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[A]bsent, la coctelería más veraniega y fotogénica de Plaza de España

La terraza, por todo ese verde que la protege, podría recordar a uno de esos patios andaluces que se suelen ocultar tras verjas en el sur de España. Aunque también se puede viajar hasta Berlín y su aire desenfadado si se tiene algo de imaginación. Su interior, sin embargo, es único y muy personal, aunque bebe del pasado y de referencias decimonónicas. El lugar se llama [A]bsent y es una coctelería que, parapetada a espaldas del Hotel Riu, a escasos metros de la renovada Plaza de España, está triunfando en lo que podría denominarse zona limítrofe a Conde Duque. Y se ubica en el mismo lugar donde antes hubo un antiguo restaurante mexicano, pero del que no queda absolutamente nada.

Absent, la coctelería más veraniega y fotogénica de Plaza de España

Ha sido el polaco Adam Plecha, creador y mente inquieta del beber madrileño, donde lleva más de dos décadas instalado, con proyectos a cual más inquieto y burbujeante, como Adam & Van Eekelen o V. Menneken, el que se ha lanzado a una propuesta tan original. La parte porticada, que da directamente a la calle de San Leonardo, muy poco transitada, es uno de esos secretos que se harán tarde o temprano populares.

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Porque la propuesta tiene mucho interés, no solo por una terraza de luces tenues y gusto austero, con muchas mesas desperdigadas en los escasos veinte metros cuadrados que hay, sino también por el diseño de interiores, obra del propio Plecha, que siempre intenta darle un punto diferenciador a los locales que va montando.

Ese saloncito interior lo componen, entre otros objetos, un retrato de filiación monárquica que le regaló un amigo y que está rasgado en la parte central, un reloj de finales del siglo XIX, libros de cubierta vetusta que marcan un tiempo lejano, un gran espejo desvencijado pero bien firme, varios sillones que recuerdan a los de un club inglés, candelabros, una chimenea, y, cómo no, una estupenda barra.

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UNA VEINTENA DE CÓCTELES

Desde ese mostrador, Plecha da rienda suelta a su sabiduría e imaginación, con cócteles en vaso corto, donde brillan los destilados de otra época. Con él no es difícil adentrarse en Aviations (ginebra, licor de violeta, maraschino y limón), Sidecars (cognac, triple seco y limón) o First words (absenta, vermut seco, Chartreuse verde, maraschino y lima). También hace una versión del Moscow Mule, pero bajo el nombre de Kiev Mule, en homenaje a la guerra de Ucrania, y al que meten tequila y mezcal, obra de una de las barmaid que va rotando por el espacio. Otro cóctel de creación propia e inspiración de antes es su Romancer, que confecciona con ginebra, absenta, amaros y bitters.

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Un lugar para el tardeo, donde también la nocturnidad es bienvenida. No es el caso del tapeo. Aquí se viene a disfrutar de la bebida y, si acaso, a picotear, algo de frutos secos o gominolas. Poco más. Tienen claro lo que les gusta y el público al que van dirigidos.

La carta de [A]bsent tiene más veinte creaciones aunque lo mejor es tratar y conversar con Plecha. Mejor entresemana, que los findes cada vez está más lleno. Ayudan muchos de los conciertos de jazz y swing que organizan a la hora del vermut, en los que han contado con el trío del trompetista Daniel Gramauta; o con sesiones nocturnas de harpa.

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Otro de los socios de Plecha es Javier Amorós, de la discográfica 18 Chulos, que siempre está atento a la parte musical. Un combinado, el de Plecha y Amoros, que está llamado a marcar tendencia en esas callejuelas a las que ya no les falta de nada. Coctel a cóctel, la ciudad se agita y no para.

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‘vendittas’,-el-bar-que-reinventa-copazos-de-siempre-y-actualiza-el-picoteo

‘Vendittas’, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo


Abraham Rivera

Alberto y Javier son Alberto Villarroel y Javi Goya. Dos pesos pesados del buen comer y beber de Madrid. El primero lleva detrás de Santos y Desamparados, la coctelería de aire oscuro y alternativo de la zona, cinco años. Y el segundo es el hombre que capitanea los mejores locales de la parte baja de Huertas, ahí se sitúan Triciclo, Tandem, Sua y Taberna La Elisa. Es en esas mismas calles, entre subidas y bajadas, donde los dos han inaugurado Vendittas, un concepto de bar inquieto y divertido, que pone en valor las copas de siempre, pero con un leve toque diferenciador, buen cristal, buenos mixers, destilados de altura y bitters que levantan todo.

Vendittas, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo

El local aún está arrancando. Lo primero que indica Villarroel es que las paredes necesitan más decoración, no le va el minimalismo, a pesar de que sus tragos hagan alarde de ello. Una de las paredes quiere reflejar la historia del copeteo madrileño con nombres de ayer y hoy: copa, pelotazo, peloti, chisme, cubata… Pasión por los combinados que lleva de forma clara y perfecta a las elaboraciones que ofrecen.

Lo otro que llama poderosamente la atención son las dos barras a la vista, en una para crear las bebidas y en la otra para el tapeo, siempre al momento y con precios comedidos, como no podía ser menos, viniendo de estos dos titanes de la hostelería capitalina.

Vendittas, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo

VENDITTAS EN VASO LARGO

A los copazos los han llamado vendittas y son actualizaciones, en vaso largo y ancho —hechos por la firma de cristalería Blow—, de grandes tragos de siempre donde disfrutar de rones, ginebras, tequilas o whiskies. Una Negrona evoluciona el tan de moda Negroni, pero con nuestro socorrido y no tan demandado Bitter Kas; el popular Destornillador aquí lleva pomelo, fruta de la pasión y un punto muy leve de vainilla; o el Cuba Libre mejora con lima, ginebra y angostura, además de ron y coca cola. Son más de una decena donde poder lanzarse a probar y experimentar, siempre con un buen hielo y con tiempo. Para saborear y conversar, como le gusta decir a Villarroel, que tampoco ha querido dejar de lado su conocimiento agitando cocteleras.

Vendittas, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo

En Vendittas también se pueden beber clásicos (Martínez, Moscow Mule, Adonis, Rusty Nail), viejas creaciones llevadas a la excelencia en Santos (Dragon Amarillo) o nuevas recetas (Gilda, Diablo, Tormenta) que quieren llegar a la clientela del recién estrenado espacio. Y buena selección de birras, con una Grimbergen, cerveza tostada de doble fermentación, cuyo origen está en Bélgica.

Vendittas, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo

Y PARA PICAR…

Por último, acompañando y dando personalidad a la parte líquida, están las raciones y el “para picar”, que llaman ellos en la carta. Un económico Cucurucho de torreznos; Mortadela trufada con lascas de pecorino; Salmón marinado por ellos mismos con crema agria, rábano picante y encurtidos; Ostras francesas, carnosas y si se quiere aliñadas con un mix de cítricos; o Cecina de Astorga de Castro. La cecina también figura en el capítulo de tostas, que también preparan con Sardina ahumada, queso de tetilla y salmorejo o Burrata con tomate seco y mortadela trufada.

Vendittas, el bar que reinventa copazos de siempre y actualiza el picoteo

Goya promete dinamizar y ampliar la carta. En breves habrá pizzas, por ejemplo. Y no es para menos, teniendo los templos gastronómicos que tiene a su cargo solo podemos esperar la excelencia.

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‘Harrison 1933’, la coctelería de autor que triunfa en Recoletos

Harrison 1933. Un nombre y una fecha. Esas son las referencias que hay que recordar. Poco más. El nuevo cocktail bar de Larrumba mira levemente al pasado, hasta los tiempos en que la Ley Seca finalizaba, para reencontrarse con la fiesta y el buen beber. Detrás está Carlos Moreno, el bartender que ha reinventado los tragos en Madrid: desde su paso por O’Clock hasta su posterior bautizo en las barras de Perrachica, Habanera y Catarsis. Una escuela singular, donde historia y divertimento conviven con tragos muy bien elaborados.

HARRISON 1933 cócteles de autor

“Queríamos recrear un espacio elegante pero actual. Mi forma de ver la coctelería es así, con muchos puntos de unión en los que pasarlo bien, sin dejar de lado el producto de calidad”, dice Moreno, detrás del mostrador, dirigiendo a un equipo que se mueve en perfecta sincronía. Atención y trato siempre en primer plano.

Harrison se encuentra en el número 16 de la calle Recoletos, muy próximo a la Puerta de Alcalá, la vía más gastronómica de la zona, con Noi, Taberna Pedraza, Pelotari o La vaca y la huerta a escasos cien metros. El local ya apunta maneras desde el exterior, con un amplio ventanal que permite llevar su vistoso salón enmoquetado casi hasta la calle. Mesas bajas, sillones orejeros, luces tenues y una amplia barra con sus taburetes es lo que puede verse según se entra. Su estilo recuerda a aquellos clubes ingleses de los ochenta, pero completamente revitalizado y actualizado. Un acierto.

HARRISON 1933 cócteles de autor

Seguidamente, la carta. Una selección de 15 cócteles de autor, ofreciendo variaciones de recetas más o menos conocidas pero siempre con el toque característico de Moreno. Aquí con las bellas artes como eje conector, del cine a la arquitectura, pasando por la pintura o la música. Su trago estrella es el Bohemian Rhapsody, en homenaje a Freddie Mercury, que viene acompañado con un piano de juguete. La sensación de todas las mesas. Al lado, una reinvención de un gin fizz, algo más especiado y afrutado de lo habitual. Ginebra, falernum de Zanzíbar, lima y una soda casera de inspiración india.

HARRISON 1933 cócteles de autor

A Carlos le gusta impresionar. También ir un poco más allá con sus elaboraciones. “Para los cócteles de la carta tenemos 110 producciones diferentes. Hacemos dos sodas distintas, seis bitters, un montón de destilados, mieles, jaleas, crujientes”, enumera con orgullo. Harrison es el juguete que siempre había querido tener. “Todo lo que he aprendido en mis últimos 20 años de carrera está en este bar”, sentencia. ¿Más bebidas? Un My Way, hecho para los enamorados del whisky, el vermut, la cerveza negra y el chocolate; un Cadena Perpetua, elaborado con tequila, lima y té de guisantes; o un Como el agua, que nos lleva hasta el año 1981, cuando Camarón, Tomatito y Paco de Lucía compusieron este tema; infusionan el vermut con eucalipto y aceitunas malagueñas y presentan un gimlet de aire sureño.

HARRISON 1933 cócteles de autor

A las creaciones de Moreno y su equipo hay que añadir unos cuantos clásicos reversionados. Una virguería que siempre se agradece. Ahí se puede encontrar un Manhattan con cacao, un Daiquiri con dulce de pomelo, un Negroni con frutos rojos caramelizados o un Bloody mary con salsa de escalivada. Este último, reconfortante, sabroso y con ese punch especial que le da el chile que utilizan. Acompañando, siempre un buen picoteo. Fácil y reconfortante: gildas donostiarras, ostras de la ría, laterio variado —imprescindibles las navajas de José Peña, el maestro conservero gallego—, mollete de pringá, bikini de cecina —mucho más contundente que el mixto de siempre—, ensaladilla rusa con gambas…

Pero, si lo que se quiere es encontrar un refugio donde bailar y reunirse con los amigos, la planta baja es el lugar. Un espacio de ladrillo visto, con el techo abovedado, diferentes estancias bien compartimentadas, barra independiente y un pequeño púlpito para el DJ. Sobra decir que se pone hasta arriba todos los fines de semana. Un público elegante y curioso, que no pierde la ocasión de conocer y disfrutar de lo que este bartender madrileño, formado al calor de Abraham García (Viridiana) y Dabiz Muñoz (StreetXO), es capaz de ofrecer.

HARRISON 1933 cócteles de autor

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El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 8 direcciones clave

Madrid despierta y no se acuesta; la capital vibra con una oferta coctelera mezclada y no agitada que la ha puesto en el candelero europeo como destino de culto para ir más allá del combinado. Un despegue con nombres propios que llevan muchos años haciendo ruido, aperturas rutilantes y ambientes que van desde los clandestinos a los speakeasy, abriendo el abanico del trago para todos los públicos.

Noctámbulos, amantes de la conversación, creyentes en la alquimia del bartender y, también, aquellos que saben que la coctelería deja también un hueco para un picoteo selecto confluyen en Madrid, guiando sus pasos al Barrio de las Letras, ya convertido en la Meca del cóctel.

‘SALMÓN GURÚ’, CON DIEGO CABRERA EMPEZÓ TODO

Convertido en pionero y descubridor, el bartender argentino Diego Cabrera puso la primera piedra de esta «Milla de Oro». Seguramente sin pretenderlo, pero con muy buen ojo, Cabrera ha convertido este rincón de la calle Echegaray en un auténtico centro de peregrinación para gatos y turistas. No en balde, hablamos de una de las mejores coctelerías del mundo, según The World’s 50 Best Bars.

Una coctelería moderna y de vanguardia, que acoge entre sus mesas altas y sus sofás a un público de lo más variado, alojado en una estética de cómic con guiños al Universo DC. De todo ello se encarga Cabrera, que compone una oferta de 30 cócteles distintos dando rienda suelta a su imaginación. Refrescantes, afrutados, fuertes, amargos, locos y sin alcohol son los pilares de esta evolutiva carta, donde comparten escena clásicos como el Tónico Sprenger con sugerencias -realidad aumentada mediante- como el Abelha.

Con el mismo prisma de exotismo y originalidad, Salmón Gurú incluye una carta de pequeños platos que en nada tienen que envidiar a un restaurante. Diseñada por el chef Víctor Camargo los platillos de Salmón Gurú, como el Hummus de calabaza, el Aguachile de vieiras o el Sando tonkatsu de pollo, demuestran que sólido y líquido van de la mano.

Precio medio: Cócteles a 14-15€

Dirección: Calle Echegaray, 21

Web: salmonguru.es

Cócteles mitológicos y realidad aumentada en la nueva carta de Salmón Gurú

‘VIVA MADRID’, CUANDO LA COCTELERÍA Y EL CASTICISMO CONVIVEN

Diego Cabrera de nuevo, pero esta vez haciéndose más gato que nadie con Viva Madrid, una antigua taberna a apenas 80 metros de Salmón Gurú, que llevaba en activo desde 1856. Fiel a ese legado y a la estética tabernaria, el bartender argentino propone aquí un ‘De Madrid, al cielo’ con una coctelería clásica que deja margen al vermut, a la cerveza y a tragos muy clásicos y siempre a punto como la Media Combinación.

De horario amplio, propuesta gastronómica tradicional pero cuidada y con una terraza que invita a alargar los días, Viva Madrid es la demostración de que la vanguardia y la tradición saben convivir. Bajo ese paraguas, la coctelería se vuelve creativa y capaz de convivir y maridar con tapas de autor como las Croquetas de costilla guisada en Manhattan o la Panceta roja, que comparten escenario con tragos como el Salmo Salar, el Vieux Carré de Piña o Thor, un cóctel muy frutal que se entiende de fábula con los Chicharrones gaditanos.

Precio medio: Cócteles a 12-13€

Dirección: Calle de Manuel Fernández y González, 7

Web: restaurantevivamadrid.com

El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 6 direcciones clave

‘CARACORTADA’, OTRO HUERTAS ES POSIBLE

La coctelería de Edu García es la ley en la nueva Huertas. Eje central del alterne en el barrio de Las Letras, tras abrir a principios de 2021 ya se ha convertido en dirección de culto con una propuesta sensata de coctelería que mezcla con éxito lo moderno y lo tradicional, y sin talibanismos. Capaz de deleitar con el Kentucky Buck o con Rabastas Punch, dos de sus bestsellers, pero sin que se le caigan los anillos por servir gintonics y cervezas.

Con una carta inspirada también en grandes estrellas del mundo del cóctel —de ellos saca las referencias Influencers de la oferta— y con un mix entre lo old-school y la modernidad, Caracortada también viaja al pasado con propuestas como los ‘forgotten cocktails’. Todo ello en un escenario que navega entre la tienda de antigüedades y un saloon del Far West donde la madera es imprescindible y que se convertirá en la estrella de vuestras fotos.

Precio medio: Cócteles a 9-10€/Copas: 8€

Dirección: Calle de las Huertas, 63

El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 6 direcciones clave

‘LOVO BAR’, MADRID ES —Y SERÁ— UNA FIESTA

Cruzar las puertas de Lovo Bar es introducirse en un mundo de terciopelo que nos traslada al París de Joséphine Baker, artista, cantante, vedette, activista, bailarina y la revolución que sacudió a la Nueva York de principios del siglo XX y a la que París acogió como una de los suyos.

Bajo ese paraguas, Lovo Bar se convierte en una coctelería todoterreno donde las tardes se alargan y las noches se convierten en leyenda. Un horario nonstop de seis de la tarde a seis de la mañana avalan a esta coctelería donde todos los tragos están inspirados en hitos de la propia Baker, creados por el bartender Frank Lola y su equipo,  como el Jupe Banana o el J’ai deux amours. Perfecto para levantarse y bailar en su planta baja, y para compartir la calma del primer piso, Lovo Bar también deja hueco para pequeños bocados frescos y compartibles como tiraditos, tartares y ostras. Una fiesta de la que la Baker estaría orgullosa y que ponen una estrella más en este Madrid de Las Letras.

Precio medio: Cócteles a 11-14€

Dirección: Calle de Echegaray, 20

Web: lovobar.com

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

‘SANTOS Y DESAMPARADOS’, COCKTAIL y ROCK & ROLL STAR

El único desamparo real de esta coctelería es la calle en la que se encuentra. Y la santidad, ni está ni se la espera, por suerte. De ello se encarga Alberto Villarroel, que desde 2018 ha convertido junto a Alberto Martínez (de 1862 Dry Bar, al timón económico) este pequeño rincón en un tótem donde la coctelería clásica y el rock & roll comparten escenario.

Los ritmos del rock visten los altavoces y la música de este local, a medio camino entre cripta y bar de culto, cuya carta de cócteles es extensa y terrenal. Más de 60 tragos distintos para que todos los públicos tengan cabida entre estas paredes y un precio medio más que razonable —mucho, diríamos, para los estándares de Madrid— donde cócteles como Dragón amarillo (una mezcla de tequila, fruta de la pasión, ají amarillo y espuma de albaricoque) seduce a todo el que lo prueba.

Precio medio: cócteles 9-12€

Dirección: Costanilla de los Desamparados, 4

El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 6 direcciones clave

‘LA SANTORÍA’, UN PARAÍSO DE PÓCIMAS MÁS ALLÁ DEL CUBALIBRE

Así en la mesa como en la barra, La Santoría se ha convertido por méritos propios en otro de esos templos donde rendir culto a la coctelería de autor. Detrás de ella, una pareja de bonaerenses como Bernardo Bongiovanni y Mariano Amor, que tras conocerse en Buenos Aires rememoran éxitos en el barrio de Las Letras.

Sus claves, un clandestino repleto de guiños a la santería latina desde el Caribe hasta el Cono Sur, que sirven para dar vida a una lista de combinados que se bautizan con fórmulas hechizantes. Más de una veintena de tragos con nombres inspirados en pócimas y leyendas latinas como el Desbloqueador (cachaça brasileña, camomila, limón y amaretto), de sabor cítrico y reconfortante, que «aseguran» ayudará a que el Universo quite los bloqueos para que fluyas en armonía; o el Amarre (a base de gin, cardamomo y chicha morada), una fórmula «infalible» para conectar la mente, alma y corazón de la persona que ames contigo.

Para visitarlo sus responsables aconsejan siempre hacer reserva previa a través de su cuenta de Instagram. Además, conviene estar muy atentx a la cuenta para conocer los días en que reciben la visita de una amiga astróloga que, de forma individual, leerá el futuro a los allí presentes, ya sea a través de las cartas o la numerología.

Precio medio: cócteles desde 8-12€

Dirección: Calle de Lope de Vega, 30

El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 6 direcciones clave

‘BELISA’, CÓCTELES CREATIVOS EN LA ESQUINA MÁS COTIZADA

Cuando encontraron un local a medida en el Barrio de Las Letras, sus artífices (también responsables de la agencia especializada en asesoría de coctelería y eventos Gades Fusión) tuvieron claro que debían rendir homenaje a las mujeres y escritoras que también tuvieron un papel relevante en el Siglo de Oro. Por eso bautizaron este cocktail bar con el nombre de la protagonista de la obra de Lope de Vega ‘Las bizarrías de Belisa’. Consiguen de esta forma reforzar su vinculación con este barrio literario al que -podríamos afirmar- han nacido conectados. Y es que Belisa se instala en una de las esquinas más concurridas de la zona (Huertas con calle León), en un luminoso local de amplios ventanales y que cuenta incluso con una una codiciada terraza semicubierta a pie de calle; encontrar mesa en ella es como si te tocara la lotería.

Belisa carece, por tanto, de ese rollo clandestino y noctámbulo que tienen sus vecinas pero, como contraprestación, ofrece una horario más extenso para que podamos disfrutar de sus creativos cócteles durante todo el día (sábados y domingo abre sus puertas a las 13h; el resto de semana a las 17h) y unos precios bastante moderados para la ubicación en que se encuentra y la oferta que impera en la zona. Si además de hidratar el paladar nos apetece almorzar, cenar o tomar el brunch, Belisa también es una dirección recomendada pues cuenta con una segunda carta de apetecibles y divertidos platos pensados para compartir: Croquetas (jamón ibérico, chipirones, gambas al ajillo o pulpo y cangrejo), Ensaladilla rusa con bonito en escabeche, caviar y salmón marinado (plato muy solicitado además porque se sirve en dentro de una escultura de pelícano), Steak tartar sobre flor de canal y ahumado con sarmientos, Tacos de cochinita pibil o Pulpo feira con zanahoria morada y kimchi.

A la hora de decidir qué beber en Belisa lo mejor es confiar en su staff, que nos recomendará la opción más adecuada a nuestras preferencias y/o comanda. Escrito por una dama (ginebra, nata montada en té, citronella, azahar y soda), un combinado de apreciable sabor cítrico y floral, es una de las fórmulas más aconsejadas para el aperitivo. Mientras que el Marinella, su versión del clásico Bellini, más afrutado y dulce, resulta perfecto para culminar la comida o cena. Lo recomendaríamos como sustitutivo del postre si no hubiéramos descubierto su Árbol de cereza, un golosísimo trampantojo con tronco de chocolate, copa de nube del algodón, tierra de galleta oreo y fondo de mousse de turrón y chocolate blanco, ¡cómo para perdérselo!

Precios: Cócteles, 10€ / Platos, 6-15€

Dirección: Huertas, 29

Web: belisa.es

El Barrio de las Letras, la Milla de Oro de la coctelería: 6 direcciones clave

‘EL SORBO’, EL CLANDESTINO DEL BARRIO

Sip after sip. Es lo que reza el luminoso del número 16 de la calle Moratín. La locución elegida no corresponde exactamente al nombre del local que aquí encontramos, pero sí que deja algo muy claro: aquí la cosa va de tragos. En esta dirección se ubica la tienda física de El Sorbo, una marca de cócteles preparados que realiza la mayoría de sus ventas a través de aplicaciones de delivery. Ellos elaboran Mojito, Margarita o distintas versiones de Martini en grandes cantidades para después embotellarlo justo cuando lo pida el cliente, que recibirá la botella (o botellas) en su domicilio o lugar de la fiesta con la temperatura idónea para poder servir el combinado. Una propuesta que está funcionando -nos aseguran- muy bien de cara a cenas, reuniones de amigos, pequeñas celebraciones e incluso entre aquellos que tienen por costumbre toma «la primera» en casa. Si estás por la zona o vives cerca puedes incluso pasarte por aquí a recoger tu pedido y embotellar directamente el combinado (cada botella alcanza para unas seis copas) de su correspondiente bidón refrigerador.

Pero no queda ahí la cosa. Si te fijas bien en las paredes de azulejos amarillos de esta pequeña tienda descubrirás en una de ellas la silueta de una puerta. ¡Bingo! Esa es la puerta de acceso al speakeasy de El Sorbo, una coctelería clandestina a la que únicamente se accede haciendo  reserva por teléfono (642 863 598) o a través de su cuenta de Instagram; el local es bastante pequeño, por lo que conviene ser previsores si queremos encontrar sitio el día que tenemos pensado acudir. Abre de martes a domingo, de 20 a 03h.

Como era de esperar, la barra es la protagonista de este espacio donde, además de los cócteles preparados que sirven en la tienda, también se puede disfrutar de un buen número de clásicos (Negroni, Old Fashioned, Mint Julep) y cócteles creativos elaborados -esta vez sí- al momento por el barman de la casa. La música juega un papel fundamental en este bar secreto, de ahí que, a pesar de sus dimensiones, sus responsables hayan dispuesto una cabina en la sala principal a la que suelen invitar a amigos para hacer sesiones de house y techno. Si bien es posible que algún día encuentres una noche temática en la que suene temas más pop o reggeaton (si este puede ser un inconveniente para ti, mejor consulta también antes de hacer tu reserva).

Precios: Cócteles, 18-12€

Dirección: Moratín, 16

Web: elsorbococktails.com/es

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‘Lovo Bar’, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería


Jaime de las Heras

Irreverente, sensual, provocadora, magnética, única, irrepetible… Cualquier adjetivo que se pusiera a Joséphine Baker se quedaba corto, y para reivindicar esa figura llega Lovo a Madrid. Emulando a los años 20 del desenfreno parisino al ritmo de electroswing, un horario non stop y con el halo de la Baker presente en su carta y en su estilo, esta es una coctelería a la que tener siempre en el radar.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Bajo un punto de locura y renunciando al concepto speakeasy y clandestino, Lovo abre sus puertas en el número 20 de la calle Echegaray (en pleno barrio de Las Letras), compartiendo distrito en la actual Milla de Oro de la coctelería madrileña. Bajo el prisma de un mito artístico, musical, social y cultural como Joséphine Baker, Lovo no muestra solo garras, sino también un carácter protector.

Dos espacios bien diferenciados tientan así al noctámbulo, al amante de la buena coctelería y al cliente ocasional que busca refugio y tragos en el centro de Madrid. Así surge La Caza, en la planta superior, un ambiente de sofás corridos y mucha comodidad presidido por una barra cuadrada en la parte central: intimidad y confort en el mismo plano.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Abajo, La Cueva, más diáfano y con más espacio para bailar, ideal para que al ritmo del dj los cuerpos se pongan en marcha al son del electroswing que rinde tributo a la Baker a altas horas de la noche. Su horario, de seis de la tarde a seis de la mañana todos los días de la semana, lo convierten en el lugar de peregrinaje ideal en cualquier momento del día, donde tomar una copa de calidad a altas horas de la noche no signifique renunciar a la calidad.

Todo ello se preside desde el influjo de Joséphine Baker, que también sirve como inspiración a la carta de coctelería. Una veintena larga de tragos sofisticados (incluyendo varios sin alcohol), versátiles y donde hay apuestas de nueva creación y también remasterizaciones de cócteles clásicos, que siempre vehiculan la propuesta con la historia de esta mujer total.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

COCTELERÍA EMOCIONAL Y PEQUEÑOS BOCADOS

El bartender Frank Lola es el principal responsable de la carta de Lovo Bar cuya coctelería emocional se divide en cuatro épocas: amarga, dulce, ácida y códex, emparentándola con las propias aventuras y tragedias de esta superestrella del siglo pasado. Hitos de su trayectoria con nombres tan sugerentes como Jupe Banana (en honor a su famoso vestido de plátanos), Spy Códex (como guiño a su papel de espía durante la II Guerra Mundial) o J’ai deux amours (‘Tengo dos amores’, relacionado con su bisexualidad) son algunas de las perlas con las que Lovo se rinde a los encantos de Joséphine Baker y la pone en bandeja para los madrileños.

Al mismo tiempo, pequeños caprichos de bocado para que el paladar y el mordisco no se sientan solos en una carta corta pero divertida, muy práctica y compartible, fresca y con esos detalles que la propia Baker habría firmado.

Lovo, el París de Joséphine Baker convertido en coctelería

Originales, versátiles, internacionales y para todos los gustos, la cocina de Lovo está puesta al servicio del hedonismo de una coctelería de la que no querrás salir y que te atrapará a tiraditos, tartares, ostras, pinceladas de ibéricos y destellos de caviar. Un lujo en el Madrid moderno para trasladarnos al París clásico de la Edad de Oro y bailar, gozar y vibrar como a Joséphine Baker le habría gustado que hiciéramos.





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‘Lola 09’, un cocktail bar para todos los días y momentos

Nació como Olé Lola pero en 2016 decidió abandonar la peineta y la mantilla y convertirse en Lola 09, continuando su trayectoria bajo un concepto más fresco y urbano, y con un aspecto más casual, más cosmopolita. Desde entonces, la evolución de Lola 09 ha ido paralela a la de la propia calle San Mateo, que vive una edad de oro con la apertura de diversos proyectos en los últimos años, que la han convertido en una de las calles más interesantes de Madrid. Macera, Hotel Bastardo, Cuatro de Ocho, Muma, Limbo, Oven o Mamainé Malasaña son algunos de los establecimientos de nuevo cuño que han dado un aire completamente nuevo a esta calle fronteriza entre Chueca, Malasaña y Alonso Martínez.

Lola 09 es un cocktail bar con servicio de gastronomía que ofrece un trato cercano y profesional, una cuidada ambientación musical y un espacio acogedor, versátil y con muchas posibilidades. Aquí es fácil encontrar gente de todas las edades y procedencias, clientes que que acuden a tomar unos vinos o unas cervezas al salir de trabajar, a cenar en pareja o con amigos, y disfrutar de un buen cóctel o tomar unas copas disfrutando de la música de los djs invitados que hacen acto de presencia las noches de jueves a sábado.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

PICOTEO, ANTES O DURANTE LOS CÓCTELES

Aunque no es un restaurante, podemos afirmar que en Lola 09 se come más que bien. El restaurante propone un completo listado de platos divertidos y fáciles de compartir pero sin caer en los tópicos de siempre. Ni bocados castizos ni street food, lo suyo es una cocina llena de contrastes y matices, con elaboraciones complejas, una interesante explosión de sabores y una presentación muy cuidada. Gabriel Cavestany, chef ejecutivo del Grupo Moby Dick, y su equipo de cocina comandado por Alexandra María Pop, son los responsables de una carta cosmopolita, que apuesta por los productos de proximidad y unos precios razonables para que podamos disfrutar de varios platos sin sufrir por la cuenta final.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

Entre las opciones más recomendables, la Burrata de leche de Madrid con tomates asados, sus Mollete burguers (carne de la sierra de Guadarrama y queso de oveja al romero), los Lomos de arenque Bismarck rellenos de guacamole, mango y remolacha y la Brandada de bacalao sobre esponja de polenta. Aunque si hay un plato que despierta especial entusiasmo es el Tataki de atún con caviar de soja con milhoja de patata, una combinación arriesgada pero con muy gratos resultados y que está llamado a convertirse en emblema de la casa.

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

Como podéis ver son bocados ideados para picar antes de empezar con los tragos pero también para acompañarlos pues sientan de lujo a la oferta etílica de Lola 09 que, sin duda, es el principal reclamo de este vibrante espacio. No obstante cuenta con una carta de más de 40 cócteles en los que hay opciones para todos los gustos, desde los aficionados a las fórmulas más clásicas hasta los partidarios de recetas más creativas y originales, sin olvidarse de los que evitan el consumo de alcohol, que también encontrarán cócteles 0,0% súper apetecibles.

Como va a ser difícil elegir lo mejor es encomendarse a las recomendaciones de sus barman aunque hay tragos que difícilmente van a fallar, como el Stolen Moment (Ginebra, sirope de pepino, canela, lima y ginger beer), el clásico de la casa. Otro acierto seguro es el Pomme D´amur, uno de esos «cócteles que alimentan» pues además de su agradable sabor a cereza y manzana (Jack apple, licor y sirope de cerveza), incluye también clara de huevo. Si eres de los que prefieren degustar sabores potentes a tragos cortos entonces opta por el Hattori Hanzo (whisky japonés, licor de lichi, sake y amaretto) o su Negroni con mezcal, ¡palabras mayores!

Lola 09, un cocktail bar para todos los días y momentos

EVENTOS SEMANALES

Mención aparte merecen dos eventos que se vienen celebrando de manera semanal desde hace años y que están muy ligados a la casa: Hello Lola, un intercambio de idiomas que se celebra todos los jueves (20 a 23h) desde hace más de una década; y Lol Drag Saturdays, el primer brunch con bingo y drag queen show de Madrid que se celebra todos los sábados a mediodía (14 a 17h); pura diversión con sold out semana tras semana.

No nos equivocamos si decimos que pocos sitios hay en Madrid tan versátiles y con una actividad tan intensa a lo largo de toda la semana. Cualquier día de la semana, sea el día que sea, Lola O9 siempre es un gran plan.









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‘castizo-plaza-del-angel’,-una-taberna-en-la-que-entregarse-a-los-platos-mas-nuestros

‘Castizo Plaza del Ángel’, una taberna en la que entregarse a los platos más nuestros

«La casa de todos y la ciudad de nadie». Esta es una de las muchas frases referentes a Madrid que podemos leer en uno de los cristales envejecidos de Castizo de Plaza del Ángel. Pero no la única: en sus ventanales y azulejos hay grabados otras tantas frases míticas sobre nuestra ciudad que evidencia que esta es una casa donde se rinde tributo a Madrid y a su gastronomía. Por ello su aspecto es el de una taberna castiza, actualizada sí, pero castiza, con su extensa barra de mármol blanco, grifos de cerveza de los de antaño (dorados y coronados por un águila), zócalos de madera y estantes repletos de botellas, latas y botes de conservas.

Una decoración similar a la de los otros locales que Castizo (Grupo Carbón Negro) tiene en la capital pero en una ubicación única, la Plaza del Ángel en el legendario barrio de las Letras. Y más concretamente en la planta baja del hotel NH Collection Palacio de Tepa, que ocupa un elegante palacio del siglo XVIII, diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva, autor del Museo del Prado y la Plaza Mayor, para el conde de Tepa, último virrey de España. Un espacio repleto de historia ubicado, además, junto a una de las placitas con más encanto de la ciudad donde este nuevo Castizo puede permitirse desplegar durante todo el año una espléndida terraza. Sin duda, una localización insuperable para disfrutar de nuestra cocina más tradicional y con vistas a una de las zonas más genuinas de Madrid.

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

La carta de Castizo Plaza del Ángel no depara, por tanto, sorpresas; ni tampoco las buscamos. Aquí se viene a degustar de las recetas madrileñas de siempre, con una ligera vuelta de tuerca, que para eso estamos en el siglo XXI, y elaboradas con materias primas de constatada calidad. Ensaladilla rusa con gambas, Huevos rellenosCroquetas de jamón ibérico, Oreja a la plancha, Torreznos de Alapardo, Rabas de calamar... platos de sobra conocidos por todos que aquí alcanzan un nivel superior gracias a la honestidad y buen hacer que caracteriza todos y cada uno de los proyectos de Carbón Negro.

A ellos hay que sumarle chacinas y embutidos (cecina curada, chorizo picante de León, jamón ibérico de bellota), latas (sardinillas en aceite, mejillones en escabeche) y variedad de encurtidos, salazones y ahumados (gilda donostiarra, anchoas del Cantábrico, boquerones en vinagre, salmón ahumado artesanal) que no pueden faltar en la sección de aperitivos de cualquier taberna que afirme inspirarse en las clásicas. Entre su selección de platos fríos, sería delito pasar por alto su Tartar de atún en taquitos, soja y aceite de oliva que, sin duda, es uno de los mejores ejemplos para demostrar la exigencia de los responsables de Castizo a la hora de seleccionar los productos que entran en su cocina.

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

Su propuesta se completa con mariscos (gamba blanca de Huelva, coquinas de Hueval, almejas gallegas), guisos tradicionales y molletes, apartados estos últimos en los que vamos a extendernos un poquito más porque, francamente, alcanzan lo excepcional. El Mollete de pringá de cocido está tremendo, al igual el Pepito de solomillo de ternera madurada, dos bocados por sí solos justifican la visita a Castizo; y no solo en horario de comidas, pues  también son ideales tanto para hacer un desayuno potente de esos que te alegran el día como para tomarlos con una cervecita a la hora de la merienda. Otro entrepanes que entusiasma es la Mini hamburguesa de picaña madurada en brioche; la carne es de vaca Simmental y el brioche que lo arropa, además de estar infusionado en curry, incluye salsa tártara, ¡en ningún burger de la ciudad vas a poder catar nada igual!

CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

En cuanto a los guisos, resulta ineludible el Pollo de campo en pepitoria, para el que se emplea trasero de pollo de corral, azafrán de La Mancha y un majado de almendra y huevo; es todo un plato de «toma pan y moja», literal. Rabo de toro estofado y los obligados Callos a la madrileña son otros de esos platos de memoria que explican que en las mesas de Castizo Plaza del Ángel coincidan un público de lo más heterogéneo, desde turistas dispuestos a conocer la gastronomía local a familias que se reúnen el fin de semana para almorzar. Contribuye también a ello su amplio abanico de precios, que nos permite pagar una «dolorosa» moderadamente baja si optamos por las raciones clásicas de taberna o algo más elevada si nos decantamos por los platos de carne o mariscos.

De postre, resulta imprescindible la ya tradicional tarta de queso presente en todos los restaurantes del Grupo Carbón Negro, aunque no conviene pasar por lato la Torrija de leche tradicional y, para los amantes chocolateros, la Tarta praliné de chocolate. ¿Que apetece un cóctel? También los hay. Son, en su mayoría, versiones de los grandes clásicos (Negroni y olé, Lo último en mojitos, Margarita y victoria) ideadas por el bartender Carlos Moreno, más una original sangría, que incorpora ron y algunos cítricos, que acompaña de lujo a cualquiera de sus platillos de picoteo.CASTIZO Terraza en el Barrio de las Letras

Una completa oferta para la hora del desayuno (porras, pincho de tortilla, croissants rellenos) y su estupenda bodega, con un gran número de referencias para tomar por copas, terminan por redondear la propuesta de este Castizo del barrio de Las Letras que, como Madrid, quiere ser la casa de todos.

A TENER EN CUENTA… Tenemos pendiente volver para probar sus célebres Patatas bravas, fritas en dos tiempos y bañadas con una salsa que combina caldo de cocido, hueso de jamón y pimentón.

FÍJATE EN… Los uniformes del personal de Castizo también están inspirados en los que utilizaban tradicionalmente los camareros de las tabernas antiguas con sus características chaquetillas blancas. Nada queda al azar aquí.










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‘bad-company-1920’,-el-clandestino-para-viajar-a-la-america-de-la-ley-seca

‘Bad Company 1920’, el clandestino para viajar a la América de la Ley Seca

En pleno centro de Madrid, a escasos metros de la plaza de Callao, se encuentra una puerta a través de la cual podremos viajar en el tiempo, concretamente al año 1920. Para emprender el viaje solo hace falta llamar al timbre y facilitar la contraseña a la persona que nos pregunte tras la mirilla. Una vez dentro, debemos seguir a nuestro guía y atender bien sus indicaciones pues entramos en un club clandestino al margen de la ley; igual no te habías dado cuenta, pero has retrocedido justo al año en que se dictó la Ley Seca en EEUU y el consumo de alcohol está absolutamente prohibido. En este bar secreto vas a poder echar unos tragos sí, pero siempre con mucha discreción y ocultos en el interior de otros objetos que permitan engañar a los federales en el caso de que irrumpan por aquí.

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

Estáis cometiendo una ilegalidad, pero tranquilos. El responsable de este speakeasy, Yerai Monforte, y su crew lo tienen todo controlado pues «oficialmente» el local opera como un negocio de exportación de artículos hechos en EEUU. Así que lo mejor es tomar asiento y pedir uno de los geniales combinados que aquí se sirven. En los años de la Prohibición no se bebía alcohol de calidad, pero la banda de Bad Company 1920, como se conoce a este escondido lugar, ha conseguido hacerse con un excelente botellero para poder ofrecernos un admirable repertorio de cócteles que -podemos asegurar- se encuentra entre lo mejorcito de la ciudad. Para guiarnos en nuestra elección nos brindan un pliego con el listado de todos sus combinados en el que también se incluye un mapa orientativo donde los distintos sabores ejercen de puntos cardinales (fuertes, amargos, especiados, cítricos, dulces, etc.) y podamos así escoger la fórmula que más se adecúa a nuestras preferencias.

CÓCTELES EN RECIPIENTES PARA DISTRAER

Aunque si lo que buscas es una sugerencia que te sorprenda, también puedes pedir ayuda a la banda que acompaña al capitán Monforte (los reconocerás por su indumentaria, muy al estilo ‘Peaky Blinders’) para que te asesoren qué elegir entre la veintena de brebajes que se describen en el pliego-carta. Como comprobarás, todos ellos llevan nombres de los recipientes que lo contienen para pasar desapercibidos en el caso de que la policía haga acto de presencia, aunque corresponden a distinguidos cócteles de autor. Por ejemplo, si pides La Biblia, efectivamente, te llevarán a la mesa un ejemplar del libro sagrado, aunque si la abres descubrirás en el interior una petaca con un cóctel ya preparado que podrás ir, poco a poco, sirviendo en una copa con hielo. Este es, además, uno de los cócteles más logrados del speakeasy; es una especie de Negroni sin vermut (con ron, bitter de frambuesas y palo cortado) que consigue que a cada trago percibamos en nuestro paladar la secuencia amargo-fuerte-dulce, ¡alucinante!

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

También puedes hacer como que pides el periódico y que te hagan entrega de un ejemplar de The World Street Journal en el que se esconde una de las fórmulas con toques especiados y picantes más ingeniosas de la casa, a base de ron con especias cajún, hidromiel de IPA y cordial (mezcla empleada en coctelería, para los que desconozcan el término) de whisky con maíz. Aunque para pasar desapercibido completamente también puedes solicitar El Ceviche, una estimulante fórmula con ginebra, cordial de pisco y leche de tigre y cilantro, que deberás tomar en un plato ayudado por una cucharilla-pajita de metal; es uno de los cócteles más especiales, con un potente sabor ácido-especiado que, igual, no es apto para los paladares más conservadores, aunque los más atrevidos seguro sabrán disfrutarlo.

Bad Company 1920 también es un destino recomendable para aquellos que, además de buenos tragos, buscan que les deslumbren con la puesta en escena. En ese caso, recomendamos elegir el Peaky Blinders: un cóctel con whisky destilado en tabaco, sirope salado y bitter (muy similar al Old Fashion) que llega escondido en una «gorra cegadora» en la que se ahuma el combinado con humo de haya en nuestra mesa antes de que podamos tomarlo. O el American Pie, una versión líquida de la tarta americana con bourbon que se sirve con humo de canela.

Podríamos seguir deleitándonos describiendo cada una de sus propuestas etílicas pero preferimos que seáis vosotros mismos quienes lo descubráis por vuestra cuenta, aunque no podemos terminar sin recomendaros uno de las opciones que más nos fascinó, el Milshake. Se trata de uno de los cócteles de la sección Cremosos-Frutales que mezcla en una copa de batido ron, kefir de coco y cordial de fresa y vainilla, una adictiva combinación que se coronó con una deliciosa espuma de chocolate blanco y Disaronno; para los más golosos, ¡es el cielo!

BAD COMPANY el clandestino que nos lleva a la América de la Ley Seca

IMPRESCINDIBLE CONTRASEÑA

La carta de cócteles se complementa con unos sencillos pero gustosos divertimentos culinarios (Pollo frito con salsa BBQ, Hot dog, sandwiches de pollo braseado o dados de salmón) que vienen muy bien para amortiguar los tragos u organizar -sucederá con frecuencia-  una cena improvisada. Platos de finger food que ya les hubiera gustado encontrar a los americanos en los bares clandestinos de por aquel entonces, en los que tampoco sonaba música tan buena como aquí: clásicos del soul y el R&B, éxitos de la Motown o covers en clave swing de éxitos pop que vienen como anillo al dedo a un público con ganas de relajarse y pasarlo bien, que es en definitiva de lo que se trata.

Esa es también la razón que llevó a Yeray Monforte, la cara más visible de Bad Company 1920, a dejar Barcelona para embarcarse en este singular proyecto junto a los también bartenders Román Vilá y Santi Ortiz. Un eficaz equipo que va a dar mucho y bien que hablar en la capital, con esta singular propuesta para viajar, cóctel en mano, en el tiempo. Viaje que, por cierto, solo podréis realizar facilitando la contraseña que, cada mes, indican en su cuenta de Instagram; de otra manera, olvidaos de entrar.

EL IMPRESCINDIBLE… Esta vez no nos mojamos; que lo determine cada uno en función de sus preferencias. Opciones hay para todos.

FÍJATE EN… La pizarra con las normas de la casa en las que se burla de las prohibiciones de la Ley Seca y sus defensores,

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‘el-jardin-de-diana’,-cocteles-y-picoteo-en-la-cima-de-gran-via

‘El jardín de Diana’, cócteles y picoteo en la cima de Gran Vía

Una enorme escultura dorada de Diana Cazadora en el número 31 de la Gran Vía nos indica la localización de una de las terrazas más fastuosas del centro de la capital. Y es que la diosa romana de la cacería ha sido elegida para presidir uno de los dos torreones que coronan la última planta del Hotel Hyatt Gran Vía, ahora convertida en una terraza-jardín para disfrutar de las noches de verano en lo más alto de la Gran Vía. Un espacio que, si bien nos gusta por sus vistas, nos acaba de conquistar por su mood elegante y romántico en el que el color blanco, las mesas de mármol y la vegetación lo invaden todo.

Desde el propio nombre de la terraza hasta la forma de designar los cócteles dentro de la carta, aquí todo nos abre las puertas al reino de los dioses. Como si de su templo se tratase, la primera que nos recibe es Diana, que aparece representada rodeada de una jauría de cinco perros y porta un arco que dispara directamente al ave fénix que está atacando a su enamorado Endimión. Esta escultura del amante prohibido está situada en la parte más alta del edificio de enfrente (el 68 de Gran Vía), creando un diálogo entre estos dos personajes ubicados a ambos lados de la Gran Vía. Y así, con esta trama de amor y pasión, se labra una carta de cócteles y picoteo que no deja indiferente al visitante.

EL JARDÍN DE DIANA azotea en la la última planta del Hotel Hyatt Gran Vía

TRAGOS Y BOCADOS DEL OLIMPO

Se ocupa da la oferta gastro y mixológica de El Jardín de Diana, Hielo y Carbón, el restaurante ubicado en la primera planta de Hyatt Center Gran Vía. Aunque para este espacio han ideado una carta mucho más sencilla y ligera, especialmente pensada para los meses de verano. Según nos comentan desde el hotel, se trata de un picoteo informal perfecto para acompañar a su selecta carta de cócteles de autor. Así, por ejemplo, podríamos abrir boca con uno de sus cócteles de autor, el Diana Jerezana, un combinado de Amontillado Viña AB, licor de maraschino, Pedro Ximénez, piña y naranja, que resulta súper ligero y refrescante. O con el Gran Vía Thai, preparado con ron, Cointreau, Seedlip Grove (destilado de cítricos sin alcohol), zumo de piña, sirope de almendras y zumo de lima; una fórmula con un resultado algo más dulce en el paladar pero igual de recomendable.

EL JARDÍN DE DIANA azotea en la la última planta del Hotel Hyatt Gran Vía

Aunque el best seller de El Jardín de Diana es el Mexican Mojito, una original mezcla de tequila reposado, pitaya (conocida como ‘fruta del dragón’ y que otorga ese característico color rosa al cóctel), lima, sirope de ágave, menta y soda. Después de leer la lista de ingredientes, pensarás que tendrá un sabor no apto para todos los paladares pero te prometemos que probarlo es uno de los must de esta terraza. No obstante, hay tres variedades más de mojitos (Caribbean, Russian y Mediterranean), uno de los combinados estrellas del verano, aunque ninguno de ellos corresponde a la fórmula original, resultan igual de efectivos contra las altas temperaturas.

Por otro lado, si se trata de dar inicio a la degustación de su carta, es recomendable probar sus Croquetas artesanas de cecina de León o, para los paladares más viajeros, sus Arepas de gambón y camarones con mayonesa de chipotle. En esta línea, hay más bocados internacionales como el Bao de rabo de toro, el Ssam de pollo a la brasa o las Mini burgers con tres quesos diferentes que nos permitirán hacer una pequeña cena informal a medida, llena de sabores del mundo.

EL JARDÍN DE DIANA azotea en la la última planta del Hotel Hyatt Gran Vía

Si pasamos a la parte dulce, aquí también encontramos algunas paradas obligatorias. Por ejemplo, si eres un auténtico chocolate lover, imprescindible su Bizcocho de chocolate con con crema de chocolate blanco y Oreo, ¡brutal! Aunque no desmerece su Tarta de queso con crumble crujiente y frutos rojos, la opción que siempre pone a todos de acuerdo.

A estos bocados y tragos propios del Olimpo, se unen las sesiones musicales que tienen lugar los jueves, viernes y sábados y que van variando de estilo para ofrecer al visitante una experiencia redonda.

LO MÁS RECOMENDABLE es, sin duda, sus cuatro tipos de mojitos. Todos originales y muy resultones, nada que ver con lo que hasta ahora conocíamos como tal.

FÍJATE EN… Al final de las escaleras de caracol que nos elevan a la última planta del edificio podemos ver una viga metálica con un orificio. Se trata de una reliquia de la Guerra Civil Española, ya que se vio afectada por un proyectil lanzado desde Casa de Campo al edificio de la Cadena SER y cuya trayectoria se desvió hacia el que hoy es el Hyatt Centric.

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‘ciriaco-brown’,-la-cocteleria-que-necesitaba-lavapies

‘Ciriaco Brown’, la coctelería que necesitaba Lavapiés

Difícil encontrar en el popular Lavapiés un rincón tranquilo en el que sencillamente dejarse llevar por una conversación interesante hasta las mil, sin tener que entregarse al baile y al bullicio. La cosa se pone aún más complicada si le pedimos a ese lugar que, además, nos sirvan copas y cócteles de primera. Pero de repente llega Ciriaco Brown y lo desmonta todo. Porque esta licorería castiza -así se autodenomina- viene a acoger a quienes estiran la velada pero a base de bien beber y, por supuesto, bien estar.

Goyo Solórzano tiene sobrada experiencia como profesional de la noche madrileña y cuando encontró este local en la calle Abades vio claras sus posibilidades. Convenció a su mejor amigo, Daniel Mangano y a su mujer, Marta Péllach y los tres echaron el resto en un local que engancha desde la primera visita. Ni un solo elemento decorativo -que se distribuyen sin miramientos pero dando donde más gusta- está dispuesto al azar. Tampoco lo está su nombre porque, tal y como nos cuenta Goyo, Ciriaco Brown jugaba a la realidad y la ficción allá por los años 40. Medio castizo, medio inglés; medio elegantón, medio canallita, y con un carácter guasón que gobierna la que ya es la licorería de moda en el barrio.

CIRIACO BROWN Moscow Mule con vodka, zumo de lima, sirope de azúcar

Como no podía ser de otra forma, Ciriaco, sus familiares, amigos y novias forman parte de la identidad del establecimiento. Sus fotos generan un interesante árbol genealógico que da mucho rollo a las paredes que se visten de tapices, retratos y telas estampadas. Nada, absolutamente nada de la estética de este local está de nuevas: todo tiene una segunda vida y absolutamente todo viene a contarnos otra historia. Como nos explica su artífice, la mayoría ha sido rescatado del Rastro y el interiorista Alfonso de la Fuente, ha sido el encargado de poner bonito el salón de la casa de Ciriaco, que ahora sentimos también como nuestro. Este salón, además, se divide dos espacios: el primero, el que nos encontramos nada más entrar y que tiene a la barra como gran protagonistas; y un segundo, al que se accede por unos escalones, al que han denominado Gunilla. Este segundo salón toma su nombre del personaje de la jet set marbellí en los años 80 y 90, a la que podemos encontrar entre las numerosas fotografías que decoran sus paredes; finalmente, la luz rosada que ambienta este espacio termina por otorgarle un ambiente algo más reservado y, por qué no decirlo, ciertamente picantón.

BEBER Y CHARLAR A TODO CONFORT

Gente que quiere beber y charlar, ése es el espíritu que quiere recuperar la licorería castiza de Lavapiés. ‘Recuperar el codo en barra y la conversación’, nos dicen desde el local. Porque el barrio adolecía de un espacio en el que estirar hasta las cinco de la madrugada simplemente hablando y tomando buenos cócteles. En esta coctelería todo acompaña y es que, tal y como nos cuenta Goyo, la música suena para apoyar las palabras. Una serie de temas conocidos por todos, ritmos elegantes y grandes voces que, sin embargo, pretenden ser el segundo plano de una conversación interesante.

CIRIACO BROWN Mai Tai con ron blanco, ron dorado, Cointreau, sirope de almendra y de violeta, zumo de lima y zumo de piña

Este espacio comenzó siendo un local de copas -a un precio muy apetecible para la zona, por cierto- y no aspiraba a convertirse en un referente mixológico en el barrio pero con el mimo que le ponen a todo, también han conseguido que opciones como su Pisco Sour sea absoluto best seller del local. Lo hacen con una receta algo secreta y de la que desvelan que, aparte del licor peruano, lleva zumo de lima, clara de huevo y sirope de orquídea. Tampoco se queda atrás entre los más pedidos el Mai Tai preparado con ron blanco, ron dorado, Cointreau, sirope de almendra, sirope de violeta, zumo de lima y zumo de piña y a su lado, el Moscow Mule con vodka, zumo de lima, sirope de azúcar, top de ginger beer y jengibre majado. En la licorería también disponen de cócteles de autor que se sustentan en las historias del protagonista del local y todos sus allegados. Teniendo en cuenta su amplio horario de apertura, aquí también se puede venir a tomar una caña al salir del trabajo o, por supuesto, un digestivo después de cenar. Hay cabida para todos.

Y este local que lo peta en Lavapiés se guarda una última sorpresa. Porque los domingos tiene un fiestón gay friendly y de rollo más bailongo que el original. Se trata de una fiesta privada a la que solo se puede acceder con invitación, así que no te desvelamos más de este divertido misterio que Ciriaco y los suyos se traen entre manos.

Y es que viendo cómo se las gasta Ciriaco Brown en su casa, a ver quién renuncia a vivir y beber a todo confort como hacía él en los años 40… ¡Nosotros no!

EL IMPRESCINDIBLE es su Moscow Mule por el toque inconfundible del jengibre, aunque su Pisco es hasta hoy el principal reclamo para muchos.

FÍJATE EN… Es imposible elegir un solo rincón al que mirar pero quizás uno de los más especiales es el rincón dedicado a las fotografías y los montajes y que es obra de los chicos de Yomuto, un estudio de diseño que se encarga de darle una segunda vida a algunas piezas de arte.

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