El misterioso dragón del escudo de Madrid
Es muy probable, estimado lector, que con un mínimo esfuerzo, sepas decir los motivos qué aparecen representados en el escudo de Madrid, por si hay algún despistado en la sala, susurraré la respuesta, una osa rampante junto a un madroño. Pero lo que muy poca gente sabe es que. durante más de un siglo, este plantigrado compartió espacio con un animal mitológico, nada más y nada menos que un dragón. ¿Lo sabías? Pues lo que es todavía, más sorprendente, es que este ‘cameo’ heráldico fue fruto de la versión de una única persona y que, con las mismas que apareció, perdió su honroso lugar. Recapitulemos.
Una de las calles más largas y transitadas de Madrid es la calle de López de Hoyos. Ésta lleva el nombre de Juan López de Hoyos, el escritor y humanista que se destacó por los numerosos estudios que realizó sobre la Villa, y de hecho fue Cronista de Madrid y profesor, nada más y nada menos, de Miguel de Cervantes. Nacido en Madrid en 1511, unos años más tarde relató como él mismo, había visto, labrado sobre la dovela de una puerta ubicada en la Plaza de la Puerta Cerrada, lo que él definió como ‘un fiero y espantoso dragón’.
Ésta fue su versión, relatada en 1569 en la que dejó constancia de su hallazgo: “Por desembarazar la puerta Cerrada, derribaron, y estaba en lo más alto de la Puerta, en el lienzo de la muralla labrado en piedra berroqueña, un espantable y fiero dragón, el cual traían los griegos por armas y las usaban en sus banderas”. Este relato, cuya veracidad nadie pudo ni podrá demostrar ya, fue cogiendo peso y difusión hasta que, en 1850 se decidió que tal animal fuera incorporado al escudo de la ciudad. De este modo, a la ya conocida osa, le surgió un vecino (dragón para unos, grifo para otros) que estuvo presente en el escudo de Madrid hasta 1967, cuando el Consistorio tras un informe de la Real Academia de la Historia, se dio cuenta de que tal presencia no estaba justificada históricamente, y se procedió a su retirada.
No obstante, repartidos por la ciudad todavía se pueden ver numerosos escudos de Madrid donde aún conviven la osa y su misterioso acompañante. ¡Os animo a descubrirlos!