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‘Lovo Bar’, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería


Jaime de las Heras

Irreverente, sensual, provocadora, magnética, única, irrepetible… Cualquier adjetivo que se pusiera a Joséphine Baker se quedaba corto, y para reivindicar esa figura llega Lovo a Madrid. Emulando a los años 20 del desenfreno parisino al ritmo de electroswing, un horario non stop y con el halo de la Baker presente en su carta y en su estilo, esta es una coctelería a la que tener siempre en el radar.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Bajo un punto de locura y renunciando al concepto speakeasy y clandestino, Lovo abre sus puertas en el número 20 de la calle Echegaray (en pleno barrio de Las Letras), compartiendo distrito en la actual Milla de Oro de la coctelería madrileña. Bajo el prisma de un mito artístico, musical, social y cultural como Joséphine Baker, Lovo no muestra solo garras, sino también un carácter protector.

Dos espacios bien diferenciados tientan así al noctámbulo, al amante de la buena coctelería y al cliente ocasional que busca refugio y tragos en el centro de Madrid. Así surge La Caza, en la planta superior, un ambiente de sofás corridos y mucha comodidad presidido por una barra cuadrada en la parte central: intimidad y confort en el mismo plano.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Abajo, La Cueva, más diáfano y con más espacio para bailar, ideal para que al ritmo del dj los cuerpos se pongan en marcha al son del electroswing que rinde tributo a la Baker a altas horas de la noche. Su horario, de seis de la tarde a seis de la mañana todos los días de la semana, lo convierten en el lugar de peregrinaje ideal en cualquier momento del día, donde tomar una copa de calidad a altas horas de la noche no signifique renunciar a la calidad.

Todo ello se preside desde el influjo de Joséphine Baker, que también sirve como inspiración a la carta de coctelería. Una veintena larga de tragos sofisticados (incluyendo varios sin alcohol), versátiles y donde hay apuestas de nueva creación y también remasterizaciones de cócteles clásicos, que siempre vehiculan la propuesta con la historia de esta mujer total.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

COCTELERÍA EMOCIONAL Y PEQUEÑOS BOCADOS

El bartender Frank Lola es el principal responsable de la carta de Lovo Bar cuya coctelería emocional se divide en cuatro épocas: amarga, dulce, ácida y códex, emparentándola con las propias aventuras y tragedias de esta superestrella del siglo pasado. Hitos de su trayectoria con nombres tan sugerentes como Jupe Banana (en honor a su famoso vestido de plátanos), Spy Códex (como guiño a su papel de espía durante la II Guerra Mundial) o J’ai deux amours (‘Tengo dos amores’, relacionado con su bisexualidad) son algunas de las perlas con las que Lovo se rinde a los encantos de Joséphine Baker y la pone en bandeja para los madrileños.

Al mismo tiempo, pequeños caprichos de bocado para que el paladar y el mordisco no se sientan solos en una carta corta pero divertida, muy práctica y compartible, fresca y con esos detalles que la propia Baker habría firmado.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Originales, versátiles, internacionales y para todos los gustos, la cocina de Lovo está puesta al servicio del hedonismo de una coctelería de la que no querrás salir y que te atrapará a tiraditos, tartares, ostras, pinceladas de ibéricos y destellos de caviar. Un lujo en el Madrid moderno para trasladarnos al París clásico de la Edad de Oro y bailar, gozar y vibrar como a Joséphine Baker le habría gustado que hiciéramos.





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‘Lola 09’, un cocktail bar para todos los días y momentos

Nació como Olé Lola pero en 2016 decidió abandonar la peineta y la mantilla y convertirse en Lola 09, continuando su trayectoria bajo un concepto más fresco y urbano, y con un aspecto más casual, más cosmopolita. Desde entonces, la evolución de Lola 09 ha ido paralela a la de la propia calle San Mateo, que vive una edad de oro con la apertura de diversos proyectos en los últimos años, que la han convertido en una de las calles más interesantes de Madrid. Macera, Hotel Bastardo, Cuatro de Ocho, Muma, Limbo, Oven o Mamainé Malasaña son algunos de los establecimientos de nuevo cuño que han dado un aire completamente nuevo a esta calle fronteriza entre Chueca, Malasaña y Alonso Martínez.

Lola 09 es un cocktail bar con servicio de gastronomía que ofrece un trato cercano y profesional, una cuidada ambientación musical y un espacio acogedor, versátil y con muchas posibilidades. Aquí es fácil encontrar gente de todas las edades y procedencias, clientes que que acuden a tomar unos vinos o unas cervezas al salir de trabajar, a cenar en pareja o con amigos, y disfrutar de un buen cóctel o tomar unas copas disfrutando de la música de los djs invitados que hacen acto de presencia las noches de jueves a sábado.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

PICOTEO, ANTES O DURANTE LOS CÓCTELES

Aunque no es un restaurante, podemos afirmar que en Lola 09 se come más que bien. El restaurante propone un completo listado de platos divertidos y fáciles de compartir pero sin caer en los tópicos de siempre. Ni bocados castizos ni street food, lo suyo es una cocina llena de contrastes y matices, con elaboraciones complejas, una interesante explosión de sabores y una presentación muy cuidada. Gabriel Cavestany, chef ejecutivo del Grupo Moby Dick, y su equipo de cocina comandado por Alexandra María Pop, son los responsables de una carta cosmopolita, que apuesta por los productos de proximidad y unos precios razonables para que podamos disfrutar de varios platos sin sufrir por la cuenta final.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

Entre las opciones más recomendables, la Burrata de leche de Madrid con tomates asados, sus Mollete burguers (carne de la sierra de Guadarrama y queso de oveja al romero), los Lomos de arenque Bismarck rellenos de guacamole, mango y remolacha y la Brandada de bacalao sobre esponja de polenta. Aunque si hay un plato que despierta especial entusiasmo es el Tataki de atún con caviar de soja con milhoja de patata, una combinación arriesgada pero con muy gratos resultados y que está llamado a convertirse en emblema de la casa.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

Como podéis ver son bocados ideados para picar antes de empezar con los tragos pero también para acompañarlos pues sientan de lujo a la oferta etílica de Lola 09 que, sin duda, es el principal reclamo de este vibrante espacio. No obstante cuenta con una carta de más de 40 cócteles en los que hay opciones para todos los gustos, desde los aficionados a las fórmulas más clásicas hasta los partidarios de recetas más creativas y originales, sin olvidarse de los que evitan el consumo de alcohol, que también encontrarán cócteles 0,0% súper apetecibles.

Como va a ser difícil elegir lo mejor es encomendarse a las recomendaciones de sus barman aunque hay tragos que difícilmente van a fallar, como el Stolen Moment (Ginebra, sirope de pepino, canela, lima y ginger beer), el clásico de la casa. Otro acierto seguro es el Pomme D´amur, uno de esos «cócteles que alimentan» pues además de su agradable sabor a cereza y manzana (Jack apple, licor y sirope de cerveza), incluye también clara de huevo. Si eres de los que prefieren degustar sabores potentes a tragos cortos entonces opta por el Hattori Hanzo (whisky japonés, licor de lichi, sake y amaretto) o su Negroni con mezcal, ¡palabras mayores!

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

EVENTOS SEMANALES

Mención aparte merecen dos eventos que se vienen celebrando de manera semanal desde hace años y que están muy ligados a la casa: Hello Lola, un intercambio de idiomas que se celebra todos los jueves (20 a 23h) desde hace más de una década; y Lol Drag Saturdays, el primer brunch con bingo y drag queen show de Madrid que se celebra todos los sábados a mediodía (14 a 17h); pura diversión con sold out semana tras semana.

No nos equivocamos si decimos que pocos sitios hay en Madrid tan versátiles y con una actividad tan intensa a lo largo de toda la semana. Cualquier día de la semana, sea el día que sea, Lola O9 siempre es un gran plan.









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‘rockade’,-todo-un-viaje-de-regreso-los-80

‘Rockade’, todo un viaje de regreso los 80

Son muchos los que volverían sin pensarlo ni una milésima de segundo a los mágicos años 80: la gran era de las salas de recreativos y las visitas semanales (y obligatorias) al cine del barrio. Pero quienes llevan esta época en el corazón todavía pueden vivirla como si nunca se hubiese ido. Y es que gracias a locales como Rockade en la calle Almendro 9 (barrio de La Latina) tenemos la prueba de lo fácil que es encerrar a la nostalgia por unas horas y volver al pasado a divertirnos tal y como lo hacíamos antes, jugando con máquinas de videojuegos y pinballs.

ROCKADE viaje a la diversión de los 80 en La Latina

Cruzar la puerta de Rockade es teletransportarse automáticamente a una era en la que el smartphone no existía (ni falta hacía). Un espacio de dos plantas donde te da la bienvenida una gran barra con muchos grifos de cerveza y todo tipo de destilados, farolillos de colores y guirnaldas de luces. Y entonces empieza el desfile de máquinas recreativas (16 en total, que irán renovando periódicamente para que siempre tengamos un aliciente para volver), objetos míticos de aquellos años y posters de grupos y películas icónicas. Tan pronto te encuentras con una figura de Mazinger Z como con una colección de chapas incrustadas en sus paredes. Un local que invita a una inmersión completa con toda su decoración, desde sus alfombras persas hasta sus cómodos sofás, sin olvidarnos del hilo musical encargado de crear ese hype revival con los grandes temas internaciones de los 80, 90 y 00s (y, ojo, que no son los manidos temas de siempre).

ROCKADE viaje a la diversión de los 80 en La Latina

BOCADOS STREET FOOD

Pero, ¿qué es lo que podemos hacer realmente aquí dentro? El concepto de Rockade está más que claro: a este espacio de ocio se viene a disfrutar de forma auténtica, sencilla y en grupo, olvidándonos del postureo y con monedas en el bolsillo. Preparados para pasar un rato divertido sin pretensiones, picando algo de su carta de streetfood, en la que encontramos una sección de ‘Pica Pica’ con croquetas (de jamón ibérico, bacon y parmesano, boletus o chorizo), tequeños, nachos, guacamole o patatas bravas; pero también una sección dedicada a los tacos (Al pastor, Cochinita, Carnitas o el Vegano, entre otros); y arepas (sencillas como la de jamón y queso o más contundentes, como la de ternera y queso con alioli de aguacate picante). Todos ellos se sirven además con platos y cubiertos 100% reciclables.

ROCKADE viaje a la diversión de los 80 en La Latina

No faltan los grandes clásicos, como los hotdogs, las taquizas de queso o sus tres burgers, que elaboran diariamente con carne 100% vacuno y condimentan con ingredientes caseros de calidad, las cocinan a la plancha y las meten en pan tierno con mantequilla. Entre ellas la Hamburguesa Barcade de 300 gr, a base de doble de carne, lechuga, tomate, cebolleta, bacon, queso y ali oli de aguacate y jalapeños servida, como el resto, con sus patatas fritas. El menú ideal para un remember ochentero en toda regla.

CERVEZAS Y CÓCTELES A TUTIPLÉN

Como no podía ser de otra forma, aquí podemos regarlo todo con buenos brebajes. ¿Entre ellos? Una compuestísima selección de 30 cervezas artesanales nacionales e internacionales, pero también con su propuesta coctelera a base de tragos cortos (Daikiry, Cosmopolitan, Pisco Sour o Margarita) y tragos largos (Caipirina, La Mula de Moscú, Piña Colada o Rockade -Whiskey Monkey Shoulder con limón, canela, clara de huevo y ginger ale), entre otros combinados.

ROCKADE viaje a la diversión de los 80 en La Latina

Pero esto no es todo, y es que Rockade cuenta con un espacio especial para ver retransmisiones deportivas y campeonatos de videojuegos en directo, que hará las delicias de los más frikis. Y como no todo va a ser desinhibirse, también encontramos una sala con aforo para 16 personas donde se puede reservar para cualquier tipo de celebración. Incluidas reuniones de trabajo, de esas en las que puedes terminar creando un ambiente más relajado y disfrutando de los mejores juegos vintage de los años 80.

Un rincón estupendo donde podemos volver a soñar con las series, la música, las películas y los videojuegos que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo y permanecer en nuestra memoria. Y no solo eso: ahora también han resucitado nuestras ganas de salir por Madrid y disfrutarlo a la vieja usanza.

ROCKADE viaje a la diversión de los 80 en La Latina

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‘Bad Company 1920’, el clandestino para viajar a la América de la Ley Seca

En pleno centro de Madrid, a escasos metros de la plaza de Callao, se encuentra una puerta a través de la cual podremos viajar en el tiempo, concretamente al año 1920. Para emprender el viaje solo hace falta llamar al timbre y facilitar la contraseña a la persona que nos pregunte tras la mirilla. Una vez dentro, debemos seguir a nuestro guía y atender bien sus indicaciones pues entramos en un club clandestino al margen de la ley; igual no te habías dado cuenta, pero has retrocedido justo al año en que se dictó la Ley Seca en EEUU y el consumo de alcohol está absolutamente prohibido. En este bar secreto vas a poder echar unos tragos sí, pero siempre con mucha discreción y ocultos en el interior de otros objetos que permitan engañar a los federales en el caso de que irrumpan por aquí.

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

Estáis cometiendo una ilegalidad, pero tranquilos. El responsable de este speakeasy, Yerai Monforte, y su crew lo tienen todo controlado pues «oficialmente» el local opera como un negocio de exportación de artículos hechos en EEUU. Así que lo mejor es tomar asiento y pedir uno de los geniales combinados que aquí se sirven. En los años de la Prohibición no se bebía alcohol de calidad, pero la banda de Bad Company 1920, como se conoce a este escondido lugar, ha conseguido hacerse con un excelente botellero para poder ofrecernos un admirable repertorio de cócteles que -podemos asegurar- se encuentra entre lo mejorcito de la ciudad. Para guiarnos en nuestra elección nos brindan un pliego con el listado de todos sus combinados en el que también se incluye un mapa orientativo donde los distintos sabores ejercen de puntos cardinales (fuertes, amargos, especiados, cítricos, dulces, etc.) y podamos así escoger la fórmula que más se adecúa a nuestras preferencias.

CÓCTELES EN RECIPIENTES PARA DISTRAER

Aunque si lo que buscas es una sugerencia que te sorprenda, también puedes pedir ayuda a la banda que acompaña al capitán Monforte (los reconocerás por su indumentaria, muy al estilo ‘Peaky Blinders’) para que te asesoren qué elegir entre la veintena de brebajes que se describen en el pliego-carta. Como comprobarás, todos ellos llevan nombres de los recipientes que lo contienen para pasar desapercibidos en el caso de que la policía haga acto de presencia, aunque corresponden a distinguidos cócteles de autor. Por ejemplo, si pides La Biblia, efectivamente, te llevarán a la mesa un ejemplar del libro sagrado, aunque si la abres descubrirás en el interior una petaca con un cóctel ya preparado que podrás ir, poco a poco, sirviendo en una copa con hielo. Este es, además, uno de los cócteles más logrados del speakeasy; es una especie de Negroni sin vermut (con ron, bitter de frambuesas y palo cortado) que consigue que a cada trago percibamos en nuestro paladar la secuencia amargo-fuerte-dulce, ¡alucinante!

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

También puedes hacer como que pides el periódico y que te hagan entrega de un ejemplar de The World Street Journal en el que se esconde una de las fórmulas con toques especiados y picantes más ingeniosas de la casa, a base de ron con especias cajún, hidromiel de IPA y cordial (mezcla empleada en coctelería, para los que desconozcan el término) de whisky con maíz. Aunque para pasar desapercibido completamente también puedes solicitar El Ceviche, una estimulante fórmula con ginebra, cordial de pisco y leche de tigre y cilantro, que deberás tomar en un plato ayudado por una cucharilla-pajita de metal; es uno de los cócteles más especiales, con un potente sabor ácido-especiado que, igual, no es apto para los paladares más conservadores, aunque los más atrevidos seguro sabrán disfrutarlo.

Bad Company 1920 también es un destino recomendable para aquellos que, además de buenos tragos, buscan que les deslumbren con la puesta en escena. En ese caso, recomendamos elegir el Peaky Blinders: un cóctel con whisky destilado en tabaco, sirope salado y bitter (muy similar al Old Fashion) que llega escondido en una «gorra cegadora» en la que se ahuma el combinado con humo de haya en nuestra mesa antes de que podamos tomarlo. O el American Pie, una versión líquida de la tarta americana con bourbon que se sirve con humo de canela.

Podríamos seguir deleitándonos describiendo cada una de sus propuestas etílicas pero preferimos que seáis vosotros mismos quienes lo descubráis por vuestra cuenta, aunque no podemos terminar sin recomendaros uno de las opciones que más nos fascinó, el Milshake. Se trata de uno de los cócteles de la sección Cremosos-Frutales que mezcla en una copa de batido ron, kefir de coco y cordial de fresa y vainilla, una adictiva combinación que se coronó con una deliciosa espuma de chocolate blanco y Disaronno; para los más golosos, ¡es el cielo!

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

IMPRESCINDIBLE CONTRASEÑA

La carta de cócteles se complementa con unos sencillos pero gustosos divertimentos culinarios (Pollo frito con salsa BBQ, Hot dog, sandwiches de pollo braseado o dados de salmón) que vienen muy bien para amortiguar los tragos u organizar -sucederá con frecuencia-  una cena improvisada. Platos de finger food que ya les hubiera gustado encontrar a los americanos en los bares clandestinos de por aquel entonces, en los que tampoco sonaba música tan buena como aquí: clásicos del soul y el R&B, éxitos de la Motown o covers en clave swing de éxitos pop que vienen como anillo al dedo a un público con ganas de relajarse y pasarlo bien, que es en definitiva de lo que se trata.

Esa es también la razón que llevó a Yeray Monforte, la cara más visible de Bad Company 1920, a dejar Barcelona para embarcarse en este singular proyecto junto a los también bartenders Román Vilá y Santi Ortiz. Un eficaz equipo que va a dar mucho y bien que hablar en la capital, con esta singular propuesta para viajar, cóctel en mano, en el tiempo. Viaje que, por cierto, solo podréis realizar facilitando la contraseña que, cada mes, indican en su cuenta de Instagram; de otra manera, olvidaos de entrar.

EL IMPRESCINDIBLE… Esta vez no nos mojamos; que lo determine cada uno en función de sus preferencias. Opciones hay para todos.

FÍJATE EN… La pizarra con las normas de la casa en las que se burla de las prohibiciones de la Ley Seca y sus defensores,

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‘ciriaco-brown’,-la-cocteleria-que-necesitaba-lavapies

‘Ciriaco Brown’, la coctelería que necesitaba Lavapiés

Difícil encontrar en el popular Lavapiés un rincón tranquilo en el que sencillamente dejarse llevar por una conversación interesante hasta las mil, sin tener que entregarse al baile y al bullicio. La cosa se pone aún más complicada si le pedimos a ese lugar que, además, nos sirvan copas y cócteles de primera. Pero de repente llega Ciriaco Brown y lo desmonta todo. Porque esta licorería castiza -así se autodenomina- viene a acoger a quienes estiran la velada pero a base de bien beber y, por supuesto, bien estar.

Goyo Solórzano tiene sobrada experiencia como profesional de la noche madrileña y cuando encontró este local en la calle Abades vio claras sus posibilidades. Convenció a su mejor amigo, Daniel Mangano y a su mujer, Marta Péllach y los tres echaron el resto en un local que engancha desde la primera visita. Ni un solo elemento decorativo -que se distribuyen sin miramientos pero dando donde más gusta- está dispuesto al azar. Tampoco lo está su nombre porque, tal y como nos cuenta Goyo, Ciriaco Brown jugaba a la realidad y la ficción allá por los años 40. Medio castizo, medio inglés; medio elegantón, medio canallita, y con un carácter guasón que gobierna la que ya es la licorería de moda en el barrio.

CIRIACO BROWN Moscow Mule con vodka, zumo de lima, sirope de azúcar

Como no podía ser de otra forma, Ciriaco, sus familiares, amigos y novias forman parte de la identidad del establecimiento. Sus fotos generan un interesante árbol genealógico que da mucho rollo a las paredes que se visten de tapices, retratos y telas estampadas. Nada, absolutamente nada de la estética de este local está de nuevas: todo tiene una segunda vida y absolutamente todo viene a contarnos otra historia. Como nos explica su artífice, la mayoría ha sido rescatado del Rastro y el interiorista Alfonso de la Fuente, ha sido el encargado de poner bonito el salón de la casa de Ciriaco, que ahora sentimos también como nuestro. Este salón, además, se divide dos espacios: el primero, el que nos encontramos nada más entrar y que tiene a la barra como gran protagonistas; y un segundo, al que se accede por unos escalones, al que han denominado Gunilla. Este segundo salón toma su nombre del personaje de la jet set marbellí en los años 80 y 90, a la que podemos encontrar entre las numerosas fotografías que decoran sus paredes; finalmente, la luz rosada que ambienta este espacio termina por otorgarle un ambiente algo más reservado y, por qué no decirlo, ciertamente picantón.

BEBER Y CHARLAR A TODO CONFORT

Gente que quiere beber y charlar, ése es el espíritu que quiere recuperar la licorería castiza de Lavapiés. ‘Recuperar el codo en barra y la conversación’, nos dicen desde el local. Porque el barrio adolecía de un espacio en el que estirar hasta las cinco de la madrugada simplemente hablando y tomando buenos cócteles. En esta coctelería todo acompaña y es que, tal y como nos cuenta Goyo, la música suena para apoyar las palabras. Una serie de temas conocidos por todos, ritmos elegantes y grandes voces que, sin embargo, pretenden ser el segundo plano de una conversación interesante.

CIRIACO BROWN Mai Tai con ron blanco, ron dorado, Cointreau, sirope de almendra y de violeta, zumo de lima y zumo de piña

Este espacio comenzó siendo un local de copas -a un precio muy apetecible para la zona, por cierto- y no aspiraba a convertirse en un referente mixológico en el barrio pero con el mimo que le ponen a todo, también han conseguido que opciones como su Pisco Sour sea absoluto best seller del local. Lo hacen con una receta algo secreta y de la que desvelan que, aparte del licor peruano, lleva zumo de lima, clara de huevo y sirope de orquídea. Tampoco se queda atrás entre los más pedidos el Mai Tai preparado con ron blanco, ron dorado, Cointreau, sirope de almendra, sirope de violeta, zumo de lima y zumo de piña y a su lado, el Moscow Mule con vodka, zumo de lima, sirope de azúcar, top de ginger beer y jengibre majado. En la licorería también disponen de cócteles de autor que se sustentan en las historias del protagonista del local y todos sus allegados. Teniendo en cuenta su amplio horario de apertura, aquí también se puede venir a tomar una caña al salir del trabajo o, por supuesto, un digestivo después de cenar. Hay cabida para todos.

Y este local que lo peta en Lavapiés se guarda una última sorpresa. Porque los domingos tiene un fiestón gay friendly y de rollo más bailongo que el original. Se trata de una fiesta privada a la que solo se puede acceder con invitación, así que no te desvelamos más de este divertido misterio que Ciriaco y los suyos se traen entre manos.

Y es que viendo cómo se las gasta Ciriaco Brown en su casa, a ver quién renuncia a vivir y beber a todo confort como hacía él en los años 40… ¡Nosotros no!

EL IMPRESCINDIBLE es su Moscow Mule por el toque inconfundible del jengibre, aunque su Pisco es hasta hoy el principal reclamo para muchos.

FÍJATE EN… Es imposible elegir un solo rincón al que mirar pero quizás uno de los más especiales es el rincón dedicado a las fotografías y los montajes y que es obra de los chicos de Yomuto, un estudio de diseño que se encarga de darle una segunda vida a algunas piezas de arte.

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‘sigueme-sigueme’-y-‘la-santoria’,-doble-sorpresa-en-el-barrio-de-las-letras

‘Sígueme Sígueme’ y ‘La Santoría’, doble sorpresa en el Barrio de las Letras

Hubo un tiempo en el que el Barrio de las Letras nos ofrecía un buen número de locales bien castizos y auténticos. Ahora, aún brillando éstos con fuerza, llegan al barrio nuevos vecinos que llaman a la revolución sin complejos y sin normas. Es el rollito que se gastan los chicos de Sígueme Sígueme, un pequeño bar especializado en cava y quesos en la calle Lope de Vega. Ellos son, además, los responsables de La Santoría, la segunda parte (literalmente les separa una cortina) de este mismo local de Huertas que es coctelería y sanador de almas, todo en uno. Pero, tranquilidad, vamos paso a paso.

Cuando uno entra en el cava bar Sígueme Sígueme, se encuentra con un pequeño cuadrado de paredes blancas -con algunas  firmas y dedicatorias de sus clientes, eso sí- en el que se sirven cavas, vinos y quesos. Sin duda, una premisa bastante apetecible de lo que encontraremos aquí. Los vinos son todos naturales y de procedencia española, tal y como nos explican Bernardo Bongiovanni y Mariano Amor, responsables de este ecléctico local, al que dan vidilla con una sonrisa y una charla animada que invita a volverse un fijo de este rincón. Mientras charlamos con ellos, probamos una de las tablas de quesos españoles que varían prácticamente cada semana y picamos también unos tomates encurtidos, una rara avis que sabe a gloria. Combinar este picoteo con una bebida aquí es fácil: el vino naranja (con un aroma y un sabor muy sorprendentes) es una de las alternativas más curiosas que nos proponen Bernardo y Mariano.

SIGUEME SIGUEME tabla de quesos españoles y tomates encurtidos y cava

Uno de los puntos a los que más importancia le da Bernardo, sommelier, es que quieren que sus clientes nunca se aburran y continuamente descubran algo nuevo. Por eso, aquí no hay una carta fija, si no que cada semana ellos buscan nuevos productores de vinos naturales y traen a Huertas nuevas referencias tanto de blancos como de tintos. Y es que, igual que su carta muta continuamente, así lo hace este local en el que SIEMPRE pasan cosas divertidas. Así que ahora sí, ¡sígueme, sígueme!

LA SANTORÍA, EL ALTAR PAGANO A LA COCTELERÍA DE AUTOR

Una vez que hemos disfrutado de este aperitivo tardío, toca deslizar la cortina de terciopelo y adentrarse en La Santoría. Una vez aquí, algo ocurre con un primer vistazo: recibimos tantos y tan interesantes estímulos visuales que solo podemos deambular con la mirada por todas sus paredes y dejarnos deleitar por su decoración. Y es que este espacio pretende ser una exaltación de esa santería latina que tanto se exporta a Europa; eso sí, vista con gracia y con sobrado arte. Así concibieron desde el principio este negocio Bernardo y Mariano. Ellos se conocieron trabajando en un bar de Buenos Aires y de ahí su pasión y buen hacer en el mundo de la mixología.

Antes de pasar a probar sus creaciones, detengámonos a examinarlo todo. Aquí se cuentan por centenares las estampitas de santos que los colegas de los propietarios han traído desde el otro lado del charco. Hay también lugar para los santos paganos, como el altar a Gauchito Gil -un santo profano venerado en Argentina-, que se sitúa al fondo del local y que es, sin duda, una de las partes más instagrameables del mismo. Tampoco faltan aquí dioses ancestrales, como las figuritas de Changó o Yemanyá, la precursora de la cristiana Santa Rita. Y así, un buen número de santos (y no tan santos) y figuras customizadas en clave kitsch nos observan mientras nos deleitamos con los tragos que nos sirven en esta barra.

SIGUEME SIGUEME cocteleria

Tal y como señala Mariano, las religiones son fusiones y, sí, aquí de buenos mixes saben mucho. Su carta se compone de cócteles de autor y, como ellos mismos dicen, ‘los combinados de La Santoría son otro mambo’. Se han ideado acorde a la idea que rige el resto del local. Así, han creado una carta en la que cada una de sus elaboraciones sirve justamente para sanar un mal o superar un obstáculo. De hecho, bajo el sobrenombre de ‘Hechizos de amor’ se despliegan estos combinados entre los que destacan el Agua de Florida, un limpiador espiritual, a base de gin, vermut y flores y con un sabor dulce que conquistará a los más golosos. Y de un ‘hechizo básico’, pasamos a uno más complejo: el Amansa guape es un cóctel pensado para amansar a la persona amada y rebelde y se prepara a base de vodka, miel, lima y cava.

Si se es «intensito», al menos en lo que a sabores se refiere, los chicos recomiendan tomarse un Vence todo, a base de tequila, mezcal, lima y pandam. Nada que ver con este, pero muy gustoso y todo un espectáculo para los sentidos, es el Abre caminos, que mezcla vodka, frutos rojos, jengibre, lima y miel y que, como su nombre indica, nos hará encontrar nuevas oportunidades. Uno sencillo, pero que todo lo puede, es el de los Siete poderes, con gin, mate y tónica que se acompaña con una estampita de Maradona para que no olvidemos que la esencia es Argentina y que aquí los santos paganos están a la orden del día.

Los chicos de La Santoría nos cuentan que quieren que sus clientes se sienten en la barra y les cuenten sus vidas, que encuentren a alguien que les escuche y que todo sea divertido. Y es que ellos creen que un altar a la santería puede ser un gran lugar para desacralizar la coctelería. Desde luego que sí.

EL IMPRESCINDIBLE es que pruebes alguno de los cócteles de autor. ¿Nuestra recomendación? Atrévete con aquel que sirva para solucionar el obstáculo que hayas encontrado en tu vida. ¿Por qué no intentarlo?.

FÍJATE EN… toda la decoración de La Santoría merece detenerse. Una de las piezas más especiales es un Jesucristo customizado que, en lugar de dos manos tiene tres y está pintado con colores flúor.

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‘baton-rouge’,-una-cocteleria-con-sabor-a-nueva-orleans

‘Baton Rouge’, una coctelería con sabor a Nueva Orleans

Si algo caracteriza a los bares de cualquier parte de los Estados Unidos es que son lugares de encuentro donde la gente no solo va a beber, sino también a charlar. Esta atmósfera acogedora y cercana, así como la pasión por las bebidas, es lo que ha llevado al equipo de Baton Rouge a abrir las puertas de esta coctelería en Madrid. Situada en el céntrico barrio de Huertas, toma su nombre de la capital de Louisiana. Tiene lógica pues este cocktail bar, que también cuenta con varias opciones de picoteo, se inspira directamente en lo que al otro lado del Atlántico conocen como ‘the local’: ese bar de toda la vida en el que la gente del barrio se mezcla con foráneos y amantes de los buenos tragos.

La decoración del local remite a la era poscolonial de Nueva Orleans, con tonos rojos y negros, madera oscura y ladrillo visto. Dividido en dos plantas, Baton Rouge ofrece al visitante un espacio agradable que invita a la conversación, ya sea alrededor de la barra o, si se busca un ambiente más íntimo, en algunas de sus mesas o sofás. Todo ello aderezado con música swing y jazz, y el mejor funk de los 60 y 70. Porque En Baton Rouge todo está pensado al detalle.

Si de algo puede presumir este rincón madrileño es de su carta de cócteles. Un total de una treintena de opciones elaboradas por el fundador del proyecto, Diego González, ex head bartender de Tatel de Madrid y curtido en locales del Soho londinense y Nueva York -ciudades en las que aprendió de los mejores del mundo, llegando a ser nominado como mejor barman de Reino Unido en 2000 y 2002-. Un bagaje cosmopolita que ha contribuido a la manera en la que hoy se expresa a través de sus mezclas, muchas de ellas elaboradas por ellos mismos en la trastienda del local. Al final, Baton Rouge consigue ofrecer amplio registro de sabores para poder llegar a todos los públicos; con combinados en los que priman -según elijamos- los amargos, ahumados, cítricos, picantes, florales, afrutados o los tropicales, pero redondeando el conjunto con un admirable equilibro en muchas ocasiones difícil de encontrar.

Baton Rouge, una coctelería con sabor a Nueva Orleans

La carta, además, se estructura en capítulos, como si de un libro se tratara, que versan sobre los tres estilos artísticos que han inspirado el proceso de creación: Pop ArtClasicismo, y Surrealismo. Y no hablamos únicamente de cómo se ensamblan los ingredientes, el arte se manifiesta también en la estética y en las vasijas y vasos en que estos se brindan al público. Como sucede con el Voynich´s Mangoscript, un cóctel que se inspira en el manuscrito de Voynich, y que mezcla ron macerado en té y cardamomo, cordial de mango, amontillado y curry en un vaso de madera que llega acompañado del manuscrito atado y una oblea en forma de pluma. Otra presentación que sorprende es la del del Hide & Seek, incluido también en el capítulo Surrealismo, y que combina tequila, chartreuse amarillo, jalapeños y lima en una taza donde un camaleón ejerce como asa; por si fuera poco, la mezcla aparece combinada con una fruta de la pasión flambeada.

Para hacérnoslo más fácil, todo viene correspondientemente detallado en la carta, mediante ilustraciones e iconos referentes al tipo de vaso en que se sirve, si está agitado o construido en vaso, qué tipo de sabores se experimentan (cítrico, amargo, floral) y hasta el público al que se dirigen. Desde los aventureros dispuestos a cruzar fronteras a aquellos que tienen una mente abierta, que buscan cócteles modernos; estos, sin duda, serán los que mejor aprecien los matices del Lost Love, uno de sus combinados estrella, elaborado con Campari, Ron, Fruta de la pasión, flor de cerezo y lima; realmente original.

APERITIVOS Y PICOTEO 

Pero no queda ahí la cosa. Además de una decena de (apetecibles) cócteles sin alcohol, la carta incluye también un capítulo denominado ‘Aperitivos y Baja Graduación’ con tragos algo más ligeros de alcohol, refrescantes y un poco amargos, que son idóneos para abrir el apetito. Incluso una lista de boilermakers para los que gustan de combinar cerveza con shots de distintos destilados mientras se disfruta de una buena conversación.

Y ojo, porque si el hambre llama, podemos acompañar nuestro combinado con diferentes platillos de finger food como Croquetas (Idiazábal, chipirón y setas con trufa), Quesadillas (de pollo y bacon con cheddar) o Tacos de cochinita pibil. Pero si hay un plato por el que debemos alabar también la cocina de Baton Rouge son las Louisiana Wings, unas alitas de pollo al estilo sureño que son realmente adictivas. Algo que sucede también con su hamburguesas, de las más predicadas de la zona, de ahí que Diego decidiera retirarlas de la carta porque era tal la afluencia de público que temía que su espacio se convirtiera en una hamburguesería. Aún así, ha decidido premiar a sus fieles preparando sus célebres burgers una vez al mes, siempre en lunes, a los que ha denominado ‘lunes de la hamburguesa’ y suelen celebrarse la primera semana de cada mes.   

Se agradece, por tanto, que además de dominar las artes de la gastronomía líquida, también lo haga con la física, así ayudan a que podamos salir de Baton Rouge andando en línea recta.

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‘Bar Tropicalista’, cócteles y picoteo brasileiro en Malasaña

Más allá de ese Carnaval que desata nuestras ganas locas de salir a la calle y movernos al ritmo de la samba, Brasil es un país desconocido para muchos de nosotros. Por eso nos alegra conocer la existencia de un local 100% brasileiro en pleno centro de Madrid. Se trata de Bar Tropicalista, que aterriza en la calle Ballesta y nos trae cócteles de autor y una carta de comida que lo mismo tiene petiscos (entrantes típicos) como hamburguesas hechas con picanha (corte brasileño), y que son el best seller del local.

Nos recibe música brasileña y eso ya nos hace entrar en el mood que requiere Bar Tropicalista: relajado y con un puntito urbano y pícaro. Y es que en este local de estilo industrial y cierto toque underground propio de los locales de moda de Sao Paulo, uno puede venir tanto a tomar unas cerveza con los amigos como a cenar en pareja, y sobre todo, a tomarse uno (al menos) de sus cócteles y empezar así una velada con muy buen sabor de boca.

Bar Tropicalista, cócteles y picoteo brasileiro en Malasaña

Detrás de este proyecto están, cómo no, tres brasileños. Alexandre Pacheco, Ramón Porteiro y Diego Kaupp tienen su origen en la capital del país latino pero se conocieron en Los Angeles. Ahí comenzaron a pensar en un proyecto común y acabaron montando este rincón de Malasaña. Respecto al nombre, nos cuentan que viene del Tropicalismo o Tropicália, un movimiento contracultural brasileño surgido a mediados de los 60 y que tuvo especial relevancia en la escena musical, con una fusión -hasta entonces inédita- de la bossa nova, el rock ‘n roll, la psicodelia, la música tradicional de Bahía y el fado portugués; de hecho, su máximo exponente fue el cantante y compositor Caetano Veloso. La terminación-ista en el nombre es una referencia a los paulistas, denominación que se da a los habitantes de Sao Paulo y, por ende, a los socios de este bar.

COCTELERÍA DE AUTOR Y HAMBURGUESAS DE PICANHA

Como decíamos, uno de los puntos fuertes de este local malasañero es su coctelería y así nos lo hace ver la barra que se levanta imponente ante nosotros, con la cachaça como principal reclamo visual, nada más entrar por la puerta. Después, si le echamos un vistazo a su carta líquida nos damos cuenta de que el abanico de posibilidades es bien amplio y juega a reinventar los clásicos. Aquí se puede pedir, por ejemplo, un mojito al uso, pero mucho más recomendable es decantarse por un Mojitalista, que añade a la receta original la cachaça y cerveza, con un resultado que sorprende.

También le dan una vuelta al Clover -aquí Cloverlista– aunque su presentación elegantona se mantiene y convencerá a los que disfrutan del gin. Para los que busquen un sabor intenso pero baja graduación alcohólica está el Caetano elaborado con jengibre, Sherbet de limón, cordial de manzana y tónica. Y sí o sí, para quien además de un buen cóctel quiera un espectáculo visual, la Sexy Colada es la reina absoluta del Bar Tropicalista. Se prepara con ron añejo, coco, jengibre, cacao, leche de almendras y zumo de piñas. ¿Y lo mejor? Llega a la mesa con una buena porción de algodón de azúcar. Tanta variedad y calidad en su carta líquida tiene mucho sentido y es que ha sido diseñada por José Antonio Guío, un importante barman conocido a nivel mundial y galardonado en diversos certámenes de mixología.

Bar Tropicalista, cócteles y picoteo brasileiro en Malasaña

Para acompañar la sección de coctelería, toca hincarle el diente a alguna de las propuestas de picoteo de esta ‘selva de cemento’ -en palabras de sus propietarios- que es Bar Tropicalista. Aquí, nada mejor que meterse de lleno en el rollito brasileiro con su Petisco Paulista, una degustación de aperitivos típicos de la cocina carioca. En esta selección encontramos las Coxinhas, unas croquetas de masa de patata rellena de pollo especiado y bechamel; los Kibes, albóndigas de ternera, trigo, bulgur integral y un toque de hierbabuena y, por último, los Risolis que son empanadillas de masa de trigo rellena de queso, tomate y orégano. Todos ellos se acompañan con diversas salsas, de esas que provocan la curiosidad del comensal.

Y ahora sí, el plato fuerte llega a las mesas -altas o bajas- del bar en forma de (super)hamburguesa y, claro, no olvidemos que estamos en un pedacito de Brasil en Madrid. Aquí la carne de las hamburguesas es, como no podía ser otra forma, picanha. Para un carnívoro empedernido -y para quien no lo sea también- la calidad de la carne será evidente desde el primer mordisco: bien sabrosa, jugosa y con el toque de la brasa. Nos quedamos con la Tropicalista que, además de la carnaza premium, tiene queso azul, mermelada casera y rúcula. Se acompaña con patatas fritas de estilo rústico y, a poder ser, se recomienda consumir con un cóctel al lado. Porque así es la experiencia Tropicalista: que aquí no falte de nada.

EL IMPRESCINDIBLE es que te pidas alguno de sus cócteles más especiales como, por ejemplo, el Sexy Colada y, por supuesto, lo acompañes de una burger. ¡La carne es increíble!

FÍJATE EN… Las fotos que decoran las paredes son de una fotógrafa amiga de los propietarios, Daniela Burzuini, y retratan la vida de los suburbios de Sao Paulo.

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‘Lucky Dragon’, el place to be de las noches madrileñas

Alfonso Ondarroa

Caminando por la calle Estrella hay una fachada que llama especialmente la atención. Un dragón -un dragón de la suerte para ser más concretos- se convierte en centro de atención de esta vía malasañera. Se trata de la obra del grafitero Spok Brillor, que ha sido el encargado de ponerle ‘buena cara’ al local de ocio nocturno del que todo el mundo habla: el Lucky Dragon. Aquí se juntan las celebs y los asiduos de Malasaña cada noche para disfrutar del ambientazo, la música y una decoración que no deja indiferente a nadie.

Farolillos chinos, neones, tejadillos de pagodas y dragones, muchos dragones. Ésa es a priori la carta de presentación de Lucky Dragon, la que ha conquistado a los que disfrutan de la vida nocturna. Este pub ocupa el lugar en el que estuvo El Fabuloso y está regentado por sus mismos dueños, Silvia Superstar y Edu. Ellos se han apoyado en dos de los influencers más potentes del panorama madrileño para dar forma a este cambio de nombre y de imagen. Laura Vandall y Edgar Kerri, de los Zombie Kids están detrás de esta estética rompedora.

LUCKY DRAGON bar de moda en Malasaña

Y es que hacia tiempo que Malasaña pedía a gritos un local que ‘reventase’ todo lo anterior y aquí está. Toda su decoración está inspirada en un callejón de Chinatown, con todos los elementos que se asocian a esta idea. Por ejemplo, la cabina del Dj se asienta en una especie de puesto de comida, como los que se suelen ver street food de los países asiáticos. Una cabina desde la que, por cierto, se pinchan temas de italo-disco, disco, salsa y house. De hecho, los componentes de The Parrots, Sevenmad, Misterpiro o Yeyo Flores son algunos de sus residentes.

Además de esta planta principal, Lucky Dragon cuenta con una planta baja decorada siguiendo la estética de los clubs privados de Beijing. Así, algunos elementos de su decoración son telas de Damasco doradas y murales de la época del Imperio Mandarín. Además, en esta misma zona hay otra mesa de Dj y, una de las atracciones más sorprendentes del local, un karaoke con canciones en chino y en castellano. Aquí las risas están más que aseguradas.

Un local poco convencional, con un público que también lo es y que crean en este rincón de la calle Estrella un ambiente único, de esos que invitan a dejarse llevar y, por qué no, alargar la noche todo lo que se pueda.

LUCKY DRAGON bar de moda en Malasaña

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‘San Mateo Circus’, la coctelería circense de Malasaña

Reserva este local

El animado barrio de Malasaña perdió hace tiempo uno de los locales insignia de la noche madrileña: el San Mateo Seis. Lugar de peregrinaje para varias generaciones de jóvenes que terminaban la noche entre billares y botellines de cerveza, cerró sus puertas para dejar un vacío importante en el ocio nocturno de muchos gatos y gatas.

Y aquí es donde entra San Mateo Circus, que ha llegado a este local para llenar este importante hueco, convirtiendo uno de los lugares más emblemáticos del barrio en una nueva coctelería de calidad, inspirada en el circo de los años 20 y en el concepto de Revolución Emocional’Los billares han sido cambiados por música alternativa, baños mixtos y decoración elegante; y las cervezas nocturnas han sido reemplazadas por cócteles imaginativos y una oferta gastronómica de altura. 

Nacho, cocteleto y amigo de los socios responsables del proyecto, cuenta que la unión de todos ellos con San Mateo Seis va más allá del mero recuerdo. El antiguo local se convirtió en un lugar de encuentro para este grupo de amigos -incluso dos de ellos se enamoraron allí y formaron una familia-, así que tuvieron la idea de partir de sus emociones para iniciar un nuevo proyecto desde cero. Esta Revolución Emocional decidieron representarla conceptualmente a través de uno de los focos de alegría, felicidad y energía más conocidos en todos los rincones del mundo: el circo. 

San Mateo Circus, la divertida coctelería circense de Malasaña

COCTELERÍA Y PICOTEO A RITMO CIRCENSE

Los motivos circenses de los años 20 en adelante dominan todos los aspectos de San Mateo Circus: desde la decoración hasta la distribución del local, pasando por supuesto por su carta de cócteles. Y es que todos ellos reciben el nombre de alguna figura importante del circo a nivel mundial, y su configuración y elaboración está relacionada de forma directa con este personaje. Así, por ejemplo, el Doña Teresita García está inspirado en esta emblemática mujer: una de las figuras más importantes de Circo García, máximo exponente del circo mexicano. Como no podía ser de otra forma, este cóctel se elabora con el tequila como base. 

Otro ejemplo, en este caso de representación nacional, son sus dos cócteles sin alcohol Miliki y Fofito: el primero, con sirope de limón ECO, fresas y Schweppes Pink; el segundo, con sirope de azúcar de caña, zumo de limón, manzana BIO y Matcha Schweppes. Pero si decides que tu noche empieza o termina en San Mateo Circus, no puedes irte sin probar el Diavolo, una suerte de mezcla perfecta entre Cardhu (en barril), vemut Proffesore tradizionale y re-oleo sacharum de cítricos -una especia de sirope realizado con pieles y cítricos envasados al vacío y posteriormente embotellado-.

The Wandellas ‘Paloma Twist’ es otro de sus cócteles estrella, más afrutado y apropiado para terminar la noche con unos sorbos refrescantes. Compuesto por tequila Don Julio blanco, sour de pomelo y agave y Three Cents Pomelo, adquiere un color rosado realmente característico -el mismo que definió a la compañía circense alemana The Flying Wandellas durante sus años de actividad-. Antoniette Concello, considerada la mejor trapecista aérea de todos los tiempos, inspira la última de nuestras recomendaciones: el cóctel homónimo realizado con Tanqueray Nº Ten, zumo de limón y sirope de albaricoque salado y ciliegia -clara de huevo-.

En cuanto a su oferta gastronómica, su propuesta es modesta en lo que se refiere a extensión pero perfecta para maridar su carta de coctelería. La cocina ha sido cedida por Navaja (Valverde 42, Tribunal / Chueca), restaurante fusión peruano-gallego, y se configura a partir de platos fríos entre los que únicamente sobresale una alternativa caliente: los Tacos de presa ibérica. Algunas de la mejores opciones para maridar nuestro cóctel son las Ostras gallegas a la piedra (servidas por unidad), o los sabrosos Mejillones con leche de tigre kaffir, servidos sobre una base de sal gorda. 

San Mateo Circus propone una nueva experiencia de ocio de calidad en la noche madrileña, un giro de 180 grados a un local con solera en Malasaña. Con un concepto revolucionario, una carta excelente y unos ingredientes a la altura de las circunstancias; este nuevo espacio abre el telón para demostrar que tiene mucho que contar. Entra, relájate y disfruta. ¡Que comience el espectáculo!

EL IMPRESCINDIBLE No te marches sin probar The Wallendas ‘Paloma Twist’, probablemente el cóctel más refrescante de su carta. Si quieres acompañarlo de un bocado, los mejillones son la opción perfecta. 

FÍJATE EN…  Cualquier esquina y cualquier rincón son dignos de mención, pero nosotros nos quedamos con la barra -bajo una pequeña carpa de circo- y sus divertidísimos baños mixtos. 

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