’, un oasis del tardeo en Chueca



Beatriz Jarauta

¿Puede un club famoso por sus noches conquistarnos a la luz del día? La respuesta la tiene Areia Chill Out, el emblemático y cosmopolita local de Chueca del que nunca nos vamos a cansar (echa un ojo al reciente artículo que hicimos sobre sus noches de clubbing). Con 20 años de diversión a sus espaldas, Areia sigue siendo todo un referente de la coctelería y la noche madrileña. Pero en realidad aquí no solo se viene a bailar: también nos ofrecen un tardeo súper acogedor, meriendas entre amigos, cócteles y, por supuesto, apetecibles platos para picotear que nos preparan para disfrutar de sus vibrantes noches. ¿Te lo contamos?

Areia Chill Out, un oásis del tardeo en Chueca

Si después de dos décadas sigue tan de moda como el primer día se debe a que Areia se renueva cada temporada. Y aunque su decoración continúa esa línea balinesa tan exótica que le hizo popular a principios de los 2000 a base de muebles coloniales, sillas de mimbre, plantas y luz tenue, su mobiliario cambia a lo largo del día adecuándose a las necesidades del público que frecuenta la zona. Los que por la tarde buscan un lugar para quedar y charlas entre amigos van a encontrar aquí cómodos sofás, y distintas mesas altas y las bajas (atentos a las que tienen bancos colgantes para sentarse) para hacerlo mientras toman una cerveza, un vino o una copa si se tercia.

Areia Chill Out, un oásis del tardeo en Chueca

¿Si llega la noche? Se retira todo para que empiece el baile. Y es que si visitamos este local de jueves a sábado disfrutaremos de toda la diversión de Areia Club y sus sesiones de música. Mientras, de domingo a jueves podremos acurrucarnos en uno de sus rincones, disfrutar de un cáfe o hincarle el diente a su famosa Red Velvet. Y es que cuando es de día, este espacio se convierte en el oxígeno que nos ayuda a darnos un respiro del bullicio de Madrid, convirtiéndose en un verdadero oasis donde el reloj se para y conseguimos relajarnos durante un buen rato.

Areia Chill Out, un oásis del tardeo en Chueca

¿Para picar? Su carta pensada para comer de forma informal, está llena de bocados con referencias internacionales, con ingredientes traídos de los puestos del Mercado Barceló y en un formato pensado para compartir y probar varias cosas. Que si tequeños (los famosos palitos venezolanos rellenos con queso mozzarella), que si las gyozas de gambas, que si las bravassu apuesta por el picoteo es clara. Al igual que no faltan bocados de esos que gustan a todos, como los Mini bocatas de calamares con mayonesa, la Hamburguesa de ternera de la Sierra de Guadarrama o las quesadillas, de ropa vieja o de pollo cajún. Para rematar con algún dulce, un trío de ases: brownie, carrot cake y red velvet, esta última tarta, todo un emblema ya de la casa. ¿Otro punto a su favor? Los precios contenidos, en Areia se come bien y sin tener que dejarnos por ello la cartera.

Areia Chill Out, un oásis del tardeo en Chueca

Para regarlo todo tenemos cervezas y una interesante propuesta de vinos como La Cotorra en blancos, Nekeas en rosados, Ontañón en tintos o Penedés Codorniú Brut 1551 en cavas. Claro que, lo que triunfa a cualquier hora es su creativa y deliciosa propuesta de coctelería tiki, elaborada por Fernando Fuentes e inspirada en los sabores tropicales de la Polinesia a base de frutas y mezclas que no dejan indiferente a nadie. ¿Los más aclamados? Cytrus Punk y Mango Chingón (una versión del clásico margarita pero con mango picante) en su sección de autor. Pero también Coco Morado o Amores Perros de la más sibarita. No faltan iconos de la noche como los mojitos, negronis y daiquiris, y tampoco varios tragos sin alcohol.

Areia Chill Out, un oásis del tardeo en Chueca

Sin duda Areia Chill Out es ese local cañero de Chueca al que ir a desconectar un rato y a pasarlo bien en cualquier formato: ya sea una relajada tarde de café o vino en el sofá, o una noche madrileña de esas que no se olvidan.

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‘Bar Malos’, las zapatillas y las croquetas del mítico Melo’s aterrizan en Malasaña

Los mismos ingredientes de siempre, pero en un ambiente más “juvenil”, como les gusta decir a ellos. El legendario Melo’s ha desembarcado en Malasaña con sus básicos de toda la vida, sin hacer ninguna concesión. Apostando por las croquetas cremosas, las zapatillas de infarto, las empanadillas caseras, los auténticos pimientos de Padrón y un par de recetas nuevas que siguen estando al nivel.

Malos, las zapatillas y las croquetas del mítico Melo’s aterrizan en Malasaña

Lo primero que hay que aclarar es que detrás de esta mítica taberna ya no se encuentran ni Ramón ni Encarni. El local de Lavapiés fue traspasado a tres jóvenes (Rafael Riqueni, Ignacio Revuelta y Alejandro Martínez) que decidieron mantener el espacio tal como estaba. El Melo’s acababa de resucitar en su enclave original con el mismo sentimiento de barrio y cercanía con el que fue creado.

Sin embargo, Rafael tenía una espina clavada. ¿Por qué no trasladar esas mismas recetas a un barrio diferente? Y así lo hizo, se unió con Alex, el cocinero de los tres, con una amplia experiencia en restaurantes de Nueva York, y llevaron los básicos del Melo’s a la calle Velarde. Esta vez, con carteles de películas y series como ‘El Padrino’, ‘The Office‘ o ‘El Silencio de los Corderos‘ en sus paredes y un mural de la artista Udatxo frente a la barra que reproduce una fotografía de la vecina Plaza 2 de Mayo de los años 60. En los altavoces, mucha música de los ochenta, que ayuda a ambientar unas mesas que casi siempre están hasta arriba.

Malos, las zapatillas y las croquetas del mítico Melo’s aterrizan en Malasaña

LAS ZAPATILLAS DE LACÓN Y LAS BRAVIOLIS DE ‘EL PARADOR’

Otra de las diferencias y virtudes del Malos (sin apóstrofo), con respecto a la casa madre, es que aquí se puede reservar, algo que no se permite en el bar de la calle Ave María, con innumerables colas cualquier día de la semana. El otro punto, que también hace que el enclave malasañero resulte más apetecible, es la inclusión en carta de dos nuevos clásicos. El primero de ellos son las patatas bravas (‘Braviolis’, como figuran en la carta), que elabora tal y como se hacían en el legendario bar El Parador, cerca de los bajos de Moncloa. Ellos le meten una salsa brava original y un alioli hecho de ajos asados muy lentamente. Una exquisita finura. Lo segundo es su tarta de queso, una versión del postre que dio a conocer el restaurante La Viña de San Sebastián, aunque aquí lo hacen con sus propios quesos.

Malos, las zapatillas y las croquetas del mítico Melo’s aterrizan en Malasaña

Y, claro, las zapatillas con pan de hogaza del Museo del Pan Gallego, lacón a la plancha y queso de tetilla fundido. Todos los proveedores son los mismos que tenían Ramón y Encarni. Las croquetas de lacón han conseguido que no sean tan líquidas, que ganen levemente en cremosidad y sabor. Eso sí, sin perder la identidad que las hizo populares.

Malos, las zapatillas y las croquetas del mítico Melo’s aterrizan en Malasaña

A las doce de la noche, cuando llega el fin de semana, la intensidad de las luces disminuye, se sube el volumen del equipo de música y empiezan a salir de la barra cañas y cócteles. Muchos dobles de barril, tercios de todo tipo y copazos, como indican en la breve hoja que hay repartida por las mesas. Entre ellos hay mezclas de fantasía a las que le tienen pillado el punto. Es el caso de un Moscow Mule, clásico y bien ejecutado; un Old Fashioned con bourbon o un Strawberry Fields, la bebida con vodka y fresas creada por la bartender norteamericana Trina Nishimura.

Rafa y Alex parece que tienen la llave del éxito, empezaron en un momento algo difícil, justo a finales de 2021, cuando Omicron protagonizaba los telediarios, pero ahora están muy arriba. Malasaña necesitaba algo de la identidad que Lavapiés le había robado estos últimos años. Y qué mejor que revivir al Melo’s, historia del tapeo madrileño.

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‘Castizo Plaza del Ángel’, una taberna en la que entregarse a los platos más nuestros

«La casa de todos y la ciudad de nadie». Esta es una de las muchas frases referentes a Madrid que podemos leer en uno de los cristales envejecidos de Castizo de Plaza del Ángel. Pero no la única: en sus ventanales y azulejos hay grabados otras tantas frases míticas sobre nuestra ciudad que evidencia que esta es una casa donde se rinde tributo a Madrid y a su gastronomía. Por ello su aspecto es el de una taberna castiza, actualizada sí, pero castiza, con su extensa barra de mármol blanco, grifos de cerveza de los de antaño (dorados y coronados por un águila), zócalos de madera y estantes repletos de botellas, latas y botes de conservas.

Una decoración similar a la de los otros locales que Castizo (Grupo Carbón Negro) tiene en la capital pero en una ubicación única, la Plaza del Ángel en el legendario barrio de las Letras. Y más concretamente en la planta baja del hotel NH Collection Palacio de Tepa, que ocupa un elegante palacio del siglo XVIII, diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva, autor del Museo del Prado y la Plaza Mayor, para el conde de Tepa, último virrey de España. Un espacio repleto de historia ubicado, además, junto a una de las placitas con más encanto de la ciudad donde este nuevo Castizo puede permitirse desplegar durante todo el año una espléndida terraza. Sin duda, una localización insuperable para disfrutar de nuestra cocina más tradicional y con vistas a una de las zonas más genuinas de Madrid.

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

La carta de Castizo Plaza del Ángel no depara, por tanto, sorpresas; ni tampoco las buscamos. Aquí se viene a degustar de las recetas madrileñas de siempre, con una ligera vuelta de tuerca, que para eso estamos en el siglo XXI, y elaboradas con materias primas de constatada calidad. Ensaladilla rusa con gambas, Huevos rellenosCroquetas de jamón ibérico, Oreja a la plancha, Torreznos de Alapardo, Rabas de calamar... platos de sobra conocidos por todos que aquí alcanzan un nivel superior gracias a la honestidad y buen hacer que caracteriza todos y cada uno de los proyectos de Carbón Negro.

A ellos hay que sumarle chacinas y embutidos (cecina curada, chorizo picante de León, jamón ibérico de bellota), latas (sardinillas en aceite, mejillones en escabeche) y variedad de encurtidos, salazones y ahumados (gilda donostiarra, anchoas del Cantábrico, boquerones en vinagre, salmón ahumado artesanal) que no pueden faltar en la sección de aperitivos de cualquier taberna que afirme inspirarse en las clásicas. Entre su selección de platos fríos, sería delito pasar por alto su Tartar de atún en taquitos, soja y aceite de oliva que, sin duda, es uno de los mejores ejemplos para demostrar la exigencia de los responsables de Castizo a la hora de seleccionar los productos que entran en su cocina.

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

Su propuesta se completa con mariscos (gamba blanca de Huelva, coquinas de Hueval, almejas gallegas), guisos tradicionales y molletes, apartados estos últimos en los que vamos a extendernos un poquito más porque, francamente, alcanzan lo excepcional. El Mollete de pringá de cocido está tremendo, al igual el Pepito de solomillo de ternera madurada, dos bocados por sí solos justifican la visita a Castizo; y no solo en horario de comidas, pues  también son ideales tanto para hacer un desayuno potente de esos que te alegran el día como para tomarlos con una cervecita a la hora de la merienda. Otro entrepanes que entusiasma es la Mini hamburguesa de picaña madurada en brioche; la carne es de vaca Simmental y el brioche que lo arropa, además de estar infusionado en curry, incluye salsa tártara, ¡en ningún burger de la ciudad vas a poder catar nada igual!

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

En cuanto a los guisos, resulta ineludible el Pollo de campo en pepitoria, para el que se emplea trasero de pollo de corral, azafrán de La Mancha y un majado de almendra y huevo; es todo un plato de «toma pan y moja», literal. Rabo de toro estofado y los obligados Callos a la madrileña son otros de esos platos de memoria que explican que en las mesas de Castizo Plaza del Ángel coincidan un público de lo más heterogéneo, desde turistas dispuestos a conocer la gastronomía local a familias que se reúnen el fin de semana para almorzar. Contribuye también a ello su amplio abanico de precios, que nos permite pagar una «dolorosa» moderadamente baja si optamos por las raciones clásicas de taberna o algo más elevada si nos decantamos por los platos de carne o mariscos.

De postre, resulta imprescindible la ya tradicional tarta de queso presente en todos los restaurantes del Grupo Carbón Negro, aunque no conviene pasar por lato la Torrija de leche tradicional y, para los amantes chocolateros, la Tarta praliné de chocolate. ¿Que apetece un cóctel? También los hay. Son, en su mayoría, versiones de los grandes clásicos (Negroni y olé, Lo último en mojitos, Margarita y victoria) ideadas por el bartender Carlos Moreno, más una original sangría, que incorpora ron y algunos cítricos, que acompaña de lujo a cualquiera de sus platillos de picoteo.CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

Una completa oferta para la hora del desayuno (porras, pincho de tortilla, croissants rellenos) y su estupenda bodega, con un gran número de referencias para tomar por copas, terminan por redondear la propuesta de este Castizo del barrio de Las Letras que, como Madrid, quiere ser la casa de todos.

A TENER EN CUENTA… Tenemos pendiente volver para probar sus célebres Patatas bravas, fritas en dos tiempos y bañadas con una salsa que combina caldo de cocido, hueso de jamón y pimentón.

FÍJATE EN… Los uniformes del personal de Castizo también están inspirados en los que utilizaban tradicionalmente los camareros de las tabernas antiguas con sus características chaquetillas blancas. Nada queda al azar aquí.










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‘La Gloria’, la cocina del Sur que triunfa en Malasaña

Identidad, memoria y sabor andaluz, servido en raciones para compartir. Cuando el estómago y el corazón buscan algo que nos lleve a los sabores de una comida familiar, de una cena en la cocina de casa o de la receta de la abuela, La Gloria (Noviciado, 2 Noviciado) es una apuesta más que segura. En este bar-restaurante, ubicado entre los barrios de Malasaña y Conde Duque, su propietaria, Sol Pérez-Fragero, se ha inspirado en la cocina de su abuela con la que se crió en Almodóvar del Río (Córdoba) a la que cada día trata de hacerle un homenaje con un estimulante listado de platos característicos del recetario andaluz.

BAR LA GLORIA Montado de Sardina del Cantabrico con salmorejo

Es lo que algunos denominan comfort food -esas comidas que alimentan la nostalgia tanto como el cuerpo-, que aquí se sirve en generosos platos para compartir y con un marcado acento del sur. Para lograrlo cuenta con una cuidada red de proveedores, andaluces (Atún, melva y ventresca procedente de Barbate, aceite de oliva de Baena, chicharrones de Paterna) y locales, en este caso y según nos indica Sol, los mejores comercios del barrio (Pollería Herrero, de la calle Espíritu Santo; verduras de Manolo, en la Corredera Baja de San Pablo; pescados de Alofer y una pequeña carnicería familiar de la calle Esgrima…). Gracias a ellos, su equipo de cocina puede recrear esos sabores tradicionales a los que nadie puede resistirse: desde un colosal Salmorejo cordobés, que preparan todo el año con aceite de oliva, coronado por huevo y jamón crujiente, hasta unas Albóndigas de choco y gamba arrocera con manzanilla, uno de los platos emblemáticos de la «tacita de plata».

Aunque si hay un plato con el que La Gloria se ha ganado el favor de los aficionados al buen comer ese es el Flamenquín de lomo y jamón con patatas, un bocado típico de la provincia de Córdoba que llega ex profeso de Almodóvar del Río, pueblo natal de nuestra anfitriona. Pero no es el único, la Mazamorra cordobesa, otro plato tradicional de su tierra, cuenta también con numerosos adeptos que se dejan caer habitualmente por allí para disfrutar de esta especie de salmorejo que reemplaza el tomate por almendra cruda. Al igual que el Cachopo de ternera, cecina de León y queso de los Oscos (se sirve en porciones de 350-400 gr) que, según nos cuenta Sol, se ha convertido en un serio rival de su aclamado flamenquín.

Entre las más de 30 propuestas que incluye su carta poco – o ningún- espacio para la experimentalidad ni los sabores exóticos, ni falta que hace. Aquí manda la sencillez, donde el sabor es lo primordial, como comprobamos en sus Montados sobre pan cateto (el de Sardina del Cantábrico con salmorejo es sencillamente sublime) o cualquiera de sus Molletes de Antequera, elaborados todos con productos con denominación de origen. Lo mismo sucede en el capítulo de bebidas: aquí manda la cerveza más madrileña de grifo y los vinos andaluces, elegidos eso sí cuidadosamente por Sol.

BAR LA GLORIA Albondigas de choco y gamba arrocera con manzanilla

PAELLA DOMINICAL Y ESPACIO PARA CELEBRACIONES

En este retorno a la cocina de siempre no podía faltar la Paella valenciana, un plato sinónimo de comida familiar y de fin de semana. Por eso solo la preparan los domingos a mediodía, con pollo, conejo y verduras de temporada, aunque su fama es tal que ha sido reconocida en los últimos años como una de las 10 mejores paellas de Madrid en la guía ‘Dónde comer auténtica paella’ de Wikipaella. Olvidarse del brunch y los huevos Benedict e ir el domingo a La Gloria a comerse una de sus raciones de paella es ya un ritual los domingos para muchos -conviene reservar siempre-. Esta se puede tomar en la zona de barra de la entrada, siempre de lo más animada todos los días de la semana, o en el gran salón con mesas al fondo del local.

Precisamente es la disposición de este segundo espacio, de aire rústico y mesas de madera para todo tipo de grupos, lo que explica el rótulo ‘Casa de Comidas’ que luce en la fachada del bar-restaurante. Título que, además, permite adivinar al paseante al trato cercano, servicio informal y la moderación de precios que también son marca de la casa.

Por último, no podemos cerrar este repaso a las bondades de la Gloria sin hablaros de una tercera y coqueta estancia habilitada para celebraciones y fiestas privadas. Se trata de un salón con un amplio balcón a la calle que los habituales del local suelen reservar para celebrar cumpleaños, eventos y cenas de grupo; fiestas para las que el restaurante ofrece diferentes opciones de menú (se fija siempre un presupuesto por comensal) y un equipo de sonido para que los asistentes puedan pinchar su propia música. Tiene capacidad hasta para 30 comensales y os podemos asegurar que es de los mejores espacios que encontrarás en Madrid para pequeñas celebraciones.

BAR LA GLORIA celebraciones de cumpleanos

‘Si el cuerpo te lo pide, dáselo’ es el lema de este restaurante donde todo está ideado para hacernos sentir como en casa. Y para que lo disfrutemos con los nuestros.

EL IMPRESCINDIBLE… Difícil elección. Para cenar y compartir con amigos, el flamenquín y la mazamorra. Si vas a mediodía en fin de semana, no debe haber duda: paella valenciana.

FÍJATE EN… Sin caer en tópicos, hay muchos elementos de la decoración típicos de las casas andaluzas, desde palmatorias de cerámica verde de Úbeda a las persianas de rafia que ocultan las ventanas del salón.  

Y ATENTOS… Su propietaria ultima los detalles de un segundo bar en Malasaña al que llamará Josefita, apelativo con el que solía llamarle su abuela Gloria.

*Fotos Alfonso Ondarroa

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‘Greta’, una taberna de diseño con comida castiza en Malasaña

Muy cerca de la Plaza del Dos de Mayo uno puede quedar con Greta. Si esto fuese una cita a ciegas, podríamos decir que ya de por sí el nombre resulta atrayente, lleno de personalidad. Cuando llegamos al número 26 de la calle San Andrés nos la encontramos allí: una casa de comidas de las de antes y también una taberna castiza con el lustre de antaño. De sus fogones sale un cocido madrileño bien contundente pero también otros platos que, si bien parecen los clásicos, suman un plus a las tapas y raciones de toda la vida. En el primer vistazo podemos decir que Greta nos ha entrado por los ojos, así que continuamos el cortejo. 

Desde fuera, una pequeña puerta con la cartelería inspirada en el Madrid más auténtico y castizo llama nuestra atención. Al entrar, vemos pequeños detalles que sí hacen alusión a ese local de siempre pero también otros que imprimen diseño y aire fresco al espacio de Malasaña. Una vez dentro, sabemos que este local pertenece a Quique Santamaría, J. Félix y Miguel Campillo, relacionados en parte con Clavel, uno de los bares de copas más bulliciosos de la Corredera Baja de San Pablo. Y ahí vemos parte de hermanamiento entre ambos lugares, sobre todo en ese guiño al bar de toda la vida que tienen ambos. Aquí, en Greta, vemos la barra de zinc, que combina con unos azulejos turquesas y unas vanguardistas lámparas de diseño. Al fondo del local un salón amplio, con una luz tenue y unas cuantas fotografías en blanco y negro colgadas por la pared. Pertenecen a Quique, socio y fotógrafo. La vida de Malasaña, el rollito castizo pero descarado está en estas imágenes y, por tanto, también en Greta. 

Greta, una taberna de diseño con comida castiza en Malasaña

CASTIZO ‘CON UN PUNTITO’ BY GRETA

Greta es uno de esos locales en los que apetece tomarse un vermut el fin de semana a la hora del aperitivo y también un espacio cómodo en el que charlar y alargar la cena. Entre semana el establecimiento solo abre a partir de última hora de la tarde pero los viernes, sábados y domingos despliega todos sus encantos como la casa de comidas que es. Aquí se prepara Cocido madrileño todos los domingos y los sábados ponen en marcha un espíritu menos castizo pero igualmente tradicional y preparan algún tipo de arroz. 

Si hablamos de la carta, esos guiños a la taberna de siempre son más que evidentes. Nadie sale de aquí sin haber degustado su Ensaladilla rusa con huevo frito y chanquetes, de textura melosa y con esa curiosa aportación del huevo y los chanquetes. A este emblema de lo que Greta es, se une un plato aún más tradicional: las Croquetas de jamón empanadas con panko japonés y, por supuesto, las de Cocido, otras de esas que no fallan. Bechamel cremosa, rebozado muy crunchy y sabor potente. ¿Quién da más?

Greta, una taberna de diseño con comida castiza en Malasaña

Pues sí, Greta nos sigue camelando y lo hace gracias a principales como sus Flores de alcachofa, esa cara tradicional y sanita que convence a los vegetarianos. Para los que no lo son, aquí preparan un Entrecot de 500g trinchado que hace las delicias de los carnívoros, al igual que ocurre también con su Bocata de torreznos cocinados a baja temperatura y que cuenta ya con unos cuantos fieles. Y continuando con la carne, aquí una de las mayores (y mejores) sorpresas que guarda las entrañas de esta taberna con nombre de mujer. Tuétano de vaca con steak tartar tradicional, una receta que rescata el olvidado tuétano y le agrega un clásico tartar preparado al estilo francés. Provoca curiosidad y encandila un poco más de Greta. 

Y es que en esta cita muy cerca del Dos de mayo esperábamos encontrarnos un crush con rollazo malasañero y la cosa ha ido más allá. Greta es muy Malasaña, pero también es un buen cobijo ante el postureo y el moderneo extremo que a veces se achaca al barrio. Un match de esos que nos reconcilia con los sabores sencillos, los que desde siempre han conquistado nuestro paladar. 

EL IMPRESCINDIBLE es su Ensaladilla rusa con huevo frito y chanquetes porque vas a empezar a salivar (literalmente) desde el momento en el que llegue a tu mesa.

FÍJATE EN… la selección de fotografías de Quique Santamaría que decoran el salón. Hablan de Madrid, de la vida de taberna, de todo eso que tanto nos gusta. 

Greta', una taberna de diseño con comida castiza en Malasaña

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El nuevo ‘Palentino’, el de siempre (como nunca)

Principios. De eso se trata todo en El Palentino. De los que tuvo y lo convirtieron en el mítico de Malasaña y de los que tiene hoy Narciso Bermejo, asesor del nuevo Palentino. Unos principios que le han hecho reiniciar este proyecto con una mirada nostálgica sobre el lugar que fue, pero también muy consciente de los cambios que requiere la reapertura de un sitio así en 2019. Así que sí, bienvenidos al bar de toda la vida pero, ojo, que nadie se espere encontrar aquí una recreación del bareto malasañero de antaño. Esto es un homenaje: aquí hay guiños al pasado pero con la mirada siempre puesta al frente. 

Cuando uno se acerca a esta mítica esquina de la calle Pez diría que pocas cosas han cambiado. Se ha mantenido la fachada y el logo -revisionado por el artista Juanjo López-. Dentro del local también encontramos recuerdos de lo que fue en forma de las fotografías que Jonás Bel hizo de Casto, Loli y de la tribu fiel que cada día bullía en el Palentino. Porque, tal y como anuncia el prestigioso barman, el Palentino era sus clientes y esa normalidad y cotidianeidad con la que se trataba a todo el mundo que se acodaba en su barra, fuese cual fuese su procedencia.

El nuevo 'Palentino', el de siempre, como nunca

Y ese sí que es un punto que Narciso quiere conservar intacto. Embarcado también en este proyecto está el empresario Martín Presumido, del grupo Mamá Chicó. Él fue quien se interesó por el local -en un momento en el que las grandes cadenas pugnaban por él- y después de tener en sus manos el proyecto, le ofreció a Bermejo que fuese su partner. Así, Martín y su grupo son los encargados de la propuesta gastro y, cómo no, el que fuese el impulsor de Macera se encarga de la carta líquida. Todos sus destilados artesanales se encuentran tras la barra, hoy situada en el lado opuesto, que ya son marca de la casa de Narciso (7 Craft Bar y Nada 365) y que están etiquetados en honor al mítico hostelero del Palentino. El zinc de la barra de entonces se cambia ahora por el mármol y los ventanales que había tras ella proyectan luz sobre las mesas en las que apetece sentarse a comer. En la planta baja otras cuantas mesitas por las que también se ven pasar sus raciones. 

TAPAS, RACIONES Y COPAS QUE SE REINVENTAN

Los fieles del Palentino de Casto acudían allí, entre otras razones, por los bajos precios que mantenía el local teniendo en cuenta su privilegiada ubicación en Malasaña. Las copas y las cañas desfilaban por el local y entre ellas, también sus archiconocidos pepitos de ternera, bocatas variados y algún que otro sándwich mixto. Hoy la oferta se ha ampliado y especializado, aunque sí, aquí siguen estando sus míticos bocatas de ternera. Eso sí, ahora la carne procede de la sierra y el pan se elabora a diario. 

También se sirven aquí algunos de los platos más representativos de la gastronomía de bar de siempre como son, por ejemplo, las Patatas bravas o las Rabas de calamar. También hay Huevos rotos, pero se acompañan de jamón ibérico o zamburiñas. No faltan la Ensaladilla rusa o los Callos a la madrileña que, cómo no, saben a pura tradición. Además, desde Mamá Chicó han querido traer al céntrico local unas cuantas propuestas marinas que bien merece la pena probar como, por ejemplo, los Chipirones de pota encebollados o los Calamares en su tinta. A su carta en papel se une además una propuesta que se escribe en los ventanales, otro de esos guiños que el malasañero de toda la vida reconoce al primer vistazo. Precisamente para ellos han dispuesto una oferta especial los martes y los jueves de 16 a 20h, una franja en la que se mantendrán los precios del antiguo Palentino. Un gesto poco rentable hoy pero que, sin embargo, Narciso quiere tener con sus feligreses.

El nuevo 'Palentino', el de siempre, como nunca

En lo que se refiere a los destilados, la fuente de inspiración de Bermejo está en su trayectoria y también en la tradición, lo que la gente demanda en una taberna de siempre. Así, dentro de su oferta encontramos, por ejemplo, un Pantera rosa con ginebra macerada con mora, frambuesa, arándanos, zumos de lima o frambuesa o un apetecible Benidorm 1983, consistente en Ron macerado con cítricos, zumo de limón, jengibre y crema de coco. Nombres que invitan a una sonrisa cómplice como El mondadientes, La pesada de tu amiga, El novio del pueblo o el Paluego son otros de los destilados especiales que pueden consumirse aquí. 

Y antes de disfrutar en su barra, como ya lo hicimos, una última anécdota para cerrar el círculo: el último día del antiguo Palentino, fue el propio Narciso quien le sujetó la puerta a Casto al entrar. Lo cuenta con los ojos brillantes y él, que fue de los que pasó muchas veladas en este rincón de la calle Pez, encuentra ahí la razón de ser para este proyecto. A los haters del nuevo Palentino les recomiendan que pasen por aquí y después, ya si eso, juzguen. Lo que sobra aquí es cariño, pasión por lo nuevo y lo antiguo y sobre todo, principios de esos que hacen grandes los proyectos. 

EL IMPRESCINDIBLE es, por supuesto, el Pepito de ternera. Poco tiene que ver con el antiguo pero contenta a los nostálgicos y supera las expectativas del resto.

FÍJATE EN… las fotografías que se disponen a lo largo del local y que nos muestran la vida del antiguo Palentino, al igual que las lámparas, que se han conservado. También en el cuadro de un mixto huevo que corona el espacio principal y que recrea lo que ocurría en la cocina de antaño. 

*Fotos: Paco Montanet

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