Chikinmos no es sólo pollo frito coreano sabroso
Chikinmos es un restaurante envuelto en la burbuja de la comida coreana en Madrid. A poco que os guste pasar el rato en redes como Instagram o TikTok habréis visto el fenómeno, está ahí. Las recetas coreanas recorren la capital. Antes costaba encontrar un restaurante coreano, ahora pegas una patada a una piedra y salen nombres para desayunar, comer, merendar y cenar.
Dentro de la comida coreana, el pollo frito es de las recetas más de moda en la ciudad. Es un plato «sencillo», rico y divertido. Y es pura Corea. Esta burbuja del pollo frito coreano se explotará tarde o temprano, tiene que pasar, pero creo que Chikinmos la sobrevivirá. Lo hace bien para mantenerse, tiene encanto. Les va tan bien que no pueden ya aceptar reservas e ir a su pequeño local de apenas 6 mesas de la Calle General Díaz Porlier 28 es una incertidumbre. Puedes llegar y sentarte al momento, puede que esperes un buen rato. O puedes pedir para recoger.
Chikinmos hace pollo frito coreano
A Chikinmos llegué un poco de casualidad: buscando restaurantes para comer en el Barrio de Salamanca. Sí, lo sé. Chikinmos es un local que apareció en Google Maps con un asombroso, aunque siempre inquietante, 5 de valoración. Ahora ya ha bajado, lo que paradójicamente me da más confianza.
Chikinmos hace chikin. Hace KFC, Korean Fried Chicken. No es un pollo frito cualquiera, se reboza y queda crujiente por fuera, tierno por dentro. Chikinmos utiliza pollo de origen gallego entregado cada día y marinado más de 12 horas para que sea jugoso. Lo sirven deshuesado en generosos trozos o como alitas.
Este pollo lo sirven en combos. Está el Combo Chikin, ideal para compartir y pedir algo más, o para darse un banquete. Eliges alitas (15,80 euros) o deshuesados (17,80 euros) y la salsa o dos salsas que quieras. Vienen unas 8 o 9 piezas riquísimas con mucha salsa y unas pastas de arroz y nabo para acompañar. También puedes pedir la Chikin Chikin Box, que viene tanto con alitas como deshuesados, entre 15 y 18 piezas con tres salsas a elegir.
Como decimos, el pollo frito coreano no viene solo. Lo acompañan de una variedad de salsas que elaboran con ingredientes traídos directamente de Corea del Sur, para mantener la esencia. La más popular es la Snowing de queso, y los más valientes se atreven con la Hotter than U con pimienta de Sichuán. La Sommerzeit de mostaza y miel engancha y la Esmeralda de cebolleta es sencilla pero rica. También están la Daruma de wasabi, la Amber de chili dulce, la Freyo de yogur y fresa y la Ajomola de, claro, ajo y soja.
Las piezas de pollo deshuesado son jugosas y grandes, y por sí solas están muy ricas. Pero con las salsas la experiencia sube. Haced casi a las marcas de picante: dos chiles ya es bastante picante. Si no sabes qué pedir, o piensas que te estás pasando pregúntales que te orientarán.
Pero hacen más comida coreana en Madrid
El pollo frito coreano es el plato que da la merecida fama al Chikinmos, pero no es lo único en su ajustada carta. También tienen unas cuantas «tapas coreanas». El Bibimbap (14,95 euros) no podía faltar. La ración es grande. Cuando lo pides te llega a la mesa una enorme lata con su arroz con verduras, alga nori, huevo frito, salchicha coreana y salsa bibimbap. Chikinmos te pregunta: ¿te lo mezclas tú o lo mezclamos nosotros? La tapa se cierra y de mezcla todo agitando con ganas. Y a disfrutar.
Otros platos que me van a hacer volver al Chikinmos son el combo 4 Banchan (9,80 euros), una variedad de verduras con la que se acompañan los platos principales en Corea. El Kimbap (13,80 euros) y el Bulgogi (13,80 euros) son otros dos platos tradicionales que puedes pedir en Chikinmos y que no te van a fallar.
Más opciones son el Sotteok Sotteok, unos pinchos de pasta de arroz con salsa; las bolas de arroz con alga nori para que acompañes tus platos; el Mandu de Kimchi, unos dumplings muy interesantes; el Tteokbokki, pasta de arroz que se acompaña con pastel de pescado, queso y sésamo; o los Calamares picantes, sobra la explicación. Postres no tienen, pero sí que puedes pedir cerveza Cass (4,20 euros) y refrescos coreanos (de uva, pera o melocotón, 3,70 euros).
La única pega que le he visto a Chikinmos: la ventilación no es la mejor y sales con el pollo frito coreano en la ropa.