Cuando empezamos en el 2010 esta página, uno de los primeros libros con el que nos topamos fue Madrid Oculto de Marco & Peter Besas, un libro fascinante que nos encantó y nos enseñó muchísimas cosas sobre Madrid. El libro ha resultado ser un exitazo de ventas (con más de 8 ediciones), que ha sido traducido al inglés y que ha inspirado una segunda parte y una edición para niños.
Sigue siendo uno de los mejores libros que puedes comprar para descubrir curiosidades sobre Madrid, así que hemos recopilado algunas de nuestras curiosidades favoritas (puedes pinchar los enlaces para ir directamente a la pregunta en cuestión si prefieres):
- ¿Cuantas estatuas del Angel Caído hay en Madrid?
- ¿De donde viene la tradición de las uvas en Nochevieja?
- ¿Cual es la historia detrás de la Plaza del Cascorro?
- ¿Porqué dos leones vigilan la entrada al Congreso de los Diputados?
- ¿De donde viene la tradición de las tapas?
Sin más dilación, adentrémonos en el misterioso mundo de Madrid Oculto.
¿Cuantas estatuas del Angel Caído hay en Madrid?
En el Parque del Retiro, si accedes por la puerta que queda al suroeste, más cercano a Atocha, te encontrarás de golpe con la estatua del Ángel Caído (alias, la estatua favorita de Iker Jimenez). Esta estatua es conocidísima por ser “la única estatua en el mundo dedicado al Ángel Caído”, pero, ¿es realmente la única?
La estatua, inaugurada en 1885, fue adquirida por el Duque de Fernán Nuñez en la exposición Universal de París. Sin embargo, no le resultó fácil a Fernán Núñez colocar una estatua dedicada a Lucifer en el Parque del Retiro. Tuvo que convencer a la población diciéndoles que sería un buen recordatorio y metáfora del destino que les esperaba a aquellos que mostrasen demasiado orgullo.
En Madrid, se encuentra además una réplica de la estatua, realizada por el mismo Bellver en 1887, y se encuentra en la escalinata de entrada a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Y en tercer lugar, aunque no oficialmente, se encuentra una escultura de Miguel Ángel Ruíz de un “ángel caído” (pero más bien en el sentido literal). Esta escultura de bronce se encuentra en el tejado del edificio situado en la Calle de los Milaneses, muy cerca de la Calle Mayor. El artista indica que más bien es un ser que se ha topado con los rascacielos de Madrid, y ha tenido un accidente aéreo.
¿De donde viene la tradición de las uvas en Nochevieja?
Año tras año, cada Nochevieja, nos sentamos delante de la televisión y nos tomamos las uvas. Doce uvas en unos 36 segundos. Es una tradición muy española, y las discusiones suelen ser por ver con que canal vemos las campanadas, en la tradicional TVE o en alguno de los canales más nuevos. Lo que no se suele preguntar nadie en esos momentos es de donde sale tan curiosa tradición.
Debemos remontarnos a 1909. Unas buenas cosechas de uva ese otoño produjeron un exceso, y en la celebración de nochevieja en la Puerta del Sol se repartieron racimos de manera gratuita. Lo que no está claro es de que manera surgió la actual tradición de las 12 uvas, pero lo más probable es que uno le diría a otro: “¿a que no te comes una uva por cada campanada?”. El resultado: cuarenta y seis millones de personas se sientan cada nochevieja delante del televisor e intenta tomarse las uvas para empezar el año con buen pie.
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¿Cual es la historia detrás de la Plaza del Cascorro?
Al sur de la Plaza Mayor, se encuentra la Plaza del Cascorro, plaza que es muy conocida precisamente porque aquí es donde comienza todos los domingos el famoso Rastro de Madrid. En el centro de dicha plaza, hay una estatua de un militar armado hasta los dientes, que está dedicado a Eloy Gonzalo (por cierto, la estatua es de Aniceto Marinas, el del Monumento Dos de Mayo).
Eloy Gonzalo tuvo una vida bastante desgraciada. Fue abandonado de niño, perdió sus padres adoptivos a los 18 años, y luego fue condenado a pasar 12 años en la cárcel por una bronca con un oficial. Sin embargo, estos datos carecen de importancia porque Eloy se convertiría finalmente en un héroe nacional y se le llegaría a conocer como el “héroe del Cascorro”.
En 1896, España estaba en guerra contra Cuba. Una pequeña milicia española de unos 170 hombres estaba rodeado por 3.000 insurgentes cubanos en el pueblo de Cascorro. El capitán del regimiento concluyó que la única salida que tenían era prenderle fuego al edificio que utilizaban los cubanos como cuartel, con el fin de causar el pánico y aguantar a que llegasen refuerzos españoles. Eloy, arguyendo que no tenía nada que perder, se presentó voluntario para la misión suicida, con la condición de que fuese enterrado dignamente por españoles.
Armado con un bidón de gasolina, un rifle a la espalda y una soga atada a la cintura, prendió fuego al edificio. Debido a la iluminación que daba tal incendio, Eloy era un objetivo fácil y cayó herido. Sus compañeros lograron sacarle con vida gracias a la soga, pero estaba muy malherido.
La valentía de Eloy consiguió salvar la vida de sus compañeros hasta que llegaron los refuerzos. La noticia dio la vuelta al mundo, y se convirtió en héroe nacional, recibiendo una Medalla al Mérito Militar. La historia del joven de orígenes humildes convertido en héroe tuvo un gran éxito en España, pero nunca disfrutó de dicha fama, ya que murió varios días después a consecuencia de sus heridas.
¿Porqué dos leones vigilan la entrada al Congreso de los Diputados?
Todos los días, en el Congreso de los Diputados, los políticos se pasan el día discutiendo y aprobando leyes (que a muchos nos parecen absurdos, pero bueno, ese tema para otro día) dentro de este edificio que es sinónimo de la democracia española. En el exterior del edificio, a ambos lados de la puerta de entrada (que irónicamente siempre está cerrado, a menos que seas el rey) se encuentran dos leones, tan famosos como el edificio en sí.
Esto no siempre fue así. De hecho, la ubicación de dichos leones fue un tema de gran discusión en el año 1851 cuando se colocaron dichos elementos decorativos en la puerta del Congreso. En un primer momento, las esculturas de Ponciano Ponzano, fueron realizados en yeso, lo cual implicó que al cabo del primer año ya tenían arañazos, muescas y demás daños causados por estar a la intemperie.
La población reclamaba que dichas esculturas fuesen realizadas en un material que fuese más duradero. En primer lugar se le ofreció el proyecto a Ponzano, el creador original de los leones. Pero en el año que había pasado desde la inauguración de las esculturas, se había convertido en el escultor más aclamado de Madrid, y el presupuesto que presentó fue inadmisible. Fue entonces que se presentó el proyecto a José Bellver, cuyas estatuas no estuvieron a la altura y acabaron en el Jardín de Monforte, en Valencia.
El Congreso de los Diputados seguía sin sus leones nuevos. Fue entonces que el proyecto se le concedió a una fábrica de artillería en Sevilla. Se utilizó para su fabricación una serie de cañones de bronce incautados en la batalla de Wad-Rass contra Marruecos, y una llave de las puertas de la ciudad de Tetuán, que había recibido el general O’Donnell como trofeo conmemorativo de la victoria española.
Finalmente, Ponzano colaboró en la fundición final de los leones (hubo ciertos problemas referentes a la aleación del bronce), y se diseñaron ahora con una pata sobre una esfera. En 1865, se transportaron desde Sevilla los leones y se colocaron en su ubicación actual, uno mirando hacia la derecha y otro hacia la izquierda. ¿Y a que no adivinas que? Los políticos volvieron a discutir sobre los leones referentes a estar hecho de materiales de un botín de guerra. No hay quien los plazca…
¿De donde viene la tradición de las tapas?
Ahora que llega el calorcito, no hay nada que le guste más a un madrileño que tomarse una cañita fresquita y unas tapas en una terraza a la sombra. Lo que es menos probable es que dichos madrileños conozcan el origen de estos deliciosos manjares y el porque del nombre.
El origen de esta famosa tradición española se remonta al siglo XIII, cuando Alfonso X “El Sabio” cayó enfermo. Su médico le recetó pequeños sorbitos de vino, acompañados de algo escueto de alimento entre comidas. El tratamiento fue un éxito, y el rey promulgó en Castilla una ley por la cual cada vez que se sirviese en una taberna una copa de vino, está debía venir acompañado por algo de comer.
A largo plazo fue una ley que tenía mucho sentido, ya que en las zonas rurales pobres de España de esa época se acostumbraba a beber vino en los descansos laborales, pero no se comía debido a la extrema pobreza. Ya sabemos lo fatídico que resulta el beber alcohol con el estomago vacío.
Pero la anécdota no acaba aquí. En una visita del Rey Alfonso XIII a Cádiz, él y su séquito pararon en una taberna para refrescarse un poco y el monarca se pidió una copa de Jerez. Pero justo en el momento de ir a darle un sorbo, se levantó una pequeña tormenta de arena. El camarero, reaccionó rápidamente colocando encima de la copa una loncha de jamón curado para evitar que entrase arena dentro de su copa. El rey, confuso le preguntó al camarero el motivo de su acción y este simplemente respondió: “es una tapa“.
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