Hervidero de tendencias y caldo de cultivo para triunfar con nuevos negocios. Malasaña es un lugar cargado de locales molones donde, en realidad, no triunfa cualquiera: se necesita creatividad, ganas y mucho -mucho- talento para aportar algo diferente al barrio que lo tiene todo. El proyecto que traemos hoy tiene todas las papeletas para conseguirlo. Hablamos de Paralelo 35, la coctelería asentada en el número 14 de la calle Divino Pastor que viene dispuesta a hacernos cuestionar los sabores que conocemos y a empujarnos a probar tragos de lo más inesperados.
Nicolás Miranda, formado como somelier y famoso por su trayectoria coctelera, llegó al local de su nuevo -y octavo- proyecto y se encontró con un espacio prometedor: antiguos taburetes de madera, mesas altas, un piano y una preciosa barra de mármol con luces debajo en la que ya visualizó todo lo que se iba a servir allí. Decidió dejarlo intacto y darle aún más personalidad eligiendo una buena iluminación (algo muy importante para él), pintando en tonos azules, un mapa creado personalmente por libros abiertos en una de las paredes e instalando una curiosa pieza que se trajo desde Valencia y no puede pasar desapercibida: su mágica fuente del vermú o lo que es lo mismo, una antigua fuente de piedra rodeada de azulejos con un grifo para que te sirvas por ti mismo.
FÓRMULAS CON VINO
Pero entonces, ¿a qué viene eso de Paralelo 35? El nombre del concepto se lo deben a las líneas Norte y Sur del plano ecuatorial terrestre, justo en el paralelo 35. En ellas coinciden todos los países que para Nicolás comprenden el nuevo mundo del vino: su querido Uruguay, pero también Argentina, Chile, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y una parte de California. Regiones del planeta donde se conjuga una nueva visión de esta bebida milenario, y que funcionan como orígenes base de lo que podremos beber aquí.
A Paralelo 35 Cocktail & Winebar viene uno a olvidarse por un rato de clásicos (Rioja, Verdejo o Ribera) para disfrutar de vinos naturales que nos permiten abrir la mirada y los sentidos a sabores especiales y diferentes. Cada mes cambian el origen, pero siempre podremos probar referencias -como la de vinos uruguayos o africanos- difíciles de encontrar en España. Pero para que la frase cocktail & winebar cobre toda su importancia, podríamos decir perfectamente que estamos hablando de una coctelería de vinos. ¿Por qué? Porque aún sirviéndolos solos, también los mezclan: los cócteles con vino son creaciones de autor en las que han trabajado para que no parezca el típico cóctel. Es decir, que utilizan los mismos ingredientes que un cóctel pero lo ejecutan de manera diferente (incluso elaboran botellas con sus cócteles que puedes después llevarte a casa ya preparado y listo para servir).
CÓCTELES EMBOTELLADOS
La carta es minimalista (de momento) y nos ofrece tres formatos de disfrute. Por un lado los cócteles en dos pasos, una especie de mini cóctel que deberemos servirnos nosotros mismos. Para ello el barman nos ofrece, por separado, una botellita de 100 ml con el destilado macerado (de la marca Paralelo 35), el refresco y su vaso con hielo para que tú mismo hagas la mezcla antes de tomártelo. Son fórmulas bien conocidas por todos como Moscow Mule, Gin and Tonic, Fernete, Mula y The Palom.
La segunda opción son los cócteles de 200 ml que vienen ya preparados en botella y que nos sirven directamente en copa. Son interpretaciones personales del Bloody Mary, Milk Punch o la Piña Colada, que aquí se elabora con ron, encurtido de piña en vinagre de manzana (para no generar fermentación ni oxidación en la botella) que luego filtra en yogur de coco quedando clarificado, y añadiendo por último agua de hibisco.
La tercera es la de Cóctel & Wine: los cócteles de siempre a los que añade un poquito de vino de Jerez, por ejemplo el Gimlet, Last Word o su Manhattan clásico -pero de la casa- que prepara con whiskey Rye americano, vermut rojo, licor de cacao y angostura. Estos también vienen ya preparados en botella y se sirvencomo si fuera un servicio de vino, dándote a degustar primero para ver por dónde respiras. Estos detalles hacen que las personas ajenas al mundo de la coctelería experimenten un acercamiento a ella atrevido y poco común.
VERMUT SELF SERVICE
Hablamos además de la que es la primera coctelería de grifo de Madrid, una práctica sostenible y muy poco explotada que solo se había visto en Barcelona. De esta forma si pedimos un cóctel, ellos agregan del grifo el destilado que se necesite. Sus barriles suben el alcohol a presión generando una burbuja muy fina. En su caso, el vermut posee una bomba neumática con CO2 que le da presión para salir pero no le agrega burbuja. Sale además desde un grifo de lujo: la fuente de piedra de la que hablábamos más arriba y de la que el cliente debe servirse el mismo. Se trata de un Vermut criollo de la casa con Petroni, fino y cordial de albahaca (ingrediente este último que irá cambiando periódicamente para darle un toque diferente cada cierto tiempo) . Y, ojo a esto: los domingos a la hora del aperitivo hay «grifo libre de vermut», es decir, podrás hacer refill de tu vaso en la fuente todas las veces que quieras pagando un precio único por todos ellos (en estos primeros meses de apertura la cuota se estableció en 12€)
¿Añadirán más cócteles a sus grifos? Sí: su objetivo es tener una carta en movimiento. En ella pronto servirán un Espresso Martini transparente con café, vodka y licor de cacao blanco, pero también cervezas artesanales únicas muy en la línea con el resto de la propuesta. De momento, si nos apetece una buena birra, siempre podemos pedirles El Águila o Armstrong Lager, de grifo.
Por supuesto aquí no falta un buen picoteo: para seguir con el concepto, las líneas del Paralelo 35 les permiten jugar con los diferentes sabores que comprenden estas zonas. La propuesta es breve pero de gran calidad: pequeños pero bien elegidos bocados como la Alta Fugacetta ‘’desde Argentina’’ (pizza sin salsa, solo con cebolla, mozzarella y bien condimentada con orégano), la Tosta Fierrito ‘’desde Jordania’’ (una tosta con baba ganush y panceta de cordero macerada 45 días y cocinada 48 horas) y por último el Sanguche caliente desde ‘’EEUU’’ (queso con mermelada de cerveza negra).
Sin duda Paralelo 35 es un proyecto que va a dar mucho de qué hablar. El sitio perfecto para ir con amigos y probar tragos que nos saquen de la típica coctelería y nos adentren en un mundo de sabores y aromas aún desconocidos. Toda una experiencia, desde que entras hasta que sales.
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