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Ruta por Conde Duque: 4 nuevos bares con mucho estilo

Conde Duque es uno de los barrios más bellos y llenos de encanto de Madrid. Situado alrededor del antiguo cuartel que le da nombre, sus calles estrechas y plazas esconden tabernas, restaurantes y tiendas muy, muy especiales que son todo un imán para aquellos que buscamos huir de la multitud que inunda Gran Vía, Plaza de España o Malasaña. Aunque también es verdad que su proximidad con estos puntos es otro de los atractivos del barrio.

A todo esto hay que sumarle estos cuatro nuevos locales con mucho estilo y en los que se come y bebe divinamente.

‘Pepa y Josefa’: un bar muy castizo para un tapeo tradicional

Esta pequeña taberna en la calle Cristo lo tiene bien claro: lo tradicional nunca pasa de moda. Tras su barra encontramos a Jesús Morata (creador del conocido restaurante Dolores y Lola). Con una decoración de lo más castiza, con fotografías antiguas de la ciudad, carteles vintage de bebidas e ilustraciones de gatos muy castizos, Pepa y Josefa presume de una formidable selección de vinos, la mayoría provenientes de Aragón, vermut de grifo, increíbles gildas y platillos elaborados con conservas gourmet.

Aunque su bocado estrella, y el que hará que vuelvas por aquí una y otra vez, son sus molletes. El de chicharrón es un auténtico manjar; utiliza un chicharrón que adquiere a un exclusivo preveedor de Cádiz que quita el sentío.

‘La Pastelería’: un bar de vinos lleno de encanto

La Pastelería es abacería, bar y espacio cultural. Lo tiene todo para convertirse en el it place del barrio. Nadie puede resistirse a entrar en este legendario local de la calle Palma que se ha transformado en un deslumbrante bar de vinos por obra y gracia del grupo Bamboleo, artífice de algunos de los bares con más encanto de la capital como son Malpica, Toboggan o El Circo de las Tapas.

Aquí el protagonista por excelencia es el vino. Y no solamente los tan de moda vinos naturales, también hay una cuidada selección de vinos orgánicos, olorosos, dulces, secos, con burbujas… E, importante, el personal conoce perfectamente las cualidades de cada una de las etiquetas con la que cuenta su bodega, y van a saber mejor que nadie cuál recomendarte según tus preferencias o platos con los que deseas armonizar. Si prefieres cerveza, cuenta con prácticamente todo el catálogo de La Salve, cervecera de Bilbao aún poco conocida en la capital.

En cuanto al tapeo, platos sencillos pero de inmenso sabor elaborados con conservas, encurtidos y embutidos de primer nivel. Sus Anchoas Santederiñas con Tomate Triturado, los Mejillones de la Ría en Escabeche o el Atún Encebollado de Barbate son insuperables.

‘La Cosecha’: un agradecido rincón de México

Aunque en la zona imperan las tabernas y los menús tradicionales, también hay espacio para las cocinas de otras latitudes. En este apartado debemos incluir La Cosecha, un lugar en el que se sirven platos con sabor a Ciudad de México acompañados (cómo no) de cócteles con un toque de picante. Su especialidad son los Chilaquiles Divorciados: totopos de maíz con pollo asado a la plancha bañados en dos salsas (roja y verde, de ahí el nombre). Llevan también nata, queso y cebollita a modo de toppings; una verdadera delicia.

No podían faltar los tacos. El de cochinita pibil es de diez. La ración contiene tres unidades, dato muy a tener en cuenta de cara a hacer la comanda en la que también estaría bien incluir su aguachile tijuanero, unas enchiladas zacatecanas o las costras de quesos.

Para beber, es imprescindible probar su michelada, con un extra de tajín que le da una potencia inigualable. El precio medio del restaurante oscila entre los 25-30€ p.p.

‘Marrufo’: más que una coctelería de barrio

Para acabar la tarde nada mejor que dirigirse a Marrufo, en la calle Noviciado. Esta coctelería se encuentra donde antes estaba Casa Candi, un mítico del barrio que conseguía reunir a todo tipo de gente, y a cualquier hora del día. Aunque ya hemos hablado sobre Marrufo en alguna ocasión, reiteramos que es uno de los sitios más especiales de Conde Duque.

En su carta están todos los cócteles clásicos, aunque algunos de ellos han sido reformulados con mezcal; no en vano sus responsables son originarios de Oaxaca, el estado del que procede la mayor parte del mezcal que se produce en México. Este es también la base de sus creaciones propias, como Electric Güera Acid Test (mezcal, cordial de hibiscus y zumo de limón), nuestro favorito.

Si te preguntas si los aperitivos de Marrufo son tan animados como los de Casa Candi, la respuesta es sí. Es más, los sábados suelen acoger a algún cocinero o chef de restaurantes amigos para que los habituales de Marrufo puedan acompañar su vermut o cóctel con un bocado diferente cada semana.

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‘La Gloria’, la cocina del Sur que triunfa en Malasaña

Identidad, memoria y sabor andaluz, servido en raciones para compartir. Cuando el estómago y el corazón buscan algo que nos lleve a los sabores de una comida familiar, de una cena en la cocina de casa o de la receta de la abuela, La Gloria (Noviciado, 2 Noviciado) es una apuesta más que segura. En este bar-restaurante, ubicado entre los barrios de Malasaña y Conde Duque, su propietaria, Sol Pérez-Fragero, se ha inspirado en la cocina de su abuela con la que se crió en Almodóvar del Río (Córdoba) a la que cada día trata de hacerle un homenaje con un estimulante listado de platos característicos del recetario andaluz.

BAR LA GLORIA Montado de Sardina del Cantabrico con salmorejo

Es lo que algunos denominan comfort food -esas comidas que alimentan la nostalgia tanto como el cuerpo-, que aquí se sirve en generosos platos para compartir y con un marcado acento del sur. Para lograrlo cuenta con una cuidada red de proveedores, andaluces (Atún, melva y ventresca procedente de Barbate, aceite de oliva de Baena, chicharrones de Paterna) y locales, en este caso y según nos indica Sol, los mejores comercios del barrio (Pollería Herrero, de la calle Espíritu Santo; verduras de Manolo, en la Corredera Baja de San Pablo; pescados de Alofer y una pequeña carnicería familiar de la calle Esgrima…). Gracias a ellos, su equipo de cocina puede recrear esos sabores tradicionales a los que nadie puede resistirse: desde un colosal Salmorejo cordobés, que preparan todo el año con aceite de oliva, coronado por huevo y jamón crujiente, hasta unas Albóndigas de choco y gamba arrocera con manzanilla, uno de los platos emblemáticos de la «tacita de plata».

Aunque si hay un plato con el que La Gloria se ha ganado el favor de los aficionados al buen comer ese es el Flamenquín de lomo y jamón con patatas, un bocado típico de la provincia de Córdoba que llega ex profeso de Almodóvar del Río, pueblo natal de nuestra anfitriona. Pero no es el único, la Mazamorra cordobesa, otro plato tradicional de su tierra, cuenta también con numerosos adeptos que se dejan caer habitualmente por allí para disfrutar de esta especie de salmorejo que reemplaza el tomate por almendra cruda. Al igual que el Cachopo de ternera, cecina de León y queso de los Oscos (se sirve en porciones de 350-400 gr) que, según nos cuenta Sol, se ha convertido en un serio rival de su aclamado flamenquín.

Entre las más de 30 propuestas que incluye su carta poco – o ningún- espacio para la experimentalidad ni los sabores exóticos, ni falta que hace. Aquí manda la sencillez, donde el sabor es lo primordial, como comprobamos en sus Montados sobre pan cateto (el de Sardina del Cantábrico con salmorejo es sencillamente sublime) o cualquiera de sus Molletes de Antequera, elaborados todos con productos con denominación de origen. Lo mismo sucede en el capítulo de bebidas: aquí manda la cerveza más madrileña de grifo y los vinos andaluces, elegidos eso sí cuidadosamente por Sol.

BAR LA GLORIA Albondigas de choco y gamba arrocera con manzanilla

PAELLA DOMINICAL Y ESPACIO PARA CELEBRACIONES

En este retorno a la cocina de siempre no podía faltar la Paella valenciana, un plato sinónimo de comida familiar y de fin de semana. Por eso solo la preparan los domingos a mediodía, con pollo, conejo y verduras de temporada, aunque su fama es tal que ha sido reconocida en los últimos años como una de las 10 mejores paellas de Madrid en la guía ‘Dónde comer auténtica paella’ de Wikipaella. Olvidarse del brunch y los huevos Benedict e ir el domingo a La Gloria a comerse una de sus raciones de paella es ya un ritual los domingos para muchos -conviene reservar siempre-. Esta se puede tomar en la zona de barra de la entrada, siempre de lo más animada todos los días de la semana, o en el gran salón con mesas al fondo del local.

Precisamente es la disposición de este segundo espacio, de aire rústico y mesas de madera para todo tipo de grupos, lo que explica el rótulo ‘Casa de Comidas’ que luce en la fachada del bar-restaurante. Título que, además, permite adivinar al paseante al trato cercano, servicio informal y la moderación de precios que también son marca de la casa.

Por último, no podemos cerrar este repaso a las bondades de la Gloria sin hablaros de una tercera y coqueta estancia habilitada para celebraciones y fiestas privadas. Se trata de un salón con un amplio balcón a la calle que los habituales del local suelen reservar para celebrar cumpleaños, eventos y cenas de grupo; fiestas para las que el restaurante ofrece diferentes opciones de menú (se fija siempre un presupuesto por comensal) y un equipo de sonido para que los asistentes puedan pinchar su propia música. Tiene capacidad hasta para 30 comensales y os podemos asegurar que es de los mejores espacios que encontrarás en Madrid para pequeñas celebraciones.

BAR LA GLORIA celebraciones de cumpleanos

‘Si el cuerpo te lo pide, dáselo’ es el lema de este restaurante donde todo está ideado para hacernos sentir como en casa. Y para que lo disfrutemos con los nuestros.

EL IMPRESCINDIBLE… Difícil elección. Para cenar y compartir con amigos, el flamenquín y la mazamorra. Si vas a mediodía en fin de semana, no debe haber duda: paella valenciana.

FÍJATE EN… Sin caer en tópicos, hay muchos elementos de la decoración típicos de las casas andaluzas, desde palmatorias de cerámica verde de Úbeda a las persianas de rafia que ocultan las ventanas del salón.  

Y ATENTOS… Su propietaria ultima los detalles de un segundo bar en Malasaña al que llamará Josefita, apelativo con el que solía llamarle su abuela Gloria.

*Fotos Alfonso Ondarroa

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